Medicamentos: tras el corte del descuento en farmacias surge otro aviso que inquieta
La crisis en la salud viene golpeando duro y parejo, ya sea por los copagos en los consultorios médicos, la falta de insumos para tratamientos o estudios clínicos y, desde esta semana, el anuncio del corte a los descuentos en la venta de medicamentos por obra social o prepaga en farmacias bonaerenses, medida que al menos IOMA anunció que evitará con un adelanto de 800 millones de pesos.
El problema de los faltantes de insumos médicos fue atendido hace pocos días cuando los cardiólogos pusieron en alerta a la sociedad: estaban empezando a sufrir las consecuencias del déficit, lo que se traducía en el riesgo de no poder realizar determinados estudios clave para los pacientes. Alzaron la voz y tuvieron respuesta del Gobierno.
Desde el Ministerio de Salud informaron que “el 100 por ciento de pedidos de importaciones para el sector fueron aprobados”. Fue tras una reunión este miércoles entre representantes del Ministerio de Salud y la Secretaría de Comercio, en la que quedaron en mantener reuniones periódicas. Habrá que ver cómo continúa.
Pero el tema de los insumos es más abarcador y genera inquietud por duplicado: en las últimas horas, diferentes fuentes de la industria farmacéutica dieron aviso de cuellos de botella, algunos ya superados y otros que -afirman- podrían sobrevenir por demoras en la importación de insumos para fabricar remedios en el país, los que la gente luego pide en la farmacia.
Nadie quiere hablar abiertamente cuando restan apenas diez días para el balotaje presidencial. Los actores involucrados, en mayor o menor medida, dependen de decisiones administrativas del Gobierno para que los productos que comercializan no sufran contratiempos en la cadena productiva. "Nadie quiere ponerse a nadie de enemigo", resumen.
Los estantes de las farmacias están llenos, pero algunos laboratorios manifiestan inquietud. Foto: Fernando de la Orden
Esa postura -evidentemente menos comprometida que la alerta pública de los cardiólogos- estaría hablando también del tenor de la necesidad y la urgencia. Parece tratarse, más bien, del avistamiento de un horizonte con nubarrones en el que la tormenta aún se mantiene a una distancia prudente.
Tres posturas entre los fabricantes de medicamentos
Hay tres posiciones diferenciadas sobre el tema dentro de la industria farmacéutica, sólo unificadas por el silencio público. Los más extremistas llegan a afirmar que "desde hace un mes no hay divisas para la compra de insumos y productos farmacéuticos"; luego aparecen los que directamente niegan el problema; por último, los que confirman que el trastorno viene ocurriendo y que sobre la marcha el Gobierno va resolviendo.
Esos déficits pueden adquirir fisonomías diversas. La realidad es que las empresas nunca habrían tenido que detener sus plantas de producción por la falta de algún insumo. Pero sí -afirman algunas de las fuentes consultadas- los stocks de materias primas han sufrido eventualmente reducciones preocupantes.
Esa situación enciende algunas alarmas y se traduce, por ejemplo, en la paradoja de que un laboratorio tenga que bajar la intensidad de la publicidad de determinado producto por un motivo ineludible: la incertidumbre sobre si podrá responder a la sobredemanda que provoca la promoción, que se añade al consumo ya cautivo.
Fuentes de otro importante laboratorio admitieron que han tenido que reclamar contrarreloj al Ministerio de Salud ante escenarios de disponibilidad de insumos “hasta fin de mes”, con una respuesta oficial hasta ahora siempre reparadora.
La reunión que mantuvieron el Ministerio de Salud y la Secretaría de Comercio por la provisión de insumos médicos. Foto: Ministerio de Salud
¿Por qué entonces si por el momento no hubo un desabastecimiento de insumos el tema preocupa y agita el fantasma de los faltantes? Una primera respuesta no escapa a intereses económicos particulares. No es lo mismo un laboratorio grande que uno chico. “En este escenario de incertidumbre los que más sufren son los chicos”, explicó una fuente del sector.
Hay farmacéuticas con menos espalda, que suelen depender más de los ingresos generados por licitaciones públicas de medicamentos. En ese contexto, no poder importar rápido para producir los stocks comprometidos los expone a eventuales costos mayores para satisfacer una demanda cuyo precio de venta ha sido pactado por contrato con anterioridad.
Una segunda respuesta es la que se esgrime desde los laboratorios que se consideran más afectados, y hace referencia a las condiciones de producción de los medicamentos: “Si no entra materia prima y tenés para producirlo entre 60 y 90 días, en los próximos meses van a faltar productos. La diferencia con los insumos médicos (un stent, una válvula cardíaca o una bomba de insulina) es que entran y a las 48, 72 horas ya los pueden vender”. En cambio -explica una fuente que vislumbra el problema-, “el producto farmacéutico lo tenés que fabricar y entran todas las regulaciones de la ANMAT”.
En suma, ninguna de las fuentes consultadas puede afirmar hoy que falten remedios o que el riesgo de de un faltante tenga fecha asegurada. Se habla de la etapa de fabricación, lo que alejaría el inconveniente todavía más de una instancia de mostrador. Desde Farmacity, por ejemplo, principal cadena de farmacias del país, confirmaron que hasta el momento “las droguerías están entregando con normalidad”.
Los inconvenientes y demoras que observan algunos de los protagonistas de esta historia, incluso, muchas veces están más relacionados con cuestiones burocráticas y de ordenamiento que a la falta de dólares. En ocasiones puede tratarse de importaciones por montos irrisorios, pero cuyo contenido es clave para la elaboración de determinado medicamento. Y por lo tanto, para cuidar la salud de la gente.
PS
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