Las artes marciales siguen evolucionando en nuestra provincia, con un gran número de deportistas que las practican. En San Juan, venimos de un fin de semana con una gran cantidad de combates de kickboxing a nivel nacional e internacional y ahora es el momento de referirse a aquellos kickboxers que nos representaron fuera de la provincia.
El Club Fighters Lucio Roselot, sede Santa Lucía, con los profesores Alberto Durán y Liliana Alaniz tuvo una gran experiencia en la provincia de Córdoba junto a un grupo de peleadores que obtuvo buenos resultados, que se destacó con la obtención del título nacional por parte de Fabricio Rojo en categoría semi profesional.
Fue un torneo realizado en Villa Allende, Córdoba, con un programa de peleas profesionales, semi profesionales y amateurs. En el caso de Rojo, disputó un torneo nacional en kickboxing semi profesional enfrentando a Iván Johnston, integrante de la selección argentina, quedándose el sanjuanino con el título.
Además de Fabricio, fueron tres representantes en peleas amateurs: Francisco Castaño venció a Ignacio Agüero, de San Luis y completaron la delegación, Brisa Domínguez quien empató con la cordobesa Sofía Posse, destacando la gran pelea de Brisa, con apenas 14 años ante una rival varios años mayor; en tanto Milagros Arrieta cayó ante la local Juliana Guerrero.
El profesor Durán expresó su agradecimiento a la Secretaría de Deporte que puso la movilidad para el traslado de la delegación y la Municipalidad de Santa Lucía que ayudó con el viaje y dio la indumentaria a los deportistas que tomaron parte de un torneo de alto nivel competitivo denominado Deep Combat, con la presencia de los mejores exponentes del país de kickboxing y MMA.
El flamante campeón, Fabricio Rojo, hace un balance de la experiencia vivida: “Entrené intensamente para llegar a esta pelea; lo hice en doble turno, en la mañana de forma particular y en la tarde noche iba al gimnasio en Santa Lucía donde trabajaba con bolsa, manoplas y dos o tres días por semana lo hacía en la sede Rawson, donde hacía trabajos de sparring con el maestro Lucio Roselot, quien me ayudaba con la estrategia que íbamos a plantear; complementaba todo con natación que hacía dos veces a la semana en el Palomar.
El título fue pactado en categoría de 60 kg, lo que me encontró cuatro kilos por encima del peso, por lo que hubo que aumentar el ritmo de entrenamiento sin quitar la alimentación para evitar debilitarme, realizando mucho cardio y aeróbico para eliminar grasas y calorías.
Lo más duro fue el proceso de deshidratación, que hice en la mañana previa a la pelea y el cual desconocía cómo hacerlo. No fue sencillo, me sentí mal por el líquido perdido, pero luego tuve unas horas para recuperarme y llegar en óptimas condiciones a la hora de subir al ring.
Ahora me toca disfrutar con mis amigos y mi familia, que es mi único sponsor, aportando todo lo que necesito para llevar adelante la actividad. No me he relajado en absoluto pues sigo entrenando e inclusive esta semana lo hice con el viento Zonda.
Este ha sido el primer paso, ya que se vienen compromisos serios, invitaciones a torneos y para ello hay que estar preparado.
Quiero agradecer a mi papá, que gracias a él pude viajar, apoyándome tanto en lo moral como lo económico; a Alberto y Lili por el espacio que me brindan en su gimnasio para poder entrenarme y cumplir mis objetivos, al maestro Lucio Roselot, a quien considero un ídolo, que me ayuda en todo lo que tiene que ver con la pelea que voy a dar.
Agradezco a la Secretaría de Deporte por brindarnos la movilidad para trasladarnos, la Municipalidad de Santa Lucía con una campera muy linda. Cada uno con su aporte me ayuda para poder seguir creciendo en esta actividad que, sin dudas, solo no lo podría hacer”, concluye el campeón nacional.
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