Gustavo Salinas, presidente de Toyota Argentina: “Esperamos un tipo de cambio fuerte y apreciado”

De a poco, la economía empieza a mostrar signos de recuperación. Reflejo de esto es lo ocurrido en la industria automotriz, que había tenido un duro inicio de año con patentamientos muy por debajo de lo esperado y que, de a poco, signó un camino de recuperación que se consolida en estos últimos reportes. Las proyecciones para el cierre de este período ubican a las ventas en torno a las 410.000 unidades que, si bien siguen por debajo de 2023, son mucho más alentadoras que las cerca de 350.000 que se pensaban en enero.

“Sabíamos que 2024 iba a ser un año de transición, que la Argentina iba a tomar una nueva dirección y que íbamos a tener que transitar ese camino de reordenamiento y de recuperación. El principal objetivo era no parar la operación bajo ningún concepto”, sintetizó Gustavo Salinas, presidente de Toyota Argentina, en el marco de un evento de cierre de año al que asistió LA NACION.

Conforme pasaron los meses, la recuperación se evidenció con un reordenamiento de la macroeconomía y una baja sostenida de la inflación. Condiciones que le permitieron a la industria a resolver cuestiones que se arrastraban del período 2023, que estuvo signado por complicaciones para importar, pagos a proveedores a más de 300 días y reglas cambiantes que dificultaron la operatoria en el mercado local.

Gustavo Salinas habló con la prensa en el evento de cierre de año de Toyota Argentina

Además, aparecieron opciones de financiación y crédito, que empujaron también a los productos Toyota, logrando ser “casi un 10% de la venta al público”. “Volvimos a generar un ritmo de operación medianamente interesante”, amplió Salinas. Si bien el reordenamiento comenzó un camino paulatino puertas adentro, los problemas de logística global provocados por la guerra en Ucrania generaron un desbalance en la producción y las entregas. Aún así y pese a haber transitado momentos “desafiantes”, “el balance es positivo”, resumió Salinas.

“Vamos a terminar el año con 168.000 unidades producidas, trabajando horas extra para recuperar algún turno de producción perdido. Tener la planta con tres turnos no es algo habitual en el mundo Toyota, pero lo vamos a sostener porque la demanda existe. El año que viene vamos a quedar muy cerca del límite de nuestra capacidad instalada”, añadió el ejecutivo.

“Creemos que, en la medida en que la macroeconomía se siga sosteniendo, en el 2025 no deberíamos tener una devaluación abrupta ni grandes movimientos del mercado financiero. Esperamos que la inflación se siga desacelerando e imaginamos un mercado de más de 500.000 unidades para el año que viene”, aventuró Salinas. En esa línea, aseguró que trabajarán “muy fuerte en la competitividad” y que se espera “un tipo de cambio fuerte y apreciado” para el año próximo.

Ahora bien, en términos concretos, 2025 será un año de novedades. “Estamos planificando lanzar nuevos modelos, incluido un compacto híbrido, que fortalecerá nuestra oferta en la Argentina”, explicó. Además, se incrementará la producción y se hará más énfasis en modelos que arribaron este año con perfil más bajo, como fue el Crown.

Hay optimismo, pero todavía quedan pendientes que deben resolverse. Uno de ellos es el tema impositivo. Hace unos días, el Gobierno anunció la eliminación parcial del impuesto PAIS y puso fecha para su desaparición. A partir de ese momento, el impacto en precios se verá en los autos 0km, pero con un pendiente: el impuesto interno. Denominado “impuesto al lujo”, es la primera escala la que se pide, hace tiempo, que desaparezca.

“El impuesto interno que sigue abarcando a los vehículos de gama media debería decididamente desaparecer”, sentenció Salinas quien, en otra línea, habló de la “ineficiencia estructural argentina sobre la que hay que trabajar para mejorar la competitividad de exportación”. “[El logístico] es uno de los grandes problemas que tenemos en Zárate. Alrededor de Toyota circula más de un millón de vehículos al año [y] cualquiera que haya circulado en auto sabe el estado de las rutas, accesos y colectoras. Es un problema en el que estamos trabajando [y que es] responsabilidad de la Nación, Provincia y Municipio”, advirtió. “Es una combinación de factores. Hay cosas que nosotros no podemos hacer”, agregó.

La planta de Toyota en Zárate, provincia de Buenos AiresGentileza Toyota

Otro de los puntos destacados por Salinas en el encuentro giró en torno a la competencia mundial con las automotrices de origen chino. “Es uno de los grandes temas”, tituló el ejecutivo. Las políticas que potencialmente adopte Estados Unidos con la llegada de Donald Trump a la presidencia sumadas a las restricciones que el mercado europeo le pone a los vehículos de origen chino están generando un derrame a otros mercados, donde su participación es cada vez más elevada.

“Si uno toma Ecuador, Chile, Perú… te diría que el 25% del mercado ya son marcas chinas. Ahora, no necesariamente asegura que van a copar el mercado. Siempre hay un comportamiento del comprador inicial que, con el tiempo, va marcando cuál es el nivel real de demanda”, explicó. Es decir, se produce un boom en un primer momento tras la irrupción del nuevo jugador y se estabiliza conforme pasan los meses.

“Cuando los chinos llegaron a Brasil tuvimos un impacto inicial. Hoy, las ventas nuestras en Brasil siguen fuertes y sostenidas y no estamos sufriendo en absoluto lo que es la venta de los chinos, que allá ya representa el 8% del mercado. Tenemos que mejorar la calidad y competir con ellos, porque es una realidad que vamos a estar enfrentando en la Argentina en breve; creo que el año que viene”, concluyó.

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