La era Menotti: a 50 años del nacimiento de un ciclo que cambió para siempre la Selección y el recuerdo del autor del primer gol
“El gol es un recuerdo permanente. Le dije a Edgardo Di Meola, que era el 9 de River y antes de Colón, que cuando recibiera la pelota me la tire, que la iba a buscar. Cuando lo hizo, salté entre tres españoles, cabeceé, la pelota dio en el travesaño, la volví a cabecear y marqué el gol”. Cincuenta años después, Roberto Rogel, le cuenta a Clarín con lujo de detalles el tanto de un momento histórico, un hito para el fútbol argentino. Y enseguida aclara: “En la foto se ven los defensores caídos, que es el segundo cabezazo, pero de entrada les gané el salto a lo tres”. El puntapié inicial del ciclo de César Luis Menotti, el 12 de octubre de 1974, ante España en el Monumental. Faltaban seis minutos y evitó la derrota argentina.
Rogel fue uno de los veteranos aquel día. Jugaba en Boca, era marcador central y tenía 30 años. El Conejo apenas jugó 10 partidos en la Selección, tres con Menotti, y aquel fue su único gol. “Para mi siempre fue un orgullo jugar en la Selección, la defendía como era mi características como jugador y las cosas me salieron bien”, remarca. Ahora, con 80 años, dice que la lleva bien, que va una o dos veces al Parque Avellaneda a correr, que dice que hizo un pacto con el de arriba, que le alargó la vida y que por eso llegó en buen estado a las ocho décadas. Sus amigos se ríen y le dicen que es un fanfarrón.
Tiene la memoria intacta y recuerda dos hechos que lo marcaron. No es rencor, dice, pero “al pan, pan, y al vino, vino. Lo que pasó fue así y la palabra vale oro”. ¿A qué se refiere? Primero al partido que le ganó Argentina 2 a 0, con goles de Miguel Brindisi y Oscar Mas, a Brasil en el estadio Beira Río de Porto Alegre, en el inicio del ciclo de Juan José Pizzuti, en marzo de 1970. “Nadie habla de ese partido pero le ganamos al futuro campeón del mundo, a un equipo al que decían que nadie podía marcar con los jugadores que tenía”.
En ese partido el técnico todavía era el periodista Joao Saldanha y el triunfo argentino aceleró su salida y la llegada del Mario Lobo Zagallo. “No fue ningún directivo, ningún periodista a ese partido, habíamos quedado afuera del Mundial y era un nuevo comienzo. Tenemos mucho orgullo de aquel triunfo todos los que participamos”.
Después, a que luego de los tres primeros partidos en los que jugó como titular, el 1-1 con España, y los dos con Chile de la Copa Dittborn en noviembre, 2-0 en Chile y 1-1 en Buenos Aires, el Flaco Menotti le dijo en diciembre: “Nos vemos el año que viene en el entrenamiento”. Nunca más fue citado. Igual, Rogel remarca: “Estoy contento y orgulloso de haber participado ese día”.
Aún así, reconoce que en aquellos tiempos, después de Guillermo Stábile tras el fracaso de Suecia en 1958, los DT de la Selección cambiaban a cada rato. No había continuidad. Y por eso ese partido, en aquel momento, fue uno más. Empezaba un ciclo pero no se sabía qué iba a pasar. Que igual había ansiedad entre los jugadores porque sabían que Argentina sería local en el Mundial y era una buena oportunidad para ganar. “Respetaron el trabajo a largo plazo del técnico. Y los muchachos supieron defender todo, jugaron un campeonato muy bravo”. Agrega, además, que con Carlos Bilardo pasó lo mismo antes del Mundial de México 1986, que andaba mal, lo querían sacar y sin embargo se lo sostuvo.
El debut y lo que pasó después
Menotti no tuvo tiempo para trabajar, no utilizó a todos los jugadores que quería y tampoco contó con el apoyo de la gente en aquel partido ante España por la Copa de la Hispanidad. Pero aquel inicio marcó un antes y un después para la historia de la Selección Argentina. El proyecto del Flaco, ideado junto al croata Rodolfo Kralj, incluyó la formación de un seleccionado del Interior y un preseleccionado juvenil orientado por el maestro Ernesto Duchini. Jerarquizó la Selección y recuperó el prestigio perdido en 1958.
Ocho jugadores de Independiente, seis de Huracán, tres de Boca y uno de River tuvo la primera convocatoria de Menotti, el mismo día en que fue confirmado como entrenador, el 2 de octubre de 1974. Según el Boletín N° 54 de la AFA, del 2 de octubre de 1974, Menotti llamó a Carlos Gay, Eduardo Antonio Commisso, Miguel Angel López, Francisco Sá, Miguel Angel Raimondo, Ricardo Bochini, Agustín Balbuena y Ricardo Bertoni (Independiente), Miguel Leyes, Jorge Carrascosa, Francisco Russo, Miguel Brindisi, Carlos Babington y René Houseman (Huracán); Rubén Sánchez, Osvaldo Potente y Enzo Ferrero (Boca); y Juan José López (River).
Sin embargo, tuvo que reemplazar a los 8 jugadores de Independiente, que el 12 de octubre jugaron la primera final de la Libertadores con San Pablo. Salvo Raimondo, todos fueron titulares en el Pacaembú. Por eso aparecieron Vicente Pernía y Roberto Rogel (Boca); Jorge Paolino (Racing) y Edgardo Di Meola (River); y Marcelo Trobbiani (Boca). No jugaron Roberto Mouzo y Alberto Tarantini (Boca). Aquel día, Argentina formó con Sánchez, Pernía, Paolino, Rogel, Carrascosa; Brindisi (Trobbiani), Russo, Babington (Potente); Houseman, Di Meola y Ferrero.
“Jugarán los jugadores que mejor lo estén haciendo en el campeonato. Es importantísimo confeccionar el calendario internacional. Y entonces sí tendrá la prioridad necesaria, y si bien los jugadores podrían integrar los domingos sus equipos, no ocurrirá lo de esta vez. Ni la Copa Libertadores ni ningún tipo de gira podrá afectar a la Selección”, avisó Menotti tras el 1-1 con España.
Apenas un par de entrenamientos tuvo Menotti antes del debut. Su confirmación como técnico tardó más de lo previsto. David Bracutto, presidente de Huracán y de la AFA desde 21 de junio de 1974, se propuso llevar al técnico que sacó campeón a su equipo en 1973 al seleccionado. Luego del Mundial de Alemania y de dos meses de reuniones lo consiguió. Por eso fue nombrado oficialmente apenas 10 días antes del partido ante España. Para la ocasión llegaron los popes de la FIFA. Era una prueba de fuego a casi cuatro años del Mundial. Por eso la AFA no vendió todas las entradas -no quería inconvenientes- y hubo 15.000 asientos desocupados. Hubo color, pero no calor.
Escribió Juvenal en la revista El Gráfico: “A una formación presidida por la concepción del toque, la exquisitez, la sutileza (“No quiero troncos en mi equipo”, declaró Menotti en un reportaje cuando se hizo cargo de la Selección), tuvo que salvarlo precisamente un representante de la otra línea: la de los fuertes, los toscos, los que anteponen el vigor físico y espiritual al dogma de la pelota bien tratada y la perfección técnica. Cuando Argentina se encontró perdiendo 1 a 0, consiguió el empate Roberto Rogel, un antiexquisito por excelencia, haciendo jugar sus ganas, su vergüenza, su pujanza, su carácter, en dos cabezazos dentro del área penal”
Años más tarde y como respuesta a aquella crítica, Menotti le contó a Matías Bauso en el libro 78, Historial oral del Mundial: “Ese partido se resolvió formando un equipo de emergencia con jugadores de Boca (que andaban muy bien en su momento) y de Huracán, a los que conocía a la perfección porque había trabajado tres años con ellos. El partido no sirvió para nada en cuanto al juego, pero sí para comprender lo que nos esperaba: las cuestiones extrafutbolísticas, los problemas con las citaciones, las presiones. Muchos nos criticaron que ‘el famoso fútbol de toque de Menotti no se vio’. Solo trabajamos tres días y con un equipo de emergencia. ¿Qué querían?”
Después de un par de amagos de renuncia, Menotti logró gran parte de los objetivos que se planteó. Los dos títulos (Mundial 78 y Juvenil 79) fueron importantes pero mucho más la idea de que la Selección debía ser “la prioridad número 1”. Entre octubre de 1974 y agosto de 2004 (30 años) Argentina tuvo otros cuatro técnicos: Menotti, Bilardo, Basile, Passarella y Bielsa. Después, pasaron ocho entrenadores en 14 años hasta 2018: Pekerman, Basile, Maradona, Batista, Sabella, Martino, Bauza y Sampaoli.
El presente es conocido. Lionel Scaloni empezó como interino y con el apoyo incondicional de Menotti, entonces Director de Selecciones Nacionales, fue confirmado como principal. El jueves pasado, ante Venezuela, llegó a los 80 partidos en el banco argentino, superando por uno a Menotti y a Bilardo. El Flaco murió el 5 de mayo de este 2024. Su legado continúa.
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