Las milicias jihadistas avanzan hacia una ciudad clave de Siria pese a la contraofensiva de las fuerzas de Al-Assad
BEIRUT.- La coalición de rebeldes islamistas que inició una ofensiva relámpago en el norte de Siria avanzaba el martes hacia Hama, una ciudad clave en el centro del país, después de capturar cuatro localidades, mientras las fuerzas gubernamentales que responden al presidente Bashar al-Assad, con apoyo de la aviación rusa, buscaban contenerlos y recuperar el control de la región.
Los insurgentes sirios capturaron las ciudades de Halfaya, Taybat al-Imam, Maardis y Soran, en el marco de una ofensiva liderada por el grupo jihadista salafista Hayat Tahrir al-Sham y combatientes de la oposición respaldados por Turquía.
Estos avances acercan a los insurgentes a solo diez kilómetros de la ciudad de Hama, uno de los principales objetivos estratégicos en el centro del país. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, durante la captura de estas ciudades, los insurgentes abatieron a 50 miembros de las fuerzas gubernamentales.
Mientras tanto, las fuerzas gubernamentales lograron retomar el control del pueblo de Khanaser, ubicado en una de las rutas que conduce a Alepo, días después de haberlo perdido. Además, intensos ataques aéreos sirios y rusos, así como bombardeos de artillería, fueron reportados en las inmediaciones de las ciudades recién capturadas.
“Estamos en una buena situación en la lucha contra los terroristas y el ejército árabe sirio está avanzando, lo que conducirá a la eliminación de los terroristas”, afirmó el presidente del Parlamento sirio, Hammouda Sabbagh, durante una conversación telefónica con su par iraní , Mohammad Ghalibaf.
El grupo jihadista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y otras facciones rebeldes lanzaron el 27 de noviembre una ofensiva relámpago en el noroeste del país, donde tomaron el control de decenas de localidades y de una gran parte de Alepo, la segunda ciudad más importante del país.
“Violentos enfrentamientos tienen lugar en el norte de la provincia de Hama”, una ciudad estratégica en la ruta que conecta Alepo con Damasco, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). En esa zona “la aviación rusa y siria lleva a cabo decenas de bombardeos” sobre las posiciones rebeldes.
Los grupos insurgentes tomaron el control de varias localidades en la región, según esta ONG con sede en Gran Bretaña que cuenta con una amplia red de fuentes de información en Siria.
Un fotógrafo de AFP vio el martes decenas de tanques y vehículos militares del ejército sirio abandonados en la ruta que conduce a Hama.
El ejército sirio anunció el envío de refuerzos hacia esa zona para frenar el avance de los rebelde.
“Avanzamos hacia Hama después de haber limpiado” las localidades que conducen hasta allí, afirmó un combatiente rebelde que se presentó como Abul Huda Surani. El lunes, sus fuerzas bombardearon con lanzacohetes la ciudad donde murieron seis civiles, según el OSDH.
Los combates y bombardeos en el noroeste del país, los primeros de esta magnitud desde 2020, han dejado 514 muertos desde el 27 de noviembre, entre ellos 92 civiles, informó el observatorio.
Hasta el sábado, unas 48.500 personas, más de la mitad niños, fueron desplazadas en las regiones de Idlib y del norte de Alepo, indicó el lunes la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (Ocha).
Entre ellos, figuran miles de kurdos sirios. En la ruta Alepo-Raqqa, al norte de Siria, se han podido ver largas filas de automóviles, camionetas e incluso motos sobrecargadas con colchones, con familias que intentan escapar a zonas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dominadas por los kurdos.
Por primera vez desde el inicio de la guerra civil en 2011, el régimen perdió totalmente el control de Alepo, donde los rebeldes, incluidos grupos apoyados por Ankara, se han posicionado en la zona con excepción de los sectores norte habitados por kurdos.
En Idlib, donde aviones sirios y rusos han respondido a la ofensiva con bombardeos, los rescatistas trabajaban entre los escombros de edificios arrasados por los ataques, que también han apuntado al campamento de desplazados Haranabuch.
“No puedo describir (…) el terror que sufrimos”, dijo Hussein Ahmar Khader, un profesor en la zona.
En Alepo los rebeldes armados patrullan en las calles de la ciudad, cerca de la ciudadela histórica, o se posicionan en el aeropuerto internacional de la ciudad de dos millones de habitantes.
Los habitantes hacía colas para recibir algo de comida distribuida por una asociación.
“Estamos en la incertidumbre, no sabemos que pasará”, lamentó el lunes un poblador de Alepo contactado por teléfono por la AFP, que no dio su nombre. Contó que “algunos milicianos dijeron a las niñas que se cubrieran con el velo”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien se dijo “alarmado por la reciente escalada de violencia en el noroeste de Siria”, instó el lunes al “cese inmediato de las hostilidades”, dijo su portavoz.
Estados Unidos, que lidera una coalición internacional antijihadista en Siria, instó a “todos los países” a trabajar para “una desescalada”, al igual que la Unión Europea, que “condenó” los ataques rusos “en zonas densamente pobladas”.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, afirmó que la “escalada terrorista” busca “redefinir el mapa regional de acuerdo con los intereses y objetivos de Estados Unidos y Occidente”, dijo en una entrevista telefónica con su homólogo iraní, Masud Pezeshkian.
El presidente ruso Vladimir Putin y Pezeshkian afirmaron su apoyo “incondicional” a Assad y pidieron coordinación con Turquía, dijo el Kremlin.
Siria está dividida por la guerra civil en varias zonas de influencia, donde los insurgentes cuentan con el apoyo de diferentes potencias extranjeras.
Agencias AP, ANSA y AFP
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