Javier Milei, enojado con su gabinete, pidió más datos para justificar el ajuste en el Estado

Martes 12 de diciembre. Reunión de Gabinete del nuevo Gobierno de Javier Milei. La segunda. Tiempos nuevos en la política nacional. Agitados, también. El equipo de políticos y técnicos que debe sostener al país en medio de la catástrofe sincerada por el Jefe del Estado, esa mañana vivía horas de nerviosismo debido que tarde se anunciaría el plan de un ajuste único en su tipo. Shock.

Los ministros y secretarios empezaron a exponer ante el Presidente pero lo que él escuchaba no lo convencía. El Presidente se molestó con ellos. Se los hizo saber. Esas reuniones no son encuentros donde nada pasa salvo una foto.

Milei se exasperó cuando percibió que, salvo excepciones, varios de los miembros de su equipo de Gobierno no describían la situación recibida en sus organismos con la "sinceridad brutal" que él esperaba. A su modo, les hizo saber que no estaba conforme con lo que oía. No los acusó de falta de acción, pero sí les exigió más realismo y energía para aportar a un objetivo común: debían describir con total crudeza cuál es la situación que encontraron en cada uno de las áreas en las que habían sido nombrados para achicar sus gastos y efectivizar la gestión. Milei necesitaba más detalles y precisiones para comunicar el ajuste que anunciaría por la tarde el ministro de Economía, Luis Caputo, la primer medida del Gobierno con la que ahora se juega buena parte de su credibilidad y sostén electoral.

Milei frenó la reunión y cambió el tono de voz.

El Gabinete, aunque no todos sus integrantes le habían generado la misma desazón al Jefe de Estado, debió escuchar el primer "reto" de su líder.

De acuerdo a seis fuentes gubernamentales, y también con diálogo los principales funcionarios del oficialismo, Milei no se aguantó lo que sentía y tomó la palabra él.

"Nosotros tenemos que comunicar con mucha más crudeza la herencia que recibimos", empezó su exposición un tanto molesto, palabras más, palabras menos, y siguió: "Hay que mejorar el modo en que vamos a contar lo que recibimos, con datos claros, con números…"

Mirando a Caputo elevó la voz: "¡Con Luis estamos trabajando desde hace dos meses para llegar al déficit cero y ninguno me está aportando mucho para la comunicación del ajuste… ¿Qué es lo que no se entendió?". Y fue más allá: "¡Así no vamos a poder cumplir con lo que prometimos!".

Algunas de las fuentes consultadas afirman que llegó a decirles que si no empezaban a entregar información más precisa "¡voy a dejarlos de atender!". Incluso otras fuentes que reconstruyeron la escena ante este diario afirman que Milei llegó a afirmar que "soy capaz de rajar al que no me cumpla".

Otros testigos afirman que esa frase nunca se escuchó. Pero el reto por la falta de argumentos para comunicar el shock económico que propone es unánime: pasó.

Como se dijo, hay funcionarios que sí cumplieron con la premisa de Milei. Pero él habló para todos.

Para él, su plan de achique y de reforma estatal estaba estudiado de antemano por él y sus asesores, aun antes de que confirmara que se transformaría en Presidente electo. Uno de los principales consejeros del Jefe de Estado reveló a Clarín que Milei, con Luis Caputo, "aunque no lo hayamos contado" venían "trabajando sobre todo el anuncio del déficit cero. Nosotros dijimos que lo primero que atacaríamos iba a ser la bomba las Leliq, cuando en realidad Javier con 'Toto', básicamente, sintió mucha afinidad porque son dos fanáticos del recorte del gasto inútil del Estado. Pasaron horas recortando partidas que no servían para nada…".

Caputo no estuvo presente durante las casi dos horas que duró la reunión de Gabinete del martes. La reacción de Milei, mostrando firmeza, le llamó la atención a varios de sus subalternos.

Además de los ministros y secretarios designados a este momento en diversos organismos públicos, estuvieron también presentes la vicepresidente Victoria Villarruel, y el titular de Diputados, Martín Menem, entre otros. Demasiados testigos para que nada trascendiera.

Faltaban pocas horas para que el titular de Hacienda, Caputo, expusiera ante el país, en un mensaje grabado, los principales puntos del ajuste y la devaluación.

Tal vez por cómo terminó la reunión de ministros fue que el Gobierno no logró profundizar sobre cuestiones concretas del recorte estatal

El vocero presidencial, Manuel Adorni, y también más tarde el ministerio de Economía, hablaron de forma genérica del achique del Administración Nacional: "La Argentina pasó en la esfera nacional de 18 ministerios a tener 9. En términos de secretarías, hasta el 10 de diciembre eran 106 y ahora habrá 54, por lo que la reducción ha sido del 49%. En términos de subsecretarías, eran 182 y ahora serán 140, con una reducción de un 23%", comunicó Adorni.

La información fue general, y no particular.

El Gabinete había sentido el enojo de Milei… Pero el día sería largo.

Adorni no ocultó que faltaban datos fundamentales para darle mayor espesor a su mensaje: números y situaciones concretas de una herencia crítica y, además, anárquica en múltiples usos de los bienes públicos. El portavoz primero aclaró que más allá del recorte en ministerios, aun debía definirse qué pasaría en las "direcciones generales, nacionales y coordinaciones que probablemente sea de una magnitud similar al 34 %", y agregó: "Falta mucho en anunciar en materia de recorte público".

Ese día, como se dijo, fue el día más importante de la primera semana de Milei Presidente.

Los anuncios de Caputo finalmente se difundieron tras varios retrasos horarios. El mensaje fue grabado.

¿Se postergó porque fue especialmente analizado por los equipos de comunicación de la Casa Rosada libertaria?

En parte sí, reconstruyó Clarín.

Pero también hubo cambios sobre las medidas durante la misma tarde del martes. Sobre todo del paquete de proyectos de Ley que se enviará al Congreso para lograr el aval parlamentario del shock económico en medio de una crisis social que eleva su tensión.

También, de acuerdo a fuentes ligadas a la cercanía con la cúpula del poder, hubo cambios de último momento que propuso, no sin cierta sorpresa por lo que creía estaba redactado sin el total rigor profesional, el ya designado Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra.

Es un jurista experto en Derecho Administrativo de gran experiencia en la gestión durante el menemismo, más allá de controversias públicas sobre su pasado.

Barra se habría inquietado por el plan libertario y pidió que algunos puntos se modifiquen para pasar por el filtro judicial y legislativo.

Barra estuvo el martes en la Casa Rosada con el Presidente y Caputo, por supuesto.

Barra estaría convencido de que hay proyectos de Ley sobre la reforma del Estado que, según él, podrían implementarse sin pasar por el Congreso: se impondrían con la sola firma de decretos, dejó trascender en cierto funcionariado afín, debido a que insiste en que están vigentes leyes del menemismo que nunca se derogaron y ayudarían hoy al plan Milei. Se verá. Es lo que afirman fuentes que conocen esa trama más leguleya que política.

El Procurador del Tesoro, al menos en esta etapa, es un funcionario clave para el poder de Milei.

Su cualidad es paradojal.

Se transformo en esencial para "los nuevos integrantes" del Gobierno justamente porque se trata de especialista en leyes con mucha trayectoria: un "zorro viejo".

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