Defendió con alma y vida, tuvo en su arquero a la gran figura de la noche y se llevó de Inglaterra el empate que fue a buscar. El Inter, que sorpresivamente arrancó con Lautaro Martínez en el banco por decisión técnica, no pudo ser doblegado por Manchester City y toda su artillería ofensiva. En el Etihad Stadium todo fue impotencia por el 0 a 0 final que celebró con los puños apretados el conjunto italiano al resistir los embates del local.
Todo lo que se insinuó desde los nombres en la previa de este choque tan atractivo del comienzo de una nueva era en la competencia más importante de Europa, quedó en eso: pura insinuación. El poderío ofensivo de Manchester City se topó con el poderío defensivo de Inter y en este choque de planetas, no hubo lluvia de goles en un primer tiempo con pocos espacios y alguna que otra aproximación en cada arco.
Las posturas estuvieron visiblemente marcadas desde el primer minuto. Los de Josep Guardiola fueron a la carga barracas desde el vamos con un dibujo táctico muy volátil, con tres defensores centrales, Rodrigo de volante central, cinco medios de vocación ofensiva y el noruego Erling Haaland de centrodelantero. Literalmente, el City metió entre cinco y seis futbolistas en el área rival para tratar de doblegar los cinco defensores que puso Simone Inzaghi.
Le costó muchísimo al local poder concretar tiros al arco de Yann Sommer. Un cabezazo de Haaland, un zurdazo del propio grandote rubio y una clara de Kevin De Bruyne fueron las posibilidades que pudo contabilizar el equipo inglés. No encontró los mejores caminos y, para colmo, también sufrió atrás cuando Inter se animó a cruzar la mitad de la cancha. De hecho, Ederson debió responder en un par de disparos peligrosos.
Para colmo, en aquella jugada de riesgo de De Bruyne, el belga sintió una molestia muscular y prefirió no arriesgar de más. Por eso, antes del entretiempo fue reemplazado por el alemán Gundogan. Y para el regreso tras el descanso, Guardiola, además, metió a Phil Foden por Savinho. Entre Gündogan y Foden, por caso, armaron una chance inmejorable que terminó con el tiro del inglés intervenido por un atento y bien ubicado Sommer.
Inzaghi demoró 65 minutos en incluir a Lautaro Martínez (ingresó por Marcus Thuram). El argentino no pudo entrar mucho en juego porque a esa altura el City había desplegado un dominio total y estaba haciendo figura a Sommer. Así y todo, el Toro tuvo una: un contraataque que manejó por la izquierda, enganchó y remató cruzado. Le faltó potencia para terminar en el fondo de la red.
La entrada de Jeremy Doku le dio más pimienta al ataque inglés, que lo buscó por todos lados: por arriba, por abajo, con remates y con centros. Pero Sommer se hizo gigante con cada intervención. Y cuando no fue el arquero, fue la falta de puntería, como en el frentazo final de Gündogan que se fue por arriba del travesaño y se llevó el triunfo del City a las nubes.
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