La pesadilla de Gisele Pelicot, drogada por su marido y violada por decenas de hombres durante décadas, estremece a Francia y al mundo


El juicio por la violación de Madame Gìsele Pelicot en los tribunales de Avignon es seguido en el mundo como una dramática y morbosa serie de Netflix. La atroz tragedia de esta mujer de 72 años, jubilada y retirada en un pueblito de la Provence francesa, violada por más de 90 personas, en estado comatoso con psicotrópicos y Karidium, que fueron convocadas por Dominique, su marido, en el sitio Coco de Internet.

En Francia, los acusados solo pueden ser identificados por sus iniciales y no por sus apellidos. Todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Gisele aceptó ser identificada públicamente y se convirtió en un símbolo de la femineidad y el coraje. Los jueces aceptaron su pedido. Ella concurre todos los días a las audiencias en el tribunal.

El proceso tiene más interés fuera del país que en Francia, donde ha habido dos marchas en París y Avignon para honrar el coraje de Gisele, que ha rechazado una colecta en su nombre. Se acaba de divorciar de su marido hace tres semanas y vive con lo esencial.

Pero este juicio en los tribunales de Avignon, a 700 kilómetros de París y en la Ciudad de los Papas, jamás se hubiera realizado si Nathalie, una de sus víctimas, no lo hubiera encontrado y denunciado el 12 de septiembre de 2020, in fraganti, en un supermercado de Carpentras, en la Vaucluse.

Dominique Pelicot, de 71 años, fue pillado “in fraganti” mientras filmaba bajo las faldas de unas clientas, en un supermercado de Carpentras (Vaucluse). Nathalie, una de ellas, lo denunció a la policía. Gracias a ella, este hombre es detenido y la violación múltiple de Mazan sale a la luz.

Sin ella, sin ese tour de shopping, el juicio a los violadores de Mazan no existiría ni el alcalde del pueblo se preocuparía por la imagen que quedará tras este horror, como el “pueblo de los violadores”.

Gisele Pelicot llega con sus abogados a una de las audiencias del juicio por las múltiples violaciones de las que víctima durante décadas. Foto: EFE

Filmando bajo las polleras

Aquel sábado, los guardias de seguridad del supermercado Leclerc de Carpentras notaron que un hombre merodeaba y filmaba bajo las piernas de las clientas. No era otro que Dominique Pelicot, procesado desde principios de septiembre por haber violado a su mujer, haberla drogado y entregado a desconocidos.

Ese día ya había filmado bajo las faldas de tres mujeres. Comenzó a hacerlo con su cuarta víctima, Nathalie, madre de dos hijos. Un guardia de seguridad intervino y le quitó el teléfono.

“¡Estaba filmando debajo de su vestido!”, le dijo el agente a Nathalie. “¿Va a presentar una denuncia? Son cuatro clientas. Lo seguimos con la cámara, son cuatro veces. ¡Vamos, policía! ¡Policía, ahora mismo!”, sugirió el agente.

Cuatro años después de los hechos, Nathalie habló por primera vez en BFMTV. “Afortunadamente presentamos una denuncia”, dijo. Dominique Pelicot fue puesto bajo custodia policial y su equipo informático fue confiscado.

“Se mostró miserable, dijo que no había hecho nada y adoptó una actitud de víctima”, afirmó Nathalie.

El juicio en los tribunales de Aviñón, Francia, despertó interés dentro y fuera del país. Foto: EFE  El juicio en los tribunales de Aviñón, Francia, despertó interés dentro y fuera del país. Foto: EFE

Los videos de las violaciones

Los investigadores descubrirán cientos de imágenes pornográficas. Así es como encuentran la múltiple violación y los 50 hombres, acusados de protagonizarlo. Fueron muchos más, probablemente 90, pero hay 50 detenidos y uno fugado. Estalla el affaire de la violación en Mazan. Un jefe de detectives de Vauclouse fue el encargado de contárselo a Gisele, que jamás lo hubiese imaginado. Fue en la comisaria, después de haber encontrado los videos de las múltiples violaciones. “Tendré que contarle algo que no le va a gustar, Madame”, le dijo.

Un mes después, Nathalie se enteró del asunto de la violación de Mazan por la prensa y tomó conciencia de la magnitud de los crímenes de Dominique Pelicot. Para ella es hasta hoy un trauma.

“Durante al menos dos años no fui de compras con un vestido”, dice. “Y al vestido que llevaba ese día, lo tiré. Con el primer artículo que leí, cuando vi el personaje, tiré ese vestido, ya no pude verlo más”, contó Nathalie.

La primera vez que habló durante el juicio, Gisèle Pelicot contó la detención de su ex marido, el día en que su mundo empezó a “colapsar”.

“Él se pone a llorar. Me dice: ‘Hice una estupidez. Me pillaron en el centro comercial tomando fotos debajo de las faldas de las mujeres’. No pude imaginar, en ese momento, qué pasaría a continuación”, admitió Gisele ante la Justicia.

Nathalie nunca conoció a Gisèle Pelicot. Ella reconoce que tal vez algún día asista a una audiencia para esta mujer, cuya dignidad y coraje han impresionado desde el inicio del juicio.

Un dibujo judicial muestra a Dominique Pelicot, acusado de drogar a su esposa y contactar hombres para violarla, en las audiencias de esta semana. Foto:  AFPUn dibujo judicial muestra a Dominique Pelicot, acusado de drogar a su esposa y contactar hombres para violarla, en las audiencias de esta semana. Foto: AFP

Qué declaró uno de los violadores

Uno de los 49 hombres acusados ​​de abusar de una mujer francesa por invitación de su marido declaró ante el tribunal esta semana. Describió que se dio cuenta de que estaba inconsciente, pero insistió en que no la había violado intencionadamente.

Lionel Rodríguez, un empleado de supermercado, fue el primero de los acusados ​​en testificar en el juicio por violación masiva en Avignon sobre su asociación con Dominique Pelicot. El sedó a su esposa, Gisèle, y la ofreció a hombres que había reclutado en un sitio web de swingers.

Pelicot ha admitido todos los delitos, cometidos a lo largo de una década. Ha dicho que los demás hombres fueron todos cómplices voluntarios.

La señora Pelicot ha renunciado a su derecho al anonimato para dar a conocer la prevalencia en Francia de la “sumisión química”: violación por parte de hombres que drogan a las mujeres, a menudo a sus esposas. Su determinación y publicidad internacional han ayudado a hacer del juicio un probable punto de inflexión en el enfoque del país sobre la violencia sexual doméstica.

Pelicot le ofreció a Rodríguez, de 44 años, “algo un poco fuera de lo común”. Le dijo que a su esposa le gustaba tener sexo con otros hombres mientras estaba sedada.

“Se habló de medicamentos médicos. A veces de que ella los tomaba, y a veces, de que él se los administraba. No estaba muy claro. Creo que me convencí de que era un juego sexual… No me hice demasiadas preguntas”, dijo Rodríguez.

Gisèle Pelicot y su esposo, durante el juicio que se lleva adelante en Avignon. Foto: APGisèle Pelicot y su esposo, durante el juicio que se lleva adelante en Avignon. Foto: AP

En primer lugar, Pelicot había enviado a Rodríguez fotografías de su esposa en el jardín, desnuda y aparentemente despierta. Luego, en diciembre de 2018, Pelicot lo invitó a la casa de la pareja en la pequeña ciudad provenzal de Mazan, después de llevar a la Sra. Pelicot a su supermercado para una “inspección”, dijo Rodríguez al tribunal.

Lo llevaron al dormitorio y, siguiendo las instrucciones “insistentes” del marido, tuvo relaciones sexuales con la comatosa Sra. Pelicot durante 30 minutos. Cuando la Sra. Pelicot comenzó a moverse, el marido “me dijo que saliera de la habitación. Fue entonces cuando me di cuenta de que algo andaba mal”, dijo Rodríguez.

“Nunca imaginé que ella podría no ser parte de este juego . Mi mayor error fue no asegurarme de que ella estuviera consciente y consintiendo”, agregó.

Él aceptó que había cometido una violación. “Como nunca obtuve el consentimiento de la señora Pelicot, no tengo más remedio que aceptar los hechos”, dijo al tribunal. Sin embargo, afirmó que no tenía intención de violar. “Cuando me subí a mi coche ese día, no me dije a mí mismo: ‘Voy a violar a esta mujer’”.

El mismo argumento -que Pelicot engañó a los hombres para que cometieran esos actos- es utilizado por 35 de los acusados.

Otro testimonio

Un segundo acusado, Jacques Cubeau, de 72 años, bombero jubilado y conductor de camión, dio al tribunal un relato similar de cómo lo engañaron para que creyera que los Pelicot eran swingers, después de ponerse en contacto con el marido por Internet.

Ninguno de los hombres ha negado un encuentro con la señora Pelicot. No pueden porque la policía los había identificado a partir de grabaciones de video, mensajes y llamadas telefónicas, en registros meticulosamente mantenidos por Pelicot. Otros 20 hombres aún no han sido localizados.

Cubeau declaró ante el tribunal que solo había acariciado a la señora Pelicot, cuando se la presentaron en la cama de la pareja, en 2020 y que nunca la había violado. Dijo que lo había perturbado la escena de la mujer dormida.

“El señor Pelicot me pidió que saliera del dormitorio, lo cual fue un alivio. Le dije que no estaba en el lugar correcto. Me arrojó un par de slips y me dijo: ‘Aquí tienes un recuerdo’”.

Cubeau dijo que pensó en denunciar la escena a la policía, pero nunca lo hizo. El juez de instrucción informó que un video mostraba a Cubeau practicándole sexo oral a la señora Pelicot antes de irse. Ella tuvo graves problemas ginecológicos y enfermedades sexuales transmisibles sin saber de donde provenían, más pérdida de memoria.

Ambos hombres dijeron que lamentaban amargamente sus acciones, que habían destruido sus vidas. Cubeau dijo que culpaba a las actitudes patriarcales, que daban a los hombres franceses mayores la idea de que eran “dueños” de sus esposas.

Gisele, contra los abogados

La señora Pelicot, cuyo divorcio se ha formalizado hace tres semanas, reprendió el miércoles a los abogados de la defensa de los violadores, cuando la obligaron a admitir que había posado para las fotos eróticas que su marido envió a sus contactos.

“¿No es usted un poco exhibicionista?”, le preguntó uno de ellos. Ella negó haber colaborado en las fotos y acusó a los abogados de intentar culparla.

En la apertura del juicio el 2 de septiembre, el comisario jefe Jérémie Bosse-Platière, responsable de la investigación, afirmó que los cientos de horas de video vistos por la policía demuestran, sin lugar a dudas, que “los autores no podían creer que Gisèle Pelicot no estuviera consciente”.

Los hombres, entre ellos un acusado número 51, y los abogados la describieron como una participante voluntaria y una alcohólica.

Gisèle Pelicot y su abogado llegaron el 18 de septiembre al tribunal de Avignon, donde 50 hombres están acusados ​​de violarla. Su ex marido, Dominique, ya había admitido allí su culpabilidad.

Gisèle Pelicot expresó su indignación ante el tribunal por la forma en que los abogados de algunos de los acusados ​​habían transmitido sus afirmaciones de que creían que ella había consentido y estaba llevando a cabo una fantasía, cuando tuvieron relaciones sexuales con ella.

Dominique Pelicot, de 71 años, dijo al tribunal el martes que había organizado la violación de su esposa por parte de 49 de los hombres, durante una década, después de sedarla en secreto. Ella no sabía nada sobre su terrible experiencia, hasta que la policía encontró un video de los crímenes en su teléfono móvil.

Dieciséis de los acusados ​​niegan su culpabilidad, afirmando que creyeron las afirmaciones de Pelicot de que estaban jugando un juego “libertino”, cuando fueron invitados a la casa de la pareja en Mazan, cerca de Avignon, donde se está llevando a cabo el juicio.

Antes de que los hombres prestaran declaración, la señora Pelicot, de 72 años, que ha salido a la luz pública para exponer los horrores de la violencia sexual conyugal, se dirigió al tribunal.

Dominique Pelicot, el ahora ex marido, acusado de drogar a su esposa para que la violaran decenas de hombres. Dominique Pelicot, el ahora ex marido, acusado de drogar a su esposa para que la violaran decenas de hombres.

“Hoy en día el perdón no existe”, afirmó, añadiendo que estaba furiosa con la conducta de los abogados defensores desde que se inició el juicio.

“Humillada” en pleno juicio

“Desde que llegué a este tribunal, me he sentido humillada”, afirmó Gisele. “Me han tratado como a una alcohólica, haciendo como si me embriagara de una manera, que me convierte en cómplice del señor Pelicot”, dijo.

“En el estado en el que estaba, no podía responder a absolutamente nada. Los videos que van a mostrar lo van a demostrar”, añadió. Aunque su vida había sido “destruida” durante diez años, dijo: “Tengo la impresión de que yo soy la culpable y los 50 hombres detrás de mí son las víctimas”, dijo.

“¿Usted no tiene cerebro?”, le preguntó a otro de los acusados, cuando dudó de su estado comatoso y no se preguntó si ella no estaba drogada.

La hija de los Pelicot, Caroline, cuyas fotografías fueron encontradas en los dispositivos de su padre junto con imágenes de su madre siendo violada, estaba al borde de las lágrimas en el tribunal mientras su madre hablaba.

La Sra. Pelicot dijo que no podía entender cómo sus violadores podían haber creído que ella había consentido algo. “¿Qué son estos hombres? Son degenerados”, dijo , mientras los acusados ​​​​arrastraban sus asientos.

Ella atacó una afirmación de Guillaume de Palma, abogado de seis de los acusados, quien argumentó anteriormente en el juicio que los hombres no sabían que no tenían el consentimiento de la Sra. Pelicot, por lo que no podían ser culpables.

“Sin la intención de cometer violación, no hay violación”, había dicho el letrado.

“La violación es violación. No hay diferentes tipos de violación”, respondió Madame Pelicot.

De Palma se disculpó con la Sra. Pelicot, diciendo que estaba haciendo una distinción entre la definición legal de violación y la interpretación del término por parte de los “medios de comunicación”.

“Lamento mucho si estos comentarios pueden haberla herido o impactado”, dijo el abogado.

“Que la vergüenza cambie de bando”

Los activistas han aprovechado el juicio en Avignon para exigir un cambio en la ley francesa para insertar “la falta de consentimiento” como el criterio clave para definir la violación. En la actualidad, la violación se define como la penetración , lograda “mediante violencia, coacción, amenaza o sorpresa”.

La Sra. Pelicot, que se ha ganado una admiración generalizada por su coraje al enfrentar el juicio sin la protección del anonimato, dice que quiere que el caso “haga que la vergüenza cambie de bando”, quitando la culpa de las víctimas y colocándola firmemente sobre los depredadores masculinos.

El tribunal también escuchó a Jean-Pierre Maréchal, un camionero jubilado de 62 años, describir cómo había drogado a su propia esposa, bajo la supervisión de Pelicot y luego, la había violado con él.

“Lo que hice es espantoso. Soy un criminal y un violador”, dijo. “Estoy en la cárcel y me lo merezco”. Al igual que Pelicot, Maréchal culpó a una infancia traumática, en la que sufrió violencia sexual, incluso a manos de su padre.

Imágenes aterradoras

El acusado Jacques C., un jubilado de 72años, admitió este jueves ante el tribunal de Avignon haber violado a Gisèle Pélicot, pero negó la penetración. Para confrontarlo con los hechos, el Tribunal decidió difundir videos y fotografías de la violación en la sala.

Imágenes terribles a las que la sala, en silencio, se enfrentó durante varios minutos. Algunos acusados ​​miraron las pantallas, otros no. Caroline Darian, hija de Gisèle Pelicot, salió de la sala.

Una vez finalizada la proyección, se reanudaron los debates en la sala. El abogado de Jacques C., furioso, denunció el sensacionalismo.

Antes de la difusión de los videos y las fotografías, Jacques C. había dado su versión de los hechos. El acusado explicó que se encontró una mañana con Dominique Pelicot en el sitio Coco.fr y que esa tarde se dirigió a su casa de Mazan.

Dominique Pelicot habría explicado que su esposa había tomado pastillas para dormir. Indicó que ella estaba durmiendo, antes de enviar mensajes de texto lascivos, diciendo que “estaba lista y lavada”. Luego explicó que estaba pensando en un “juego” libertino.

“Sigo las instrucciones, estaciono a distancia. Llego. Dominique Pelicot me pide que me desnude en el salón. Entro al dormitorio, ella está en ropa interior. Él me anima a acariciarla, susurrando”, detalló antes, contando la violación, proporcionando detalles muy crudos.

“Ella no tiene ninguna reacción y estoy cada vez peor. La señora entonces da señales de despertar, él me pide que salga de la habitación”, agregó.

Caroline Darian, hija de Gisèle Pelicot, y sus dos hermanos, en el tribunal de Avignon, Francia. Foto: AFPCaroline Darian, hija de Gisèle Pelicot, y sus dos hermanos, en el tribunal de Avignon, Francia. Foto: AFP

Jacques C. explicó entonces que había salido de casa y que “pensó en hacer un informe cuando cruzaba el jardín”. “Y luego, la vida vuelve a la normalidad, vuelvo a trabajar al día siguiente”, dijo.“Me encontré en un lugar donde no tenía nada que hacer”.

A continuación, el presidente del Tribunal le preguntó sobre los detalles clínicos de esta penetración, que él niega. Jacques C. mantuvo su versión de los hechos.

Cuestionado sobre su personalidad, el acusado detalló una clásica historia de vida, con voz profunda. Este ex bombero, pero también conductor y restaurador, estuvo casado durante 25 años y tuvo dos hijos.

El acusado, con camiseta, barba blanca y gafas, admitió ser un aficionado al libertinaje pero afirmó no ser “adicto al sexo”.

“Puedo prescindir de él durante muchas semanas o meses”, afirmó, sin dudar en afirmar que siente “un profundo respeto por las mujeres”. Palabras que hicieron reaccionar a la hija de Pelicot, que puso los ojos en blanco, y al abogado de Gisèle Pelicot.

“Tienes un profundo respeto por las mujeres, ¿cómo explica que comparezca por violación?”, le preguntó este último. “Porque me encontré en un lugar donde no tenía nada que hacer”, respondió, antes de dirigirse a Gisèle Pelicot.

“Señora, cuando me enteré de lo que había pasado quedé devastado. Nunca lo superaré. Por eso le pido perdón y espero que su familia supere todo esto”, dijo. Gisèle Pelicot miró hacia otro lado.

Antoine Camus, el abogado de la señora Pelicot, dijo el miércoles que, a pesar de sus admisiones de culpabilidad en el estrado de los testigos, Dominique Pelicot no estaba mostrando un verdadero remordimiento por sus crímenes.

“Quería presentarse como un hombre que asume la responsabilidad y admite todo. Excepto que, como todos los demás, no puede evitar hacerse la víctima”, dijo a la radio RTL.

No está previsto que el juicio finalice hasta Navidad.

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