Huelga y movilizaciones en toda Italia contra el plan económico de Giorgia Meloni
Hace tiempo que no se veía en Italia una movilización popular tan grande e intensa. Con una adhesión altísima, en promedio más del 70%, con picos en las grandes empresas de hasta el 85%, la huelga general de ocho horas proclamada en conjunto por las centrales obreras CGIL y UIL alcanzó a todos los sectores salvo los ferrocarriles.
Tuvo un éxito importante, sobre todo los que reclaman un aumento del poder adquisitivo de los salarios y pensiones, y la financiación de la sanidad pública.
“Queremos dar vuelta como un guante este país y para hacerlo es necesaria la participación de todas las personas. La revuelta social, para nosotros, significa decir que cada uno de nosotros no debe dar vuelta la cara frente a las injusticias”, dijo el secretario general de la CGIL (Confederación Italiana del Trabajo), Maurizio Landini, al hablar en la manifestación en Bolonia.
Landini destacó que 500 mil peronas han decidido salir a las plazas de toda Italia para defender la libertad y los derechos.
El principal líder sindical italiano dijo que “de las plazas obreras llega una respuesta democrática, pacífica, a los que tratan de poner en discusión el derecho de huelga”.
La huelga de ocho horas fue acompañada por movilizaciones en 43 ciudades del territorio italiano, llamada a “contrrarestar las medidas injustas del gobierno” de la primera ministra Giorgia Meloni.
Landini aseguró a la multitud reunida en Bolonia que “hoy comienza un proceso de movilización como no veíamos hace mucho tiempo y solo trabajando juntos podemos cambiar esta situación”.
Los sindicatos denunciaron, según Landini “un intento explícito de cuestionar el derecho de huelga”. “En el Parlamento se está discutiendo un decreto de seguridad y pedimos que lo retiren, porque busca criminalizar la huelga, los cortes de carreteras y la ocupación de las fábricas cuando cierran”, agregó el jefe sindical.
El reclamo por los salarios
El líder de la otra central obrera que participó, la UIL, Pierpaolo Bombardieri fue el orador principal en la marcha de Nápoles. Denunció “los peores salarios de Italia, este es uno de los principales temas de la huelga de hoy. Estamos en las calles por los salarios la gente que vive de un salario tiene dificultades para llegar a fin de mes. Este debe ser un problema central en el enfrentamiento con el gobierno”.
Bombardieri dijo que “el gobierno debería hacer una reflexión frente a las 40 plazas llenas de hoy, respecto a los cientos de miles de personas que hoy están en las calles pidiendo cambios”.
Veinte mil personas recorrieron las calles de Turín. Después de la marcha, grupos de estudiantes lanzaron bombas de humo contra la prefectura turinesa. Fueron quemados fantoches del ministro Mateo Salvini y de la premier Meloni.
En Turín las protestas produjeron choques violentos entre manifestantes y policías.
En Puerta Nueva la policía debió rechazar el asedio a la estación ferroviaria.
La huelga obligó a la aerolínea ITA a cancelar docenas de vuelos nacionales e internacionales. La medida de fuerza afectó a escuelas, hospitales y el transporte local.
La huelga era de ocho horas, pero el ministro de Transporte Mateo Salvini, impuso una orden judicial que limitó la paralización en el sector a cuatro horas.
Hubo muchas protestas por los problemas de la salud pública. El sector sufre una escasez de personas que ha obligado a contratar enfermeras en el exterior. Anna Salsa, miembro del sindicato de salud UIL, dijo en la manifestación de Roma que “muchas personas se van al extranjero porque los salarios son demasiado bajos”.
En todo el país proliferanon las manifestaciones en las que se leían, entre aplausos y ovaciones, los porcentajes de ausencia de los trabajadores de las empresas donde había sido proclamada la huelga general.
El Sindicato de Periodistas de la RAI, la radiotelevisión italiana, dio un comunicado de adhesión al personal que participa de la huelga en la empresa.
En Nápoles, el secretario de la UIL Bombardieri, denunció en el acto principal que un escándalo mayor es el de un millón de habitantes del sur italiano que deben viajar para hacerse atender en los hospitales del centro norte del país para ser curado, “Esta es una de nuestros principales reclamos al gobierno”, dijo.
En Toscana, setenta mil trabajadores en huelga marcharon por las calles y se congregaron en la plaza principal de la ciudad. “Esperábamos esta respuesta importante y lo comprendimos en las asamblea de lugares de trabajo de esta semana”, dijo el secretario general de la UIL local. “Había enormes ganas de salir a las plazas y a las calles”, remarcó.
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