Los objetivos de la Selección Argentina en 2025: cerrar la clasificación al Mundial, Finalissima en suspenso y un recambio intermitente
De un tiempo a esta parte (casi) todas las alegrías de los argentinos vienen por la Selección del deporte más popular del país. El fútbol marca estados de ánimo y, a diferencia de lo que ocurre con los hinchas de clubes, cuando hay una camiseta albiceleste de por medio se involucra a todos, hasta el menos seguidor de la pelota. Y después de un 2024 con el bicampeonato en la Copa América, la permanencia como número 1 del ranking FIFA desde hace 636 días y un rendimiento sin condicionamientos, el 2025 se avecina con objetivos renovados: cerrar la clasificación al Mundial 2026 para la defensa de la corona, una Finalissima en suspenso y un recambio intermitente en el plantel en busca del reemplazante de Ángel Di María.
Hay un asterisco en todo este contexto y se trata del primer desafío que tendrá un seleccionado masculino de fútbol: la Sub 20, ya sin Javier Mascherano -quien se fue al Inter Miami- y con el ‘ascenso’ de Diego Placente desde la Sub 17, jugará el Sudamericano de la categoría entre el 23 de enero y el 16 de febrero en Venezuela, con cuatro boletos al Mundial que se celebrará en Chile en septiembre próximo.
Ahora sí, enfoquémonos en la ‘Scaloneta’. Suena como verdad de Perogrullo, pero Argentina todavía no está clasificado al certamen que por primera vez involucrará 48 participantes y tres anfitriones con Estados Unidos, México y Canadá en 2026. Líder indiscutido de las Eliminatorias Sudamericanas con 25 puntos, está cerca de romper la barrera que se necesitó históricamente para acceder a la sexta ubicación.
Con el aumento de plazas clasificatorias, Conmebol tiene ahora seis pasajes directos más uno de repechaje. En las cinco ediciones anteriores bajo este formato (excluidas las de 1998 y 2014 porque Brasil ya estaba clasificado) el máximo de puntos que logró un seleccionado que llegó al sexto puesto fue 27 (Colombia en 2002). Después el ‘piso’ fue 26 (Chile en 2018), 24 (Colombia en 2006) y dos veces 23 (Ecuador en 2010 y Colombia en 2022).
Siguiendo esta lógica, más allá que en el deporte en general y en el fútbol en particular muchas veces es inexistente, a la Argentina le faltaría un triunfo para certificar matemáticamente esa clasificación a la defensa de la tercera estrella, de la que se cumplió el segundo aniversario el pasado 18 de diciembre por la gesta de Qatar. ¿Cuáles son los primeros rivales de 2025 para la Albiceleste? El escolta Uruguay (con 20 puntos), el 20 de marzo en el estadio Centenario de Montevideo, y Brasil, un par de días después en el estadio Monumental de Buenos Aires. Sí, dos clásicos con el premio mayor en juego.
Este año que se terminó también sirvió para no sentirse invencible. Como ocurrió en aquel debut en Qatar 2022 contra Arabia Saudita y la remontada en el segundo tiempo para la derrota 1-2, las salidas por las Eliminatorias significaron una alerta y fueron la ‘kryptonita’ de la Scaloneta: derrotas ante Colombia en Barranquilla y Paraguay en Asunción, más un empate contra Venezuela en el barrial de Maturín.
Pero para Lionel Scaloni esos resultados también fueron una oportunidad. “Prefiero no perder para recuperar la estima; siempre es mejor ganar. Pero sí es verdad que hay maneras y maneras de perder. La mayoría de las veces que hemos perdido, más allá de que fueron mazazos importantes y en condiciones que no esperábamos, el equipo había dado buenas sensaciones. No es lo mismo perder sabiendo que el rival fue superior a perder sabiendo que hiciste lo que tenías que hacer. Al final, es fútbol. Es lo que siempre decimos: si en el fútbol ganara el que juega mejor siempre, sería aburrido. Es verdad que esto refuerza el mensaje, y ellos saben que el equipo tiene que seguir con esta línea, con matices que les dijimos y que tenemos que intentar que no se repitan“, respondió el naciedo en Pujato ante la consulta de Clarín, tras la derrota en Asunción y previo al triunfo sobre Perú en La Bombonera, en el último partido de 2024.
No habrá un torneo oficial para la Mayor en el 2025 por fuera del camino al Mundial 2026. Es que la defensa del título de la Finalissima ante España, campeón de la Eurocopa, es poco probable que cuadre en un calendario híper comprimido por el Mundial de Clubes. Hay cinco ventanas previstas por la FIFA, tres de las cuales serán para Eliminatorias (marzo, junio y septiembre), mientras que en las otras dos hay competencia UEFA que no le dan respiro a la ‘Roja’. “Con Argentina tenemos pendiente disputar la llamada Finalissima que enfrenta a los campeones de la Eurocopa y de la Copa América, pero aún no hay fecha. Disputar ese partido también nos hace una especial ilusión”, dijo hace unos días el DT español Luis de la Fuente, quien fue profesor de Scaloni en el curso de entrenador. Todo apunta a 2026, entonces, pero a diferencia de 2022 cuando ante Italia en Londres se jugó a mitad de temporada, esta vez el Mundial será en esa fecha.
Seis debuts, dos retiros y un espacio por completar
Más allá de esos tropiezos en resultados, la esencia que construyó en estos seis años la Selección Argentina no se modificó. Eso es un claro mérito, porque en un fútbol globalizado, repleto de tecnología que permite saber todo, muy pocos han podido encontrarle la vuelta a romper su plan de juego. Y eso es responsabilidad de un cuerpo técnico detallista y de jugadores que, sin dejarse obnubilar ni marear, lo llevan adelante en el campo de juego.
La columna vertebral de los que más minutos jugaron en los 16 partidos de la Selección Argentina en el 2024 lo demuestra: Emiliano Martínez (1200), Rodrigo De Paul (1167), Cristian Romero (1048) y Julián Álvarez (1045). ¿Lionel Messi? Estuvo 910 en cancha, en once encuentros.
Pero desde el 14 de julio pasado hay un lugar por llenar. Es el de Ángel Di María, que cristalizó su retiro de la Albiceleste -al igual que Franco Armani– después de levantar la Copa América en el estadio Hard Rock de Miami. Intentaron convencerlo, puertas adentro y puertas afuera, de seguir un tiempo más. Pero a sus 37 años, en plenitud física y futbolística, decidió quedarse con esa medalla como último recuerdo. Y está bien.
Hoy el máximo desafío de Scaloni es poder llenar ese espacio. Por rendimiento y características, el extremo ofensivo es propiedad de Nicolás González. Pero el jugador de la Juventus de Italia ha sufrido varias lesiones que no le permitieron estar en plenitud en los momentos donde más se lo necesitó en la Selección. Además, sufre una falta de efectividad goleadora extremadamente alta para las situaciones de peligro que genera. Es un ‘fetiche’ del cuerpo técnico por su versatilidad y su penetración en el grupo, donde comparte mucho con Alexis Mac Allister, ya que se conocen desde las Inferiores de Argentinos Juniors.
Ante esas ausencias hubo pruebas. La mayoría de las veces se optó por Julián Álvarez al costado, aprovechando que también Diego Simeone lo había utilizado así al inicio de la temporada en Atlético de Madrid. No duró mucho, en verdad. De hecho, los mejores rendimientos del ‘Araña’ fueron por el centro, por su gran sentido de la ubicación, su capacidad resolutiva y la visión que entrega en un lugar de la cancha donde no hay tiempo para tomar decisión.
Empujado por su rendimiento en la Premier League con el Manchester United, Alejandro Garnacho es un abonado a las convocatorias, pero no así a las oportunidades en partidos (219 minutos en cinco encuentros durante 2024). Su velocidad y desequilibrio por la banda le ha costado en la Albiceleste.
Es Nico Paz uno de los jugadores del momento en Italia, que hasta le valió elogios de su ex DT en el Real Madrid -todavía dueño de su pase- Carlo Ancelotti. Pieza decisiva del Como dirigido por Cesc Fábregas, ya tuvo su debut en la Selección Argentina contra Bolivia, en la goleada 6-0 en el Monumental en octubre pasado. El hijo de Pablo Paz, otrora también futbolista de la Albiceleste, tiene una calidad similar a la del también zurdo Valentín Carboni -que se rompió los ligamentos de la rodilla cuando estaba ganando espacio y continuidad en la Selección-.
Ellos fueron dos de los seis debutantes de 2024, que elevaron la cifra a 50 durante el ciclo de Lionel Scaloni. ¿Los otros? Valentín Barco, Valentín Castellanos, Giuliano Simeone y el arquero Walter Benítez. No parece haber espacio para muchas sorpresas, porque cada convocatoria está meticulosamente pensada, de hecho la cartera de seguimiento del cuerpo técnico de la Selección incluye muchísimos jovenes argentinos y de los denominados ‘europibes’ que aparecerán cada vez con mayor notoriedad.
Por eso se trata de un recambio intermitente, paulatino, que aparece en momentos determinados, a veces forzado por lesiones, pero que tiene como objetivo principal poder ir generando la compatibilidad de cada uno de los futbolistas a la idea que se forjó en este tiempo exitoso de la Albiceleste.
La Selección Argentina, empoderada
El rendimiento de la Scaloneta no solo trae buenos resultados deportivos. A un día del final del año, la AFA anunció a la empresa BGH como nuevo patrocinador oficial para todo el continente sudamericano. Así, entre las diferentes modalidades, tiene más de 50 marcas asociadas, entre ellas la indumentaria de Adidas, con la que renovó hasta 2038.
“A veces el éxito deportivo no va totalmente aparejado a que vos tengas más y más compañías todo el tiempo. Es un trabajo permanente que hay que hacer, de hablar con compañías de cada mercado, entender sus necesidades y sus presupuestos. Es un orgullo pasar de 6 empresas al inicio de esta gestión a tener más de 50 dentro de la cartera comercial actual de la AFA, con expansión a mercados como Estados Unidos e India, entre otros”, le explicó Leandro Petersen, director comercial y de marketing de AFA, a Clarín.
Los comentarios están cerrados.