Milo J a lo Bizarrap: festeja los 18 en la cancha de Deportivo Morón, el club de sus amores, y será el principal sponsor de su camiseta
El fútbol suele ser parte fundamental de la identidad de un barrio, ciudad o regiones enteras. Es la camiseta la que representa no solo a los hinchas, sino a los vecinos, la comunidad. Los clubes, que a esta altura son en su mayoría centenarios, suelen ser la raíz cultural que se completa con los artistas, estrellas fugaces en comparación con las instituciones y que cambian según las generaciones. A veces, colores y canciones se conjugan.
Algunas camisetas podrían ser más representativas si junto a los colores que la definen figurase también ese artista. ¿Cuántas (más) camisetas vendería el Liverpool si tuviese el estampado de los Beatles? ¿Cómo quedaría la de Platense con el perfil del Polaco Goyeneche? Hasta la de Sarmiento de Junín luciría mejor con la estampa de Estelares en el pecho. En la Primera Nacional, uno de los equipos acaba de inaugurar un acuerdo publicitario en esa dirección que correrá a partid de 2025.
Todo comenzó hace un año cuando las alertas de las redes sociales del Gallito empezaron a sonar con insistencia. En un concierto en vivo en la cancha del Atlético de Madrid -La Velada del Año 3, organizada por el influencer Ibai Llanos– un tal Milo J cantaba con la camiseta de Morón para una audiencia de 60 millones de usuarios del mundo.
“El tipo armó un revuelo increíble. En el club, entonces, nos pusimos a ver quién era el pibe. No lo conocíamos”, admite un directivo de la institución que, como en la mayoría de los clubes tiene una edad que lo deja fuera del radar de determinada música. En aquel momento, “el pibe” tenía 16 años.
Efectivamente el cantante estaba llevando los colores del Gallito más lejos que ningún futbolista y en el club no podían dejar pasar la oportunidad. Dar con su paradero fue tarea de las nuevas generaciones. Camilo Joaquín Villarruel, mejor conocido como Milo J, emergió para el club del Oeste del Conurbano bonaerense como una impensada palanca de marketing.
“Una vez que sabemos quien es, lo traemos al club, le damos el carnet de socio y empieza a surgir un vínculo. Luego filmó acá alguna promo y a esa altura ya salía en todos lados con la camiseta puesta. En menos de un año pasamos de no saber quién era a tenerlo en la camiseta”, admiten desde el club.
Tal vez la novedad sea parte de la puesta en escena del show que el cantante dará hoy en la cancha para festejar sus 18 años. El 25 es su cumple y lo festeja con un recital en el estadio. “Nosotros hacemos recitales, pero al costado del estadio. Él va a tocar en el campo de juego”, admiten en el club quienes generacionalmente todavía no logran entender la magnitud del acontecimiento.
El show tiene sold out desde hace unos cuantos meses igual que algunas de las entradas que se venden para los que tiene programados en Madrid y Barcelona para enero próximo. Así son las cosas para quien cuenta con una masa de seguidores que se cuentan de a millones en las redes sociales y se multiplican en las reproducciones de su música en Spotify o Youtube. Milo j es un torbellino con una carrera artística de apenas tres años
Ya es un hecho. En 2025, Morón dejará de contar con la que en la actualidad es su principal publicidad -la financiera que también auspicia algunos clubes de primera y está en el “naming” de la Liga Profesional-, y llevará el nombre de Milo J en el pecho.
La movida está estrechamente vinculada a la de Franco Colapinto, que lleva en el casco la sigla BZRP, algo así como la firma de Bizarrap. Si bien el productor musical conectó al piloto con empresas que se convirtieron en sponsors, la coincidencia no solo tiene que ver con el modo en que la industria musical se conjuga con el deporte, sino que además fue el productor quien apuntaló la carrera de Milo J.
¿Cuánto dinero ingresará por la publicidad? “Por el momento, no tenemos ninguna comunicación institucional que precise cuestiones relacionadas a ese tema”, dice con un notable esfuerzo el jefe de prensa del club, José Luis Chammah. Una rara avis entre los jefes de prensa que suelen fingir demencia cuando un tema se filtra, pero el club resuelve no explicarlo.
Aunque la novedad no fue confirmada por el club, serían 15 millones de pesos los que saldrían de la productora que maneja la agenda del artista que los genera. La cifra empujará el número por sponsoreo a 28 millones de pesos. Nada despreciable para un equipo de Segunda División que tiene por desafío para lo que resta del torneo, mantener la categoría.
El negocio no solo es el dinero que ingresa, sino lo que esperan recaudar en concepto de ventas de camiseta. Pocas veces la publicidad genera tanto valor agregado en una casaca oficial.
No será la primera vez que algo relacionado a la música se estampe en la camiseta. No hay que cruzar fronteras y encontrar la edición limitada del Barcelona con la lengua Stone, que ahora lleva el logo de Spotify. Acá, en el ascenso argentino, hay otros antecedentes.
En la década del 80, Los Andes tuvo la publicidad de un boliche bailable, Le Paradis, que estaba de moda en Lomas de Zamora. Algo parecido sucedió casi 30 años después cuando Almirante Brown puso en el pecho otro emblema de Isidro Casanova y se estampo debajo del escudo al bailable Jesse James.
Quién es Milo J
Con 18 años recién cumplidos y una carrera que comenzó post pandemia, Milo J logró posicionarse en la industria musical a nivel mundial. El primer golpe de vista a su figura es el de cualquier adolescente con cara de enojado. Por fuera de la autotune se descubre una voz interesante, aunque con esa cadencia caribeña del género.
Cuando no se pone la camiseta del Gallito, se pueden leer mensajes en sus remeras: una en favor de la educación pública o la de HIJOS cuando visitó la Casa de la Memoria y la Vida. Cantó para un disco Pasos al costado, de Turf, junto a Joaquín Levinton y en el streaming de Olga, Canción para mi muerte, de Sui Generis. El adolescente se esfuerza porque nuevas generaciones no lo tachen por ser un exponente de la nueva música que se canta con una modulación, al menos, compleja.
“Y aunque hable como cheto, mi cara es de portación de rostro; Ni la plata me sacó el acento de nacer con poco”, dice una de sus canciones que habla de dos cosas: de su origen, de dónde viene, y su presente millonario antes de ser un veinteañero.
Los comentarios están cerrados.