La mesa de Cristina, Kicillof y Massa y el nombre que ya definió Javier Milei y que asusta al PRO
Tiemblan mandriles
El Gobierno nacional está en campaña permanente. No hay día en que no genere un hecho político, disruptivo, que obligue a que se hable del tema en las redes y en los diversos medios de comunicación, al margen de los sucesos de la economía que hoy le sonríen a Javier Gerardo Milei.
La convocatoria a sesiones extraordinarias con temas como la suspensión de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) y la financiación de los partidos políticos más la privatización de Aerolíneas Argentinas muestran a una administración empoderada que maneja los tiempos y tiene de rehén al PRO, sus supuestos aliados, quienes apostaban a competir en unas Primarias con los libertarios.
No será así sino que el mileísmo impondrá criterios: no habrá negociación por cargos (algo adjudicado en el discurso a “la casta política”) ni un acuerdo sino una amigable oferta a sumarse a las listas de “La Libertad Avanza”. El PRO (o el macrismo) no tendrá chance de sumar su nombre a una alianza, como las que supo conformar con Cambiemos o Juntos por el Cambio, donde convivieron con radicales y la Coalición Cívica. El nombre -para los Milei- no será otro que “La Libertad Avanza”. Fin.
“Será un ‘tómenlo o déjenlo’. Y si no nos gusta, ‘andá a Clase Turista'”, define con lenguaje llano un dirigente que auspicia un entendimiento entre LLA y el PRO que, aparentemente, no sucederá.
El primer molesto con este asunto es Mauricio Macri, quien recela de los movimientos parlamentarios del Gobierno así como de la designación de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia, donde ve una línea de negociación con el cristinismo. En honor a la verdad histórica, sobre esos ductos con los K también se hablaba en tiempos de gobierno cambiemita.
En ese entonces, se decía que Cristina negoció no ir presa y ahora, que la ex Presidenta pretende tranquilidad judicial con la Causa Vialidad -por lo que aceptaría a Lijo e incluso a García Mansilla- y que se anulen las PASO, para abortar cualquier desafío interno a la aún no asumida presidenta del PJ. Pragmatismo al palo…
Paso a paso sin PASO
En estos días, reina un poco de paz en el Gobierno nacional y su interna pues al margen de las diferencias entre Karina Milei, Santiago Caputo y Sandra Pettovello, hay un balance positivo del estado de las cosas al cumplirse un año de gobierno y una mirada positiva de cómo se está funcionando la gestión sobre tres pilares son: desregulación, cuidar la macro y la inflación y la seguridad.
Mientras tanto, la discusión política entre los aliados del oficialismo tiene un elemento: Mauricio Macri no quiere regalarle la representación de la derecha política a Milei y los suyos, quienes no solo quieren fagocitar al PRO sino también busca comerle las costillas al peronismo en la provincia de Buenos Aires, con dirigentes como Karina, Lule y Martín Menem y el bonaerense Sebastián Pareja.
En las últimas horas, llegó a la residencia presidencial de Olivos la última medición de Federico Aurelio (ARESCO) que muestra a la gestión nacional -así como en la imagen personal de Milei- en su pico máximo, con un 57% de aprobación.
Eso determina que la eliminación de las PASO impulsada por los libertarios y por el cristinismo llevan al PRO a interesantes desafíos tanto en Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires. Así, las administraciones de Jorge Macri como de Axel Kicillof deben determinar si llaman a elecciones desdobladas o si mantienen la misma fecha de la elección nacional de diputados y senadores (prevista para el mes de octubre). En la Ciudad, la elección de legisladores porteños es con boleta electrónica y en Provincia, rige aún la boleta tradicional de papel.
Todo esto abre a juegos que ya se discuten en mesas políticas de cada lado de la Avenida General Paz: Jorge Macri exhibe mediciones en su territorio que hablan de una mejora en la imagen de la gestión y otros que el PRO puede ir a una elección por su lado, en caso de que el mileísmo -envalentonado- quiera jugar en soledad. Eso llevaría al PRO a definir nombres, desde la elección del Senado en octubre (¿Mauricio Macri?) o un nombre novedoso para la elección local, que sería varios meses antes. Algunos miran el nombre de Ramiro Marra como un candidato potable, quien hoy es un defensor de la gestión presidencial pero que no es admitido por la cohorte karinista.
Mauricio Macri actualmente está fuera del país pero ya se prepara para encabezar un evento del Consejo Nacional del PRO en el Abasto el 13 de diciembre, como cierre del año partidario a nivel nacional. Y a continuación, un encuentro de “Inteligencia Artificial” de la Fundación Pensar. Los oradores (con discursos políticos) serán Mauricio, Jorge y María Eugenia Vidal. Mostrar músculo y los dientes ante la estrategia libertaria. ¡No se inunda más!
Perucas
El peronismo define esta semana un par de hechos que pueden ser relevantes: primero, que Cristina Elisabet Kirchner asumirá la semana próxima la presidencia del Partido Justicialista y no esperar así a la formalidad del año que viene. Eso sería con un acto para que la ahora jefa partidaria hable y sus dichos repercutan. Nada de canchas ni estadios grandes: todo ahora es en formato cerrado y en modo 360°.
CFK apuesta a que se eliminen las PASO, pensando no tanto en esta elección sino también en 2027 cuando llegue el turno presidencial. Satisfecha con que el Gobierno confronte con ella, está convencida de que el proyecto de Ficha Limpia nunca superará la barrera de los votos en el Senado nacional.
Y que las gestiones de dirigentes propios mantengan aceitada la conversación judicial con el mileísmo: Juan Martín Mena, ex número dos de la AFI y actual ministro de Justicia bonaerense tiene línea con Sebastián Amerio, el número dos de Justicia, hombre de Santiago Caputo y verdadero artífice del ministerio que en la formalidad conduce Mariano Cúneo Libarona.
En el Instituto Patria quieren ir por más que definir los jueces de la Corte Suprema: el kirchnerismo quiere arremeter contra los camaristas Bruglia y Bertuzzi pero no tiene número en el Consejo de la Magistratura para cruzar a los que CFK define como “los jueces del lawfare”. En Magistratura los jueces, académicos y abogados -menos Mariano Recalde-, los tiene ordenados el Gobierno donde, por el momento, no quieren meterse en ese asunto que es una obsesión de la ex jefa de Estado.
Mientras tanto, Cristina y su hijo Máximo observan los movimientos de Axel Kicillof, quien analiza si desdobla las elecciones provinciales y cómo, y qué posición tomará con sus allegados Andrés Larroque y Jorge Ferraresi, quienes quieren mostrar los dientes ante el cristinismo.
Sergio Tomás Massa se reúne semanalmente con Axel Kicillof, así como con Cristina Kirchner. Y abona para este fin de semana, un encuentro de ellos tres para conformar una “mesa de tres”. O de cuatro, si Máximo Carlos Kirchner acepta no pelearle cada casillero al gobernador bonaerense.
En los próximos días se sabrá si habrá calma peronista cuando en la Legislatura bonaerense se deba votar Presupuesto, Endeudamiento y luego, Desdoblamiento electoral. Hora de saber si hay unidad o si el peronismo va a las próximas elecciones parlamentarias con más de una lista. Continuará…
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