La sorpresiva ofensiva de Ucrania en Rusia que sorprendió al mundo pero que puede terminar muy mal


KIEV.- Cinco meses después de su sorpresiva ofensiva en Rusia, las tropas ucranianas están ensangrentadas y desmoralizadas por el creciente riesgo de derrota en Kursk, una región que algunos quieren mantener a toda costa mientras otros cuestionan el valor de haberse internado allí.

Las batallas son tan intensas que algunos comandantes ucranianos no pueden evacuar a los muertos. La demora en las comunicaciones y las tácticas mal programadas han costado vidas, y las tropas tienen pocas formas de contraatacar, dijeron siete soldados y comandantes en el frente a la agencia AP bajo condición de anonimato para poder discutir operaciones sensibles.

Desde que se vio sorprendida por la incursión relámpago de Ucrania, Rusia ha acumulado más de 50.000 tropas en la región, incluyendo algunas de su aliado Corea del Norte. La cifra exacta es difícil de obtener, pero el contraataque de Moscú ha matado y herido a miles y los ucranianos, desbordados, han perdido más del 40% de los 984 km2 que habían tomado en la región en agosto.

La invasión a gran escala lanzada en cambio hace tres años dejó al Kremlin en posesión de una quinta parte del país vecino, y el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, ha insinuado que espera que controlar Kursk ayude a forzar a Moscú a negociar el final de la guerra. Pero cinco funcionarios ucranianos y occidentales en Kiev -que hablaron bajo condición de anonimato para discutir libremente asuntos militares sensibles- señalaron que temen que apostar por Kursk pueda debilitar la línea del frente de 1000 kilómetros y Ucrania está perdiendo un valioso terreno en el este.

Durante una ceremonia fúnebre en Irpin, región de Kiev, Ucrania, el 21 de noviembre, el militar Roman se despide de un camarada de la 47.a Brigada, Serhii Solovyov, que murió durante un combate con las fuerzas rusas en Kursk el 12 de noviembre de 2024Evgeniy Maloletka – AP

“Como se suele decir, hemos golpeado un avispero. Hemos agitado otro punto caliente”, afirmó Stepan Lutsiv, un mayor de la 95ª Brigada de Asalto Aerotransportada.

El jefe del ejército, Oleksandr Syrskyi, dijo que Ucrania lanzó la operación porque los oficiales pensaron que Rusia estaba a punto de realizar un nuevo ataque en el noreste de Ucrania.

Los preparativos comenzaron el 5 de agosto con la orden de abandonar la región ucraniana de Sumy para lo que pensaban que sería una incursión de nueve días para aturdir al enemigo. Pero se convirtió en una ocupación que los ucranianos celebraron ya que su país, más pequeño, ganaba influencia y avergonzaba al presidente ruso, Vladimir Putin.

Reuniendo a sus hombres, el comandante de una compañía les dijo: “Estamos haciendo historia. Todo el mundo sabrá de nosotros porque esto no se había hecho desde la Segunda Guerra Mundial”.

En privado, estaba menos convencido. “Parecía una locura”, afirmó. “No entendía el porqué”.

Asombrados por el éxito logrado en gran parte porque los rusos se vieron sorprendidos, a los ucranianos se les ordenó avanzar más allá de la misión inicial hasta el pueblo de Korenevo, a 25 kilómetros de la frontera con Rusia. Ese fue uno de los primeros lugares donde las tropas del Kremlin contraatacaron.

A principios de noviembre, los rusos comenzaron a recuperar territorio rápidamente. La opinión de las tropas, que antes estaban impresionadas por sus logros, está cambiando a medida que enfrentan pérdidas. El comandante de la compañía apuntó que la mitad de sus efectivos están muertos o heridos.

Algunos comandantes en el frente indicaron que las condiciones son duras, la moral está baja y los soldados cuestionan las decisiones del mando, incluso el propio propósito de ocupar Kursk.

Otro comandante señaló que algunas órdenes recibidas por sus hombres no reflejan la realidad debido a retrasos en las comunicaciones. Las demoras ocurren especialmente cuando se pierde territorio, añadió.

“No entienden dónde está nuestro lado, dónde está el enemigo, qué está bajo nuestro control y qué no”, explicó. “No entienden la situación operativa, así que actuamos a nuestra discreción”.

En esta imagen tomada de un video difundido por el Ministerio de Defensa de Rusia, se puede ver un lanzacohetes “Grad” de 122 mm. que dispara hacia posiciones ucranianas en la región de Kursk, Rusia, cerca de la frontera con Ucrania. (Servicio de Prensa del Ministerio de Defensa de Rusia vía AP)Rusian Defense Ministry Press Service

Un comandante de pelotón dijo que sus superiores han rechazado repetidamente sus pedidos para cambiar la posición defensiva de su unidad porque sabe que sus hombres no pueden mantener la posición.

“Quienes resisten hasta el final terminan desaparecidos en combate”, afirmó. También sabe de al menos 20 soldados ucranianos cuyos cuerpos han sido abandonados en los últimos cuatro meses porque las batallas eran demasiado intensas para evacuarlos sin más bajas.

Los soldados ucranianos apuntaron que no estaban preparados para la agresiva respuesta rusa en Kursk, y no pueden contraatacar ni retroceder.

“No hay otra opción. Lucharemos aquí porque si retrocedemos a nuestras fronteras, no se detendrán, seguirán avanzando”, dijo un comandante de una unidad de aviones no tripulados.

La agencia AP pidió comentarios al Estado Mayor de Ucrania, pero no recibió respuesta.

Las armas estadounidenses de largo alcance han ralentizado el avance ruso y los soldados norcoreanos que se unieron a la lucha el mes pasado son blancos fáciles para los drones y la artillería porque carecen de disciplina de combate y a menudo se mueven en grandes grupos al descubierto, de acuerdo con las tropas ucranianas.

Un monumento dañado al fundador soviético Vladimir Lenin se encuentra en una plaza en Sudzha, región de Kursk, Rusia, el 16 de agosto de 2024AP

El lunes, Zelensky reportó que había 3000 soldados norcoreanos muertos y heridos. Pero parecen estar aprendiendo de sus errores, añadieron los soldados, y son cada vez más expertos en camuflarse cerca de líneas boscosas.

La semana pasada hubo un enfrentamiento cerca de la localidad de Vorontsovo, una zona boscosa entre los asentamientos de Kremenne y Vorontsovo.

Hasta entonces, la zona estaba bajo control ucraniano. Esta semana, parte de ella ha vuelto a manos rusas y los ucranianos temen que alcancen una ruta logística crucial.

A la vista de las pérdidas en el frente de la región oriental conocida como Donbass -donde Moscú se está acercando a un centro de suministro crucial- algunos soldados son más críticos sobre si Kursk ha valido la pena.

“Todo en lo que puede pensar ahora el ejército es que simplemente se ha vendido el Donbass”, dijo el comandante del pelotón. “¿A qué precio?”.

Agencia AP

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