La guerra entre la AFA y Talleres: quién es quién en el Tribunal de Disciplina que determinó el severísimo castigo contra Andrés Fassi

El Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino está conformado por ocho integrantes y es la primera instancia para la resolución de conflictos que circundan a la pelota en nuestro país. Se rigen por el Estatuto y el Código de Ética de la AFA, apoyados en el Reglamento de Transgresiones y Penas y, para lo que no esté escrito, en el Código Procesal Civil y Comercial.

Presidido por Fernando Mitjans y con Sergio Fernández en la vicepresidencia, el Tribunal se completa con Eduardo Bozzi, Jorge Luis Ballesteros, Sergio Fernández, Jorge Gallelli, Gerardo Gómez Coronado y Esteban Mahiques.

Por encima del Tribunal de Disciplina se encuentra el Tribunal de Apelaciones que preside Héctor Latorraga y tiene como vicepresidente a Fernando Luís María Mancini. El resto de los miembros son Osvaldo Seoane, Guillermo Rojo y Agustín Raúl Rubiero.

En muchos casos, hay un club de origen con alguna participación dentro de alguna Comisión Directiva. En otros, la pertenencia está ligada al rol de hincha o simpatizante. Pero todos, salvo excepciones, llegaron a esas posiciones de la mano de algún dirigente de la política nacional.

El escribano llegó a la AFA en 1995 de la mano de Mauricio Macri, entonces presidente de Boca. Tiene linaje ya que su padre, y homónimo, fue interventor de la asociación a fines de la década del 70. Tejió su propio recorrido que lo llevó a ser el número dos en el Comité de Apelaciones de la FIFA. Trascendió a Julio Grondona, Luis Segura, el Comité de Normalización y se mantiene desde que la conducción corre por cuenta de Claudio Chiqui Tapia.

Suele pasar desapercibido, aunque en 2015 se filtraron audios de una conversación telefónica en la que el entonces presidente de Boca, Daniel Angelici, le pedía una sanción leve o nula para que Leandro Marín y Cristian Erbes pudieran estar en el duelo ante Vélez en el que se jugaba la clasificación a la Copa Libertadores.

Es uno de los miembros del Tribunal de Disciplina que pertenece al sistema judicial: es juez de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal. Fue propuesto por el club de futsal Pinocho después de que el Estatuto habilitara a los clubes de esta disciplina a meterse en la vida política de la AFA.

Fue el único miembro del Tribunal que no votó en favor de la continuidad del partido suspendido en la escandalosa definición por el ascenso a la Primera B Nacional de 2017 entre Deportivo Riestra y Comunicaciones. Creía que debía darse por ganador del partido al Cartero. Hay, además, un dato curioso que lo vincula con Lionel Messi: fue él quien le regaló al crack rosarino la camiseta de Newell’s que usó para homenajear a Diego Maradona tras su muerte en un partido con Barcelona.

Fue por un tiempo vicepresidente del Tribunal de Disciplina y suele desempeñar en la actualidad el rol de secretario en las reuniones. Es un empresario que supo presidir la Cámara Empresaria Fueguina del Autotransporte de Cargas (CEFAC). Originalmente llegó propuesto por el club Platense y es uno de los pocos que no tiene una formación ligada al Derecho.

En la vieja flota de su empresa de transporte, los acoplados tenían ploteados con motivos Calamares: desde el Polaco Goyeneche a Marcelo Espina, recordado jugador del equipo de Vicente López que actualmente se luce como comentarista televisivo.

En 2018 renunció a su cargo como juez de la Sala I de la Cámara Federal porteña, donde había llegado diez años antes. Llegó por concurso y fue la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner la que eligió su nombre dentro de una terna que compartía con el juez en lo Penal Económico Javier López Biscayart y el abogado Domingo Montanaro.

Ballestero, de 68 años, trabajó en la Justicia desde hace más de cuatro décadas tras recibirse de abogado en la UBA en 1988. Fue secretario del Juzgado Federal N° 2 porteño hasta que 1992 el entonces presidente Carlos Menem lo nombró fiscal federal. Un año más tarde volvió al Juzgado Federal N° 2, pero esta vez en calidad de juez. Tuvo a su cargo ese juzgado durante 15 años. Integra el Tribunal de Disciplina de la AFA desde finales de los años 90.

Fuera de la órbita del fútbol Mahiques es el director de Asuntos Nacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación. Su currículum lo ubica en ese ámbito desde 2012, ocupando diferentes áreas.

Pertenece a una familia vinculada al sistema judicial, muchas veces vinculada al macrismo, pero este Mahiques tiene un perfil subterráneo que no lo encuentra en las noticias del fútbol ni en las de la rosca política.

Fuera de la AFA es juez de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, donde tiene mayor exposición que en el fútbol. Fue, por ejemplo, el magistrado que procesó a la viuda e hijo del narcotraficante colombiano Pablo Escobar por lavado de activos.

Al comienzo de la pandemia de Covid19, acusó de propagar la enfermedad a un joven que llegó al país un día después del decreto de necesidad y urgencia que establecía que aquellos pasajeros provenientes de países con alta tasa de contagios debían permanecer aislados quince días. El señalado había regresado de Estados Unidos, estuvo en el cumpleaños de su prima y contagió a varios invitados, entre ellos a su abuelo que murió tras contagiarse de coronavirus.

Es abogado, director de Planificación de la Seguridad del Municipio de Tres de Febrero y ex Defensor del Pueblo adjunto de la Ciudad. Cumplió funciones en Independiente como miembro de la Comisión Revisora de Cuentas durante la gestión de Hugo Moyano, que fue quien lo propuso para el Tribunal de Disciplina.

Es asesor financiero y su vinculación en el mundo del fútbol está anclada a Ferro Carril Oeste, club que lo propuso y por el cual ocupa un lugar desde hace 31 años. En la tradicional institución de Caballito trabajó junto al empresario Gustavo Mascardi cuando gerenció el fútbol del Verdolaga.