El Gobierno estudia la posibilidad de dejar caer el precio del dólar tarjeta a partir de enero próximo, en plenas vacaciones de verano. Para ese entonces, por ley dejará de existir el impuesto PAÍS, un gravamen creado por la administración de Alberto Fernández y Cristina Kirchner para desalentar la compra de billetes verdes.
Actualmente, el precio del dólar tarjeta se compone del dólar oficial ($1023 en Banco Nación) más un 30% de impuesto PAIS y un 30% de percepción del impuesto a las ganancias (esta última se devuelve, generalmente licuado, un año después). Eso da hoy unos $1636. Esta fórmula quedó así a mediados de diciembre pasado, cuando el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció sus primeras medidas. Al cierre de la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el dólar tarjeta llegó a costar un 155% más que el dólar oficial gracias a los impuestos y percepciones de distintos gravámenes que fue acumulando.
Semanas atrás, tanto en el Banco Central (BCRA) como en el Ministerio de Economía apuntaban a encontrar alguna compensación a la caída de ese gravamen, que aumenta un 30% el valor del dólar turista o tarjeta, el que se usa para calcular los pagos con tarjeta de crédito en el exterior. Se pensaba en subir alguna percepción impositiva desde la AFIP, por ejemplo, al aumentar 30% a cuenta de Ganancias o Bienes Personales.
Sin embargo, el “veranito financiero” hizo que dentro del Palacio de Hacienda empiecen a pensar en otra estrategia. Desde que el Banco Central (BCRA) empezó a intervenir en el mercado de los dólares financieros a mediados de julio, sumado a la oferta que generó el blanqueo de capitales y las buenas noticias que llegaron a nivel local e internacional, tanto el blue como el MEP y el contado con liquidación (CCL) acumulan cuatro meses consecutivos de caídas nominales. En ese tiempo, las cotizaciones se desplomaron un 30%.
Esa fuerte caída de los dólares y de la brecha cambiaria motivó al Gobierno a repensar la estrategia con relación al dólar tarjeta. Resulta que actualmente esta cotización (la más alta del mercado, $1630) quedaría en alrededor de $1300 al quitarle el Impuesto PAIS. Esto implica que todavía mantendría una brecha significativa con los dólares financieros y el blue.
¿Por qué es importante esa brecha? Es que quienes viajan al exterior seguirían comprando blue ($1135) o MEP ($1075) -depende si usan pesos formales o informales- para pagar los gastos con la tarjeta en el exterior. Esta estrategia no le quita reservas al Banco Central. Si el dólar tarjeta quedara muy cerca de los dólares financieros o del informal -blue- y el consumidor siente que prefiere pagar sus servicios con la tarjeta de crédito, estaría absorbiendo divisas de las reservas.
Además, el Gobierno dará señales al mercado de que el equipo económico no avala un tipo de cambio oficial -como el tarjeta o turista- en los $1600. No habrá devaluación. De hecho, el dólar que tiene Caputo en la cabeza está cerca de $1110. Hacia allí confluyen las distintas cotizaciones. La brecha hoy entre oficial mayorista ($1003) y CCL ($1104) es 10%.
Hoy, muchos turistas que deciden viajar al exterior llevan directamente billetes comprados en el MEP o en alguna “cueva” o pagan con tarjeta haciendo un stop debit –de acuerdo con el caso- y abonan con dólares en cuenta (comprados al MEP).
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