Crece el misterio de los beepers de Hezbollah que explotaron: los habrían fabricado en Europa
BEIRUT.- La detonación de miles de beepers de miembros de Hezbollah abrió una misteriosa trama desde Taiwán hasta Hungría, con la revelación de la empresa que presuntamente había fabricado los dispositivos de que en realidad habían sido producidos en Europa, en lo que parecía ser una empresa fantasma que quedó en medio de la sofisticada operación que dejó por lo menos 12 muertos.
La agencia de espionaje israelí Mossad, que cuenta con un largo historial de audaces ataques en suelo extranjero, colocó explosivos en el interior de beepers importados por el grupo terrorista Hezbollah meses antes de las detonaciones del martes en las que murieron 12 personas, entre ellas dos niños, según dijeron a Reuters una fuente de seguridad libanesa de alto nivel y otra fuente.
El atentado ocurrió en una falla de seguridad sin precedente de Hezbollah que hizo explotar miles de beepers en el Líbano y Siria, dejando casi 3000 heridos, entre ellas muchos de los combatientes del grupo y el embajador de Irán en Beirut.
Una fuente de seguridad libanesa de alto nivel dijo que el grupo había encargado 5000 beepers a Gold Apollo, que según varias fuentes se introdujeron en el país a principios de este año.
Sin embargo, el fundador y presidente de Gold Apollo, Hsu Ching-Kuang, dijo que los beepers AR-924 utilizados en la explosión habían sido fabricados por una empresa europea a la que denominó BAC en un comunicado.
“El producto no era nuestro. Sólo llevaba nuestra marca”, dijo el miércoles a la prensa Hsu Ching-kuang en las oficinas de la empresa en la ciudad de Nueva Taipéi, en el norte de Taiwán. Agregó que su empresa tiene un acuerdo con BAC desde hace tres años, aunque no presentó una prueba del contrato.
“Según el acuerdo de cooperación, autorizamos a BAC a utilizar nuestra marca comercial para ventas de productos en regiones designadas, pero el diseño y la manufactura de los productos son únicamente responsabilidad de BAC”, según un comunicado de Gold Apollo.
BAC parecía ser una empresa fantasma.
La dirección declarada de BAC Consulting en Budapest, la capital de Hungría, era un edificio de color melocotón situado en una calle residencial de las afueras de la capital. El nombre de la empresa estaba escrito en una hoja A4 en la puerta de cristal. Una persona del edificio que pidió no ser citada dijo que BAC Consulting estaba registrada en la dirección, pero no tenía presencia física allí.
BAC Consulting Kft., una sociedad limitada, se registró en mayo de 2022, según documentos corporativos. Tiene un capital de 7840 euros, según los registros, y obtuvo unos ingresos de 725.768 dólares en 2022 y 593.972 dólares en 2023.
BAC está registrada a nombre de Cristiana Rosaria Bársony-Arcidiacono, que en su página de LinkedIn se describe como asesora estratégica y desarrolladora de negocios. Entre otros puestos, Bársony-Arcidiacono indica en la web que ha servido en la junta directiva del Earth Child Institute, un grupo dedicado a la sostenibilidad. El grupo no menciona a Bársony-Arcidiacono como miembro de su junta en su sitio web.
Elijah J. Magnier, un veterano analista de riesgo político afincado en Bruselas y con 37 años de experiencia en la región, dijo que habló con miembros de Hezbollah y sobrevivientes del ataque del martes, que le apuntaron que los beepers se habían entregado hacía más de seis meses.
“Los beepers funcionaron perfectamente durante seis meses”, dijo Magnier. Lo que provocó la explosión, dijo, parecía ser un mensaje de error enviado a todos los dispositivos.
Magnier también señaló que dado que el Líbano se enfrenta a sanciones de buena parte de Occidente que señalan a Hezbollah como organización terrorista, las empresas son cautelosas a la hora de realizar transacciones. Y que, en este caso, los beepers estaban en manos de un tercero y estuvieron retenidos en un puerto durante tres meses, a la espera de las autorizaciones.
Hezbollah sospecha que fue durante esos tres meses que Israel logró colocar explosivos en los dispositivos, según el analista.
Los combatientes de Hezbollah han estado utilizando beepers como medio de comunicación de baja tecnología en un intento de eludir la localización israelí.
En un discurso televisado el 13 de febrero, el secretario general del grupo, Hassan Nasrallah, advirtió severamente a sus seguidores de que sus teléfonos eran más peligrosos que los espías israelíes, y les dijo que debían romperlos, enterrarlos o encerrarlos en una caja de hierro. En lugar de ello, Hezbollah optó por distribuir beepers a sus miembros en las distintas ramas del grupo, desde combatientes a médicos que trabajan en sus servicios de ayuda.
Al parecer, el complot llevaba muchos meses gestándose, según dijeron varias fuentes a Reuters. Se produjo tras una serie de asesinatos de comandantes y dirigentes de Hezbollah y Hamas atribuidos a Israel desde el comienzo de la guerra de Gaza.
La fuente de seguridad libanesa de alto nivel dijo que los dispositivos habían sido modificados por el servicio de espionaje de Israel “a nivel de producción”.
“El Mossad inyectó una placa dentro del dispositivo que tiene material explosivo que recibe un código. Es muy difícil detectarlo”, dijo la fuente.
La fuente dijo que unos 3000 de los beepers explotaron cuando se les envió un mensaje codificado, activando simultáneamente los explosivos. Otra fuente de seguridad dijo a Reuters que en los nuevos dispositivos había ocultos hasta tres gramos de explosivos y que Hezbollah no los había detectado durante meses.
Un funcionario estadounidense dijo que Israel había informado a Estados Unidos el martes cuando hubo concluido la operación, en la que se detonaron pequeñas cantidades de explosivos ocultas en los dispositivos. La persona habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a comentar la información de forma pública.
El AR-924, anunciado como “robusto”, contiene una batería recargable de litio, según los detalles que se anunciaban en el sitio web de Gold Apollo, antes de que aparentemente fuera eliminado del sitio tras el ataque del martes. También indicaba que la batería duraba hasta 85 días. Eso podría ser crucial en Líbano, donde los cortes de electricidad son habituales en medio de la debacle económica que afecta desde hace años a la pequeña nación mediterránea. Además, los beepers funcionan en una red móvil diferente de la de los celulares, lo que los hace más resilientes ante emergencias, uno de los motivos por los que hospitales de todo el mundo aún los utilizan.
El Mossad de Israel ha adquirido notoriedad por sus complejas operaciones, que se remontan al audaz secuestro en 1960 del nazi de alto rango Adolf Eichmann. Más recientemente, la agencia de espionaje ha sido culpada de ciberataques y del asesinato de un importante científico iraní en 2020 con una ametralladora teledirigida. Responsables israelíes no respondieron de inmediato a las solicitudes de Reuters para hacer comentarios.
Hezbollah quedó afectada por el ataque, que dejó a combatientes y otras personas ensangrentadas, hospitalizadas o muertas. Un responsable del grupo extremista cercano a Irán dijo que la detonación había sido el “mayor falla de seguridad” del grupo en su historia.
Hezbollah y las fuerzas israelíes cruzan fuego casi a diario desde el 8 de octubre, al día siguiente de que un letal ataque liderado por Hamas en el sur de Israel provocara una gran contraofensiva israelí y la guerra que continúa en Gaza. Desde entonces, cientos de personas han muerto en los ataques Líbano y decenas en Israel, y decenas de miles de personas se vieron desplazadas a ambos lados de la frontera.
El ataque del martes, y el hecho de que Hezbollah responsabilizara a Israel, renovó los temores a una guerra abierta entre los dos rivales. Pese a los ciclos periódicos de escalada, los dos bandos han evitado cuidadosamente un conflicto pleno hasta ahora, aunque líderes israelíes advirtieron en las últimas semanas que podrían incrementar las operaciones contra Hezbollah en Líbano.
El ataque en Líbano comenzó el martes por la tarde, cuando los beepers en las manos o bolsillos de sus propietarios empezaron a calentarse y después explotaron, dejando escenas salpicadas de sangre y testigos en pánico. Parecía que muchos de los afectados eran miembros de Hezbollah, ya fueran combatientes o civiles, pero en un primer momento no estaba claro si también personas que no formaran parte de la milicia llevaban los dispositivos que estallaron. Entre los muertos había trabajadores de salud y dos niños, según el Ministerio de Salud.
Hezbollah dijo en un comunicado el miércoles por la mañana que continuaría sus ataques habituales contra Israel “como en los últimos días”, dentro de lo que describe como su apoyo a su aliado, Hamás, y a los palestinos en Gaza.
“Este camino es continuo y separado del difícil ajuste de cuentas que el enemigo criminal debe esperar por su masacre del martes que cometió contra nuestro pueblo, nuestras familias y nuestros combatientes en Líbano”, afirmó. “Este es otro ajuste de cuenta que llegará, Dios mediante”.
Agencias AP y Reuters
LA NACION
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