El colombiano Villa, con una fotocopia del gol a River, hizo festejar a Independiente Rivadavia y dejó a Belgrano al borde de un ataque de nervios
Envalentonado tras derrotar a River en Mendoza, Independiente Rivadavia siguió de racha en Córdoba, donde le ganó 2-0 a Belgrano y se acomodó en mitad de tabla luego de remarla desde abajo. El Celeste quedó en llamas. Hubo insultos y silbidos a los jugadores y al entrenador Juan Cruz Real que quedó en la cuerda floja.
La Lepra mendocina, que venía de ganarle a River, tenía una inyección anímica y lo demuestró en Barrio Alberdi. Primero por el de cabeza de Iván Villalba, que llegó tras una segunda jugada de una pelota parada y Luciano Abecasis volvió a meter la pelota en el área rival.
Independiente Rivadavia manejaba el partido y Belgrano no encontraba el rumbo. Los cambios no pudieron modificar la situación y la gente del Pirata empezó a impacientarse hasta comenzar con cantitos hirientes. “Jugadoreeess, la c…de su madre, a ver si ponen huevos que no juegan con nadie”, tronó desde las tribunas.
Y explotaron mucho más cuando Sebastián Villa estampó el segundo. El colombiano convirtió un gol idéntico al que le hizo a River el jueves pasado en Mendoza. Recibió una pelota habilitado, tuvo tiempo y espacio, encaró, enganchó hacia su derecha y colocó la pelota junto al palo izquierdo de Espínola.
El resultado, igual, fue exagerado. Porque Belgrano mereció como mínimo el descuento ya que convirtió en figura a Ezequiel Centurión, quien voló de palo a palo para sacar varias pelotas, un par de ellas a su ex compañero en River, Matías Suárez, quien entró muy bien en el segundo tiempo y puso su talento al servicio de su equipo.
Pero no pudo vencer a Centurión. Y la que no sacó el arquero dio en el travesaño. También estrelló el palo horizontal Ezequiel Ham, de Independiente Rivadavia, quien tuvo el tercero en una contra. Finalmente, fue 2-0 para la Lepra, que mejoró mucho y aprovechó el envión anímico que le dio el triunfo contra River.
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