Discurso en la calle, escape en moto y persecución: cómo fueron los instantes previos a la detención de Machado

CARACAS.- En uno de los días más esperados para la oposición venezolana, la líder María Corina Machado apareció sonriente en un escenario del barrio de Chacao, en Caracas. Vestida de blanco, con una bandera en alto, saludó a la multitud que coreaba su nombre. Su discurso encendió la esperanza en los manifestantes. Pero la calma duró poco.

Poco después de bajar del escenario, Machado fue escoltada hacia las motos que la aguardaban para trasladarla. Según confirmó una vocera de su comando de campaña, agentes del régimen de Nicolás Maduro interceptaron el convoy y abrieron fuego. En medio del caos, hombres armados detuvieron las motos, derribaron a Machado al piso y, bajo la fuerza, la subieron a una camioneta. Desde ese momento, su paradero sigue siendo desconocido.

Después de meses en la clandestinidad, María Corina Machado volvió a las calles de Caracas para liderar el jueves una protesta en rechazo a la investidura del presidente Nicolás Maduro. “¡Venezuela es libre!”, proclamó con determinación frente a los manifestantes, minutos antes de ser secuestrada y en la antesala de la toma de posesión del líder chavista.

Fueron apenas cuarenta minutos que su presencia sacudió a un país entero. Subió a un improvisado escenario en el barrio de Chacao, en Caracas, en el centro de la multitud, y tomó el micrófono con la firmeza de quien decide enfrentar al miedo.

Con una bandera y sobre un camión, Machado reapareció ante la multitud después de meses ya que su última aparición pública fue el 28 de agosto, un mes después de las elecciones que la oposición asegura Maduro le “robó” a su candidato Edmundo González Urrutia. Su ubicación exacta se mantenía en secreto por motivos de seguridad debido a las amenazas constantes del régimen de Maduro.

“Hoy toda Venezuela salió a la calle”, celebró Machado ante centenares de seguidores, con quienes antes cantó el himno nacional. “¡No tenemos miedo!”, repitió, siguiendo el coro de los manifestantes.

“Hemos llegado hasta aquí porque hemos tenido una estrategia robusta”, siguió. “A partir de hoy estamos en una nueva fase. Venezuela es libre, vamos a continuar”.

A su llegada, el régimen intentó acallar su discurso subiendo al máximo el volumen de la música en una tarima cercana al camión desde donde ella se dirigía a la multitud. “Derribamos todas las barreras que nos dividían. No hay otro país en el planeta tan unido como Venezuela”, arengó.

“Ese día cambió la historia para siempre. El régimen se hundió”, afirmó, en alusión a las controvertidas elecciones del 28 de julio del año pasado, que dejaron una profunda marca en el país.

En medio de la euforia, un monje envuelto en una bandera venezolana alzó los brazos y captó la atención de Machado, quien la invitó a subir al camión. “Dios está con nosotros y Venezuela será libre”, exclamó.

Pero lo que comenzó como un acto de esperanza terminó marcado por el secuestro de una de las líderes opositoras más importantes de Venezuela, dejando al país en vilo y con una profunda incertidumbre sobre su destino.

El hecho fue confirmado por su partido, Vente Venezuela, que denunció la violenta intervención en un comunicado oficial.

Durante todo el día, la líder opositora se mantuvo activa en X siguiendo de cerca los acontecimientos de las marchas y compartiendo mensajes de resistencia.

El clima en Venezuela había alcanzado un punto de ebullición tras las elecciones presidenciales de 2024, que fueron ampliamente denunciadas como fraudulentas. Machado, quien se posicionó como una de las principales voces contra el autoritarismo, había ganado terreno político a pesar de la persecución.

“Si a mí me pasa algo la instrucción es muy clara (…), nadie va a negociar la libertad de Venezuela por mi libertad”, había dicho esta semana en una entrevista con la AFP.

Las calles de Caracas amanecieron tomadas por efectivos de seguridad fuertemente armados. Decenas de policías y efectivos de inteligencia fueron desplegados en puntos de concentración de la oposición, donde el chavismo además instaló grandes tarimas con música a todo volumen.

La convocatoria opositora aumentó con el pasar de las horas pero no tenía comparación con los masivos actos de campaña: hay miedo, instaurado desde julio, después de la brutal represión a las manifestaciones que estallaron tras la proclamación del gobernante izquierdista, con saldo de 28 muertos, casi 200 heridos y más de 2400 detenidos.

Agencias AP y AFP