Kevin Coronel, sus dos expulsiones seguidas, el desborde y el dolor por la muerte de su hermanita: “Voy a seguir por vos”

El fútbol argentino emociona, en el sentido más amplio de la palabra. A veces aburre o entusiasma; otras despierta bronca y suspicacias. Y en este caso conmueve desde el silencio, detrás de dos tarjetas rojas y un dolor infinito que no tiene explicación posible: su protagonista es Kevin Coronel, defensor de Argentinos Juniors.

El viernes 1ro de noviembre, Coronel vio la roja en forma directa contra Vélez tras pegar un violento patadón que de casualidad no lesionó de gravedad a Agustín Bouzat. Fue la noche de La Paternal en que el Bicho le empató sobre la hora y con uno menos al Fortín, líder del campeonato.

Días después, el Tribunal de Disciplina de la AFA le dio cuatro fechas al formoseño de 20 años, pero la sanción bajó a dos tras considerar una situación personal: la trágica muerte de Kiara, su hermana de 6 años, víctima de un incidente vial en la ciudad de Formosa.

“Estoy acá, no sé cómo pero estoy mi negra, no caigo todavía con lo que pasó, estoy destruido y quería que estos recuerdos queden conmigo siempre mami”, escribió Kevin tras ese 15 de noviembre devastador.

Tras compartir unos días con su familia, el futbolista eligió transitar el duelo en Buenos Aires, entrenando y focalizado en la profesión que lo apasiona, con la contención de todo Argentinos Juniors, compañeros, entrenadores y dirigentes, pendientes a cada instante de lo que pasaba con Kevin.

En ese contexto delicado llegó el partido con Barracas Central, el lunes 25, y Coronel logró convencer al DT interino, Norberto Batista, de que estaba en condiciones de jugar y que necesitaba homenajear a su hermanita.

Kevin Coronel salió a la cancha con una foto de su hermana Kiara.

Así lo hizo, fue titular y al salir a la cancha posó con sus compañeros en la foto grupal con una imagen hermosa de Kiara. Lo abrazaron todos. Fue una escena que se escapó entre tantas cosas que pasan en un partido de fútbol, justo en la fecha que se recordaban los cuatro años de la muerte de Diego.

Venía cumpliendo Kevin en el lateral derecho, aunque el gol de Barracas en el primer tiempo fue un cachetazo para un equipo en crisis como Argentinos. Sin embargo, el partido de Coronel terminaría de la peor manera, con otra pelota que quedó larga y su reacción inconsciente de ir a trabar con el botín un poquito más arriba que lo aconsejable.

Fue menos violenta que la de Vélez pero el árbitro Darío Herrera y el VAR no tuvieron contemplación: Kevin se fue a los vestuarios cuando restaban 27 minutos y el Bicho buscaba el empate. Se puso a llorar de la impotencia, víctima de un desborde nervioso por lo que consideraba una injusticia. Aunque la injusticia más grande se la había dado la vida.

“No fue la noche deseada mi amor pero cumplí con lo que prometí siempre, entrar conmigo a la cancha. sos mi sostén y voy a seguir por vos, te amo tanto”, escribió el martes 26 en Instagram.

En otro posteo hizo referencia a la jugada para “pedir perdón por las cosas que pasan dentro del campo de juego”. Fue una noche caliente en La Paternal, con los hinchas insultando a la dirigencia pero también a Claudio Tapia, presidente de la AFA, por considerar que el árbitro omitió un penal en contra de Barracas Central.

Muchas emociones juntas, ninguna como la de Kevin, un chico de 20 años que a 1.100 kilómetros de su hogar sigue en shock. “Estoy pasando por momentos que ni yo lo entiendo y quisiera tener una respuesta, hoy no lo hago por mí, lo hago por mi hermana y por mi familia que día a día me tira para adelante”, escribió el pibe.

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