Maduro cerca Caracas con militares y busca blindar su asunción

“Llevamos dos horas esperando para entrar a Caracas, es increíble que la Guardia Nacional revise nuestro equipaje como si fuéramos delincuentes’’, dice a Clarín Clara Belmonte, una caraqueña que pidió el anonimato, en el peaje de Tazón, la principal puerta de entrada a la ciudad por la autopista regional del centro.

Muy pocos venezolanos se identifican con su verdadero nombre por temor a la represión que aplica el régimen chavista en su contra y su familia si salen declarando en la prensa o las redes sociales, especialmente después de las elecciones del 28 de julio.

En las presidenciales adelantadas de hace cinco meses más de 2.000 personas fueron detenidas y encarceladas por estar cerca de las protestas que denunciaron el fraude electoral cometido por el chavismo.

El oficialismo proclamó a Nicolás Maduro como el supuesto ganador con el 52% de los votos sin presentar las pruebas en desmedro de su rival, el opositor Edmundo González Urrutia que sí certificó su triunfo con casi 70% de votos a su favor.

Lección aprendida ahora los venezolanos se cuidan de dar su identidad. Sin embargo, Clara Belmonte no deja de expresar su opinión: “todo este operativo de los agentes de contrainteligencia, que han cercado a Caracas y nos han amargado el retorno a la capital, solo muestra la debilidad y nerviosismo del gobierno de Maduro por el temor a ser depuesto por los militares institucionales ’’.

El régimen ha desplegado 1.200 agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar, DGCIM, al mando del temido coronel Alexander Granko Arteaga, que ha sido denunciado en los organismos internacionales de los derechos humanos por su crueldad y tortura contra los presos políticos.

Con estos comandos especiales Maduro busca protegerse y dar seguridad a su plan de coronarse en la presidencia de Venezuela el 10 de enero por tercera vez por el período de seis años más de 2025 al 2031.

En los preparativos de su tercera reelección, el mandatario pidió a los militares que lo defendieran y protegieran “donde sea y como sea’.

Sin embargo, su llamado no ha tenido suficiente eco en las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB) pues ha tenido que recurrir a comandos especiales y milicianos poco entrenados y no a la tropa regular del ejército.

Los soldados y oficiales medios de la FANB que han salido de permiso navideño no han regresado a los cuarteles por lo que la deserción es alta y es motivo de preocupación para el generalato. De ahí que Maduro haya recurrido a la alternativa de la contrainteligencia militar, pese a su mala reputación.

Las calles de la capital venezolana están parcialmente tomadas en su mayoría por los cuerpos policiales. Las gigantescas colas se registran en las tres entradas principales de la ciudad como son en la autopista de La Guaira que va al litoral y el aeropuerto, la autopista regional del centro y la autopista de Guarenas que va al oriente del país.

En todos los aeropuertos y peajes de carretera hay carteles pegados con el aviso “Se busca’’ al presidente electo Edmundo González Urrutia con una recompensa de 100.000 dólares para su captura.

En la cola de la autopista oriental, Luis Peralta, acompañado de su familia, espera pacientemente en su sedan. Hay una alcabala improvisada donde los conductores deben estacionarse y abrir el baúl de sus vehículos antes de entrar a la ciudad.

“Los guardias me han pedido los papeles de mi carro y han revisado el equipaje. Como todo está en orden me han pedido para el fresco (dinero) para dejarme pasar rápido, de lo contrario me hacen esperar una hora más en la cola’’, relata González que había ido a pasar la navidad en Puerto La Cruz.

Luis Peralta también comenta que el gobierno de Maduro está nervioso y temeroso por la anunciada venida de González para su investidura presidencial el mismo día. El ex diplomático se encuentra de gira internacional después de haber visitado Argentina, Uruguay, Estados Unidos y República Dominicana antes del 10 de enero.

‘’Creo que el gobierno de Maduro está paranoico. Después de robarnos las elecciones ahora pretende quedarse a la fuerza. Yo le digo déjanos en paz y vete ahora, ya está bueno ya’’, dijo Luis Peralta al contar los 25 años de chavismo que espera sean los últimos en caso de que asuma González

La calamidad de los venezolanos no ha terminado aún. El regreso de las vacaciones navideñas por las carreteras se ha convertido en un tormento por la escasez de combustible y los numerosos puntos de control que instalan los uniformados de la Guardia Nacional para controlar a los conductores y pedir sobornos.