Hace 7 años Eugenio Aguirre, el reconocido diseñador de muebles de autor, eligió el country de Pilará -un barrio cerrado de casas que arrancan en US$400.000 y pueden llegar a US$3 millones- para construir su hogar. Se trata de un refugio soñado en el que cada detalle fue meticulosamente pensado y, a pesar de haber invertido en ella año a año para seguir mejorándola, Aguirre decidió venderla.
“Cumplió su ciclo, su espíritu de creatividad culminó en esa casa y quiere seguir desplegándolo en otro lugar”, comparte Horacio Cacace, responsable de Argentina Sotheby’s, inmobiliaria que comercializa la propiedad.
La casa tiene 490 m² y se levanta sobre un terreno de 1108 m², que da a una laguna exclusiva, dentro del country La Diligencia, en Pilará, al que sólo tienen acceso seis lotes del barrio, y que “quedó grande para mí, ya que los chicos ya no viven acá”, explica Aguirre. La ubicación de la propiedad es privilegiada por la vista al agua, pero también por la cercanía con la cancha de polo del barrio y por el silencio que envuelve esa zona del country, donde casi no hay movimiento.
“Parece que estás en San Martín de los Andes, porque hay un monte de fondo, que se refleja en el agua”, resalta el diseñador y explica que buscaba lograr el confort de un hotel, con la estética de Bali (Indonesia) o Tailandia, sin dejar de generar un ambiente “cosy” que permitiera sentirse en casa. Un detalle no menor es que se ubica donde finaliza el barrio, por lo que la vista no se verá afectada en un futuro por posibles construcciones.
La casa, es un proyecto del estudio de Eugenio Aguirre, donde el diseñador trabajó junto con el arquitecto Willy Troglia, y se vende por US$1.500.000. Se ofrece con todo el mobiliario pensado por el afamado diseñador, que lleva 33 años trabajando en este rubro.
“Cada detalle de la casa tiene la mano de Eugenio Aguirre atrás, nada quedó librado al azar”, señala Andrea Molina, responsable de Argentina Sotheby’s. La temática central de la vivienda gira en torno al agua, dado su ubicación frente a la laguna; en ese sentido, varios espacios fueron diseñados para lograr la sensación de estar dentro de un barco.
El cuarto principal, ubicado en una de las alas de la casa, simula un loft -subdivido en un vestidor, baño y dormitorio- y cuenta con ventanas circulares, como las de una embarcación. El techo en sí mismo es una obra de arte: se trata de juncos tejidos a mano, “un elemento visual que se repite varias veces en la propiedad, para lograr conformar la identidad del lugar”, explica Aguirre.
Esta suite cuenta con vista al lago, subrayando todavía más la personalidad náutica que impregna la casa. En la otra ala se levantan tres dormitorios más, también con panorámicas al agua. Estos dos extremos de la propiedad generan una especie de herradura que envuelve la pileta, otro elemento importante de la ecuación para generar esta armonía acuática y que otorgan una intimidad singular. Un limonero completa la decoración del lugar, junto con una serie de hamacas paraguayas que están directamente sobre el agua.
En cuanto al estilo de la casa, se podría decir que es contemporánea y ecléctica, aunque se trata de algo difícil de definir, ya que hay una mezcla de elementos y texturas del sudeste asiático, con una fuerte impronta del autor. Sin embargo, el diseñador destaca que “hay algo de fondo que se repite, y es la experiencia de vivir en tu casa. Cada espacio está armado de tal forma que, haya dos o veinte personas ahí, se logre la sensación de habitar tu hogar”.
Busca reflejar su filosofía de vida, tanto en el nombre con el que la bautizó -Onda Vaga- como en cada uno de los elementos, colores y texturas que eligió para llenar cada espacio (como madera, junco y cuero). El rojo y el negro impregnan toda la casa, y “logran un contraste que genera una vibra especial”. En los pisos se hace uso del blanco, un color que sirve para agrandar los espacios. También hay alfombras que decoran la vivienda a lo ancho y largo de la propiedad que, en palabras del diseñador, “marcan lugares y situaciones”. Según explica Aguirre, “dentro de un espacio grande, se generan pequeños ambientes a través de las telas, de tal forma que se evita la sensación de lugares tan amplios que pueden parecer vacíos”.
El cuero está presente en el mobiliario, pero también en la escalera, donde se refleja el gusto y el trabajo hasta en los más mínimos detalles del diseñador. Aguirre usó cuero vaqueta para recubrir el pasamanos y cuero culata al final de los escalones.
Uno de los elementos más llamativos del lugar es la parrilla que hay dentro del living, que permite hacer un asado literalmente en el medio de la casa. Contiene un extractor que elimina el humo y los olores, y, de esta forma, es posible cocinar a la parrilla en invierno sin pasar frío. “El fuego da al comedor y al living, y pasan cosas en ese espacio que no se logra generar en cualquier casa”.
La iluminación fue otro pilar fundamental del proyecto, que creó situaciones “mágicas” tanto dentro de la casa como en el exterior. “Todos los colores generan sutilezas que atrapan los sentidos”, finaliza Aguirre.
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