Guillermo Coria, tras la eliminación de Argentina del Final 8 de la Copa Davis: puntos positivos y negativos en una silla que puede quedar vacante
No hubo golpe fuerte sobre la mesa y Argentina se quedó afuera del Final 8 de la Copa Davis con la lógica victoria de Italia, el gran favorito al título. Más allá del muy buen triunfo de Francisco Cerúndolo en la apertura de la serie que alentó la esperanza, el dobles saltó a la cancha con la carga de conseguir el pasaje a las semifinales. Pero si bien la de Máximo González y Andrés Molteni es una buena pareja en el circuito -aunque no está cerca de las mejores del mundo-, el hecho de enfrentar a dos jugadores de la jerarquía de Matteo Berrettini y, sobre todo, Jannick Sinner minimizó su estatura de doblistas. El saque y la devolución de los italianos martirizó a los argentinos que sólo pudieron emparejar el partido cuando armaron jugadas con primeros servicios y cruces rápidos en la red. Después, cuando se pusieron a intercambiar golpes desde el fondo de la cancha, los superó la velocidad de pelota de sus adversarios.
Siempre dos excelentes singlistas, por más que no jueguen dobles, son más que una buena pareja de doblistas. Y en la superficie dura y bien rápida de Málaga esa teoría se comprobó una vez más.
Para Argentina terminó un año raro en la Davis. Todo pudo haber sido diferente tras aquel match ante Kazajistán en el Jockey rosarino donde muy cerca se estuvo de un papelón deportivo histórico. Luego, en Manchester, tras la derrota inicial ante Canadá hubo un muy buen éxito frente a Gran Bretaña y un triunfo contundente -aunque con algo de susto también- contra Finlandia.
Guillermo Coria cumplió tres años en la capitanía y alternó buenas y malas. Bajo su mando el equipo sumó cinco triunfos y seis derrotas en 11 matches y no pudo salvar las diferencias con Horacio Zeballos para que el marplatense se sumara y fuera una alternativa en el dobles. Allí el saldo es negativo. Lo positivo pasa por dos cuestiones: Argentina volvió a participar en el Final 8 después de cinco años y consolidó un equipo con tres singlistas y un dobles de buen nivel aunque con distancias claras de rendimiento según la superficie en la que se disputó cada serie.
Para Agustín Calleri y la dirigencia de la Asociación Argentina de Tenis será el momento de escuchar a Coria. Eso será en las próximas horas. O en los próximos días, como mucho. Lo probable es que el venadense deje su silla. Y que comience la bendita ronda de nombres a circular. O sea, la historia de siempre de Argentina y la Davis.
Los comentarios están cerrados.