PARÍS.- La reapertura este fin de semana de Notre Dame es una sucesión de ceremonias para devolver la vida a la emblemática catedral y celebrar la recuperación tras su devastador incendio en 2019.
Los momentos culminantes serán la reapertura ritual de las enormes puertas de la catedral, el despertar de su atronador órgano y la celebración de la primera misa. Tanto para Francia como para la Iglesia católica, las ceremonias televisadas y estrictamente programadas serán una oportunidad para mostrar su capacidad de resistencia y su influencia mundial.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y decenas de jefes de Estado y de gobierno aceptaron las invitaciones del presidente francés, Emmanuel Macron. Los fieles católicos están tan ansiosos por volver a rendir culto en Notre Dame que las entradas para la primera semana de misas se agotaron en 25 minutos, según el rector de la catedral.
Durante la primera parte del renacimiento de Notre Dame, el sábado por la tarde, el arzobispo Laurent Ulrich guiará a más de 1500 invitados en un servicio de reapertura. La segunda parte, el domingo, será la misa inaugural, con ritos especiales para consagrar el altar mayor.
Este sábado, Ulrich reabrirá por primera vez las grandes puertas de Notre Dame, golpeándolas con su báculo, o bastón de obispo.
El báculo fue creado especialmente para la ocasión por el diseñador Sylvain Dubuisson. La madera -que muestra visibles marcas negras del incendio- proviene de piezas del techo de la catedral que colapsaron durante el infierno, explicó Dubuisson a The Associated Press.
En respuesta a los golpes del arzobispo, la catedral estallará en canto, con sus coros llenando nuevamente los vastos espacios de su interior.
Ese intercambio se repetirá tres veces. Luego, las puertas se abrirán para que los invitados ingresen, pasando junto a las esculturas de figuras bíblicas.
La voz del gran órgano de Notre Dame no se ha escuchado en público desde que el incendio cubrió los casi 8000 tubos con polvo tóxico liberado al arder el techo de plomo.
Tras los ritos de apertura de puertas, Ulrich volverá a despertar al gigantesco instrumento. Se dirigirá directamente a él con una serie de ocho conjuros, empezando por “Despierta, órgano, instrumento sagrado: Canta la alabanza de Dios”.
A partir de ahí, cuatro organistas (Olivier Latry, Vincent Dubois, Thibault Fajoles y Thierry Escaich) se turnarán para responder al órgano.
Estarán encaramados a lo alto de la congregación, sentados en la consola gigante recién renovada que controla el instrumento, a través de cinco teclados de 56 notas cada uno, pedales para 30 notas y 115 registros.
Latry dice que él y los demás organistas improvisarán sus respuestas a las indicaciones del arzobispo, dependiendo de su estado de ánimo y del de la congregación.
“Como se trata de improvisar, hay que sentir el momento”, explica Latry. “Cuando estoy allí, sé lo que voy a hacer. Antes, simplemente tengo algunas ideas, pero las ideas no están totalmente formadas, porque cambiarán dependiendo del ambiente, la iluminación, la gente que estará abajo, su reacción”.
El órgano tiene una amplia paleta de sonidos con los que jugar. Los 7952 tubos más profundos tienen el tamaño de un torso humano y producen un sonido sordo. Los más pequeños no superan el tamaño de un bolígrafo.
La minuciosa puesta a punto del órgano -después de desmontarlo, limpiarlo y volverlo a montar- duró unos seis meses, y los afinadores trabajaron de noche para poder retocar las notas en silencio.
Antes del incendio, los esfuerzos por financiar la renovación de la catedral, de casi 900 años de antigüedad, habían sido escasos. Pero la situación cambió con el incendio.
“Recibimos una avalancha de apoyo”, dice Michel Picaud, miembro del comité de recaudación de fondos. “Recibía 400 donaciones por hora, así que mi smartphone se colapsó por completo”.
En total, 340.000 personas de más de 150 países donaron 846 millones de euros, según el organismo público encargado de la restauración de Notre Dame. El apoyo atestigua el afecto mundial por el monumento, que trasciende fronteras y credos.
“Es algo que pertenece a todos”, declaró Picaud. La organización sin ánimo de lucro que dirige, Amigos de Notre Dame de París, ha recaudado 57 millones de dólares de 50.000 donantes internacionales, la mayoría estadounidenses.
“No es sólo una catedral o un monumento parisino”, dijo. “En todo el mundo, creo, la gente tiene la sensación de que esto forma parte de su -yo diría- patrimonio”.
En la reapertura, donantes multimillonarios de Francia y otros países se codearán con otros invitados mucho menos afortunados.
Entre ellos estarán “los parisinos más pobres, todos aquellos que reciben ayuda de asociaciones caritativas y que serán varios centenares en el interior de la catedral”, explicó el reverendo Olivier Ribadeau Dumas, rector de Notre Dame.
Aunque las obras continúan en el exterior, los interiores restaurados lucen más magníficos de lo que lo han hecho durante generaciones.
Las paredes de piedra caliza son cremosas y luminosas, limpias de años de mugre acumulada. Los techos abovedados que se derrumbaron han sido reparados. El arzobispo y otros miembros tienen ropa nueva, de un diseñador que también ha vestido a Beyoncé, Rihanna y otras figuras. La catedral también cuenta con mobiliario nuevo, incluido un nuevo altar para sustituir al que quedó aplastado cuando se derrumbó la aguja en llamas.
Según el rector, “nadie ha visto la catedral” tal y como está ahora. “La blancura de la piedra, el brillo de las pinturas, la luz a través de las vidrieras, todas las obras de arte, todas las pinturas, que se limpiaron, las estatuas que se restauraron”, dijo. “Todo eso no existía antes del incendio”.
Macron, cuya promesa de reconstrucción ha podido ser mantenida gracias a los trabajadores que reconstruyeron sin descanso la catedral, les agradeció una y otra vez su esfuerzo. “A pesar de los ritmos intensos y de las vidas familiares agitadas, no olviden que han compartido juntos la obra más hermosa del siglo, han cumplido esa promesa de reconstruir Notre Dame en cinco años, es un inmenso orgullo para toda la Nación”.
Agencia AP
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