En el año 2050 no va a haber ninguna economía europea entre las 10 más importantes del mundo
Con su economía estancada y una creciente fragilidad política en Francia y Alemania, Europa atraviesa momentos difíciles. A eso se suma la guerra en Ucrania y el regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, quien ha amenazado con imponer aranceles a las industrias europeas, que podría desatar una guerra comercial muy dañina para los exportadores de la región.
“Europa es la envidia del mundo. Tenemos la mejor sanidad, la mejor educación, las mejores carreteras, pero eso es carísimo. ¿Cuánto tiempo podemos mantenerlo?”, se pregunta Jorge Dezcallar de Mazarredo, embajador y exdirector de los servicios de inteligencia españoles.
“Europa está en decadencia y con la pérdida de su influencia se irá también su altísimo nivel de vida”, dice el diplomático español en una entrevista con BBC Mundo.
Para Dezcallar asistimos al fin de una era geopolítica. Así lo refleja en su último libro titulado “El fin de una era. Ucrania: la guerra que lo acelera todo”, en el que habla de cómo el conflicto de Ucrania está precipitando el fin del dominio occidental en el mundo.
“La guerra va mucho más allá de una disputa fronteriza por asegurar unos territorios estratégicos y responde a fuerzas muy profundas de cambio en la geopolítica que ha regido el mundo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Hoy, Occidente pierde fuerza, el sur global gana peso”, asegura.
La fragilidad política de Europa llega en un momento de estancamiento económico: se espera que en 2024 la economía crezca un débil 0,9% y coloque a un área que representa una quinta parte del PIB mundial a la zaga de otras regiones del mundo.
Los analistas citan varias razones para explicar lo que está sucediendo, como la pérdida de competitividad, la creciente competencia extranjera y las austeridad pública.
Europa necesita muchas reformas: ampliar su capacidad militar, reconfigurar su sistema energético, reinventar su industria tecnológica y replantear su postura frente a Rusia y China. Todo mientras el descontento de sus ciudadanos aúpa a partidos populistas o de extrema derecha en varios países del continente.
¿Qué está pasando en Europa?
En esta entrevista con Jorge Dezcallar de Mazarredo analizamos qué factores han provocado que el Viejo Continente esté sumido en su actual crisis geopolítica.
¿Por qué atraviesa Europa momentos tan turbulentos?
En pleno siglo XXI, asistimos a un conflicto bélico en el corazón del continente que parece una guerra absurda de expansión territorial de tipo napoleónico.
La invasión de Ucrania es consecuencia del descontento de Rusia con la arquitectura de seguridad europea heredada de la Segunda Guerra Mundial.
Pero este es un fenómeno mucho más amplio que tiene alcance global: buena parte de los países del mundo están cuestionando el reparto de poder y las reglas que establecieron las potencias vencedoras después de 1945.
Y eso significa que estamos al final de una era geopolítica.
Ese año algunas potencias occidentales crearon las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, el Banco Mundial, el Fondo Monetario, es decir, se repartieron el poder.
Ahora han pasado casi 80 años y resulta que Francia o Reino Unido están en el Consejo de Seguridad, pero no está India, por ejemplo, que tiene 1.400 millones de habitantes y es además una potencia nuclear.
África no tiene ningún representante y tampoco América Latina.
EE.UU. no renuncia al control del Fondo Monetario Internacional e Italia tiene tantos votos como China en el Banco Mundial.
¿Dónde queda China en este orden?
China dice “soy un Estado de civilización, estamos por encima del bien y del mal”. Y EE.UU. no lo dice, pero lo ha hecho siempre. Solo hay que fijarse en Irak y en otros sitios.
Europa es hoy un reflejo de lo que pasa en el mundo, solo que nos extraña más porque nos parece una concepción un tanto pretenciosa.
Que se maten en África nos parece natural, pero que nos matemos en Europa nos parece un escándalo. No deja de haber un cierto racismo en esa idea.
¿Cree que Europa está mirando todavía de forma pretenciosa al resto del mundo?
Yo no tengo ninguna duda. Europa ha dominado el mundo durante muchos años. Lo ha hecho gracias a la máquina de vapor que inventaron en Inglaterra y gracias al dominio de los mares y, en buena medida, también gracias a la esclavitud.
Y sigue habiendo esa concepción, pero Europa se equivoca y va a perder relevancia.
En este momento el 62% del PIB mundial y el 65% de la población está en el Indo-Pacífico.
Los mapas muestran a Europa en el centro, pero el continente mira hacia un océano donde cada vez pasan menos cosas porque el centro de gravedad económica del mundo se ha ido del Atlántico al Indo-Pacífico.
Europa está claramente en decadencia.
Le he escuchado decir que Europa tiene el 6% de la población mundial, pero el 50% del gasto social del mundo. ¿Es insostenible? ¿Ha llegado demasiado lejos con el modelo de Bienestar Social?
Sí, hemos llegado demasiado lejos. En 1900 tenía el 25% de la población mundial y ahora no llega al 6%. Con ese 6% todavía retiene el 17% del PIB mundial. Tenemos la mejor sanidad, la mejor educación, las mejores carreteras, pero claro, eso es carísimo. ¿Cuánto tiempo podemos mantener eso?
Somos la envidia del mundo. Hemos podido mantener mucho tiempo este sistema porque dominábamos el panorama internacional. Pero la realidad es que en el año 2050 no va a haber ninguna economía europea entre las 10 más importantes del mundo.
India acaba de pasar en Producto Interno Bruto a Reino Unido.
Otro de los factores que apuntan a la decadencia de Europa es su población envejecida y además cada vez más reducida porque mueren más personas de las que nacen.
¿En qué se traduce esta decadencia?
En una pérdida de influencia. Europa no tiene una política exterior común, ni una capacidad de proyección militar común, ni tenemos una política energética o migratoria común..
Europa tiene que integrarse más si queremos seguir teniendo peso en el mundo.
En su libro dice que la guerra de Ucrania ha unido más a Europa, pero con Reino Unido fuera de la UE por el Brexit y la probable reticencia de Alemania a seguir aportando tantos fondos como consecuencia de su debilidad económica, parece que lo que espera a Europa es más desunión. ¿Qué opina?
Es verdad que el Brexit ha debilitado Europa y la fragilidad alemana y francesa en este momento tampoco ayuda. No creo que el presidente francés, Emmanuel Macron, acabe su mandato, francamente. Pero el apoyo a Ucrania es inquebrantable.
Putin quiere recuperar para Rusia la influencia global que tuvo la Unión Soviética en su día. Ese es su objetivo. Y no se da cuenta de que no puede. No puede jugar en la élite internacional cuando no tiene el PIB necesario, tiene una población envejecida, cuando solo produce materias primas.
Y entonces, a fuerza de voluntad y de su potencia nuclear, quiere imponerse. Y eso es muy peligroso. Cuando Europa defiende a Ucrania, se está defendiendo a sí misma.
El gran fracaso de todos los europeos es el de no haber sido capaces de incorporar a la Rusia post soviética a una estructura de seguridad que nos una a todos.
Pero es cierto que Rusia no lo ha puesto fácil, porque en vez de abrazar la democracia se ha ido hacia formas cada vez más autoritarias.
A lo mejor la expansión de la OTAN habría que haberla hecho más despacio o con otro tipo de cautelas o con otro tipo de compensaciones.
El 8 de diciembre Donald Trump reiteró que estaba dispuesto a permanecer en la OTAN sólo mientras los europeos “paguen sus cuentas”. ¿Qué pasaría si, como ha amenazado Trump, Estados Unidos se retira de la OTAN?
EE.UU. no se puede ir de la OTAN porque aunque Trump ha amenazado con ello necesita dos tercios del Senado de su país y no cuenta con esa mayoría.
Lo que sí puede hacer es vaciarla de contenido, es decir, darle menos dinero, darle menos tropas o renunciar a la aplicación automática del artículo quinto de defensa automática.
Y si lo hace, Europa se queda sin dinero, sin armas y sin protección nuclear, y se encuentra sola ante Rusia y sin capacidad militar porque no tiene una defensa común.
Las balas que hacen los belgas no entran en los fusiles que hacen los checos. O los tanques que hacen los franceses no se entienden con los que hacen los alemanes. No tenemos una industria unida.
Pero según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, el gasto militar de Europa superó al de China.
EE.UU. se gasta en defensa más de US$900.000 millones, China US$296.000 millones y Rusia US$109.000 millones.
Y entre los 27 países de la Unión Europea se gastan juntos US$321.000 millones. Efectivamente más que China. Pero no unidos. Cada uno por su lado. Europa tiene que unirse y si no lo hace perderá su influencia en el mundo y con esa influencia se irá también su altísimo nivel de vida.
Y en el plano económico ¿qué puede pasar en Europa con la llegada de Trump?
Unos aranceles de entre el 10% y el 20% dañarán la economía europea pero hay más.
Trump no cree en el calentamiento global. En consecuencia es probable que disminuya la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Si es así, los europeos estaremos en malas condiciones para competir económicamente con las empresas estadounidenses porque tendremos que pagar por nuestra carbonización de la atmósfera mucho más que lo que pagarán los estadounidenses.
Y eso nos pondrá en desventaja en el momento de competir en los mercados internacionales.
¿Y a Trump le interesa eso?
Sí. Trump no cree en Europa tampoco. Cree en países europeos como Alemania, Francia, Italia, o España, pero no piensa en la Unión Europea como tal.
A menudo se ha dicho que Estados Unidos no quería una Europa fuerte y es verdad. Sin embargo, tampoco le conviene una Europa demasiado débil, como está ahora.
Le he oído decir que Europa cometió tres errores al poner su seguridad en manos de EE.UU., la energía en manos de Rusia y el comercio en manos de China. ¿Hay alguna forma de revertir estas realidades?
El informe Draghi ha sido muy claro al respecto. Europa necesita invertir 800.000 millones de euros anuales y crear una estructura industrial (para salvar su economía).
Además, por primera vez hay un comisario que se encarga de asuntos de defensa que va a intentar armonizar y hacer economías de escala con la industria militar en Europa.
Se están haciendo cosas, lo que pasa es que hay que hacerlas más deprisa. Creo que es el momento de dar un gran salto y quizás la llegada de Donald Trump puede ser el estímulo que Europa necesita para de una vez tomar las decisiones que sabe que tiene que tomar.
Más unión, más integración, más Europa. Cuanto menos Europa haya, menos influencia mundial tendremos y más deprisa se acelerará nuestra decadencia. La única forma de evitarla es integrarnos.
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