Los Pumas y dos tarjetas amarillas en el primer tiempo que fueron muy costosas: Francia no perdonó y se lo hizo pagar en el ingoal

Los Pumas despiden el año en Saint Dennis ante Francia y el partido se les hace cuesta arriba. Aunque protagonizaron algunos momentos, sufrieron dos tarjetas amarillas en los primeros 40 minutos que le permiten a Les Bleus conseguir una ventaja en el marcador que les complicó el segundo tiempo a los Argentinos.

De movida, antes de que se cumplieran los cuatro minutos desde el kick off, Jean-Baptiste Gros salió lesionado y en la revisión del TMO el árbitro inglés Luke Pearce encontró al capitán argentino, Julián Montoya, responsable de la lesión, por una palanca en la pierna del francés. De esa manera el hooker dejó la cancha 10 minutos y el entrenador Felipe Contepomi quitó de la cancha temporariamente a Rodrigo Isgró para cubrir la posición con Ignacio Ruiz.

Al salir, Montoya saludó al pilar francés, le ofreció disculpas y espero por su reingreso que se consumó en tiempo y forma porque desde el bunker no consideraron la expulsión. Con el reingreso del capitán, Coco Ruiz dejó la cancha y el mendocino Isgró también volvió al campo. En ese lapso, Francia anotó su primer try y conversión.

La amarilla a Montoya no fue la única. Cuando la primera parte llegaba al final, Juan Martín González se la jugó en la última línea y cacheteó la pelota: el árbitro confirmó en la pantalla su impresión y consideró que el tercera línea había cometido un knock on intencional. La peor noticia para Los Pumas, no solo por la ausencia, sino porque fue try-penal para Francia que así consiguió ampliar la diferencia.

Aunque el local se había mostrado más efectivo, el seleccionado argentino había comenzado con aplomo, replicando la imagen que construye principalmente desde el Rugby Championship y deberá comenzar la segunda parte con uno menos y un resultado parcial adverso en 21 puntos.

Los nueve puntos cosechados por Los Pumas fueron producto de la efectiva patada de Tomás Albornoz, el apertura argentino que no falló en ninguno de los tres penales en los que buscó los palos. Argentina pagó muy caro su indisciplina.

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