Milton Giménez, el delantero que miraban de reojo y con sus goles se volvió clave para llevar a Boca a la Libertadores
Milton Giménez pasó de ser una incorporación a un refuerzo para Boca. El delantero, que había llegado sin cartel y era mirado de reojo, se transformó en la carta del gol Xeneize y su tanto ante Gimnasia fue clave para conseguir un triunfo reparador tras la derrota con Vélez y la eliminación de la Copa Argentina en la semana y acerca al equipo de Fernando Gago a la Copa Libertadores.
Giménez convirtió 7 goles en 23 partidos jugados con Boca, pero solo 9 como titular. Y si se contempla que todos los tantos que convirtió con la azul y oro fueron el primero del Xeneize en esos partidos, resulta sorprendente que no haya estado en más encuentros desde el inicio. La razón está en que compite con Edinson Cavani, pero tampoco Diego Martínez, el DT anterior a Gago, se animó tanto a jugar con el doble “9”. Eso sí hizo el actual entrenador el domingo por la noche ante el Lobo platense.
“Tengo la suerte de que cada vez que convertí hice el primer gol de Boca y que varias de esas veces se dio la victoria. Pero lo que me pone más contento es que pudimos hacer un buen partido y pudimos ganar”, expresó el delantero, quien le dedicó el gol y la victoria a su hijo, que cumplía años. Y sobre el encuentro, analizó: “Creo que era para hacer un gol más, la mayor parte del partido lo dominamos, presionamos alto, tuvimos varias chances pero con una alcanzó”.
Ante Gimnasia, Giménez hizo gala de varios de sus atributos. Jugó casi todo el partido (lo reemplazó Ignacio Miramón a los 38 minutos del segundo tiempo) y lo hizo con mucha confianza, estuvo muy enérgico, se movió por todo el frente de ataque, retrocedió para pivotear y sacó a relucir su olfato de gol al recibir de Zeballos y tras parar la pelota con la derecha, se dio vuelta y le pegó de zurda ante la nula marca de los centrales visitantes.
Giménez es uno de los goleadores de la Liga Profesional. Lleva 10 tantos en el campeonato (tiene la misma cantidad que Miguel Borja, de River y está a dos de Brian Romero, de Vélez y Franco Jara, de Belgrano), 6 de ellos con Boca y 4 con Banfield. Con el Taladro, metió 11 en total este año, antes de pasar al club de la Ribera. Hizo 4 también en la Copa de la Liga y otros 3 en la Copa Argentina.
Esos datos son -justamente- un motivo que tarde o temprano hará dudar a Fernando Gago acerca de seguir sentándolo en el banco de suplentes, ya que por alguna razón (que bien puede ser casualidad, aunque podría tratarse de su adaptación a entrar con el partido en curso), el hombre que usa la camiseta xeneize número 9 tiene 14 ingresos y en ellos no marcó aún.
Una diferencia notable, que en la mayoría de esos casos (11 de 14), sucedió para jugar menos de media hora, con lo cual la estadística de efectividad que lleva en Boca no se puede medir en goles por encuentro sino en el promedio de minutos que le cuesta convertir, donde lleva un registro de uno cada menos de dos partidos.
Esa efectividad que lo llevó a ser el jugador con más goles desde su llegada al club (Edinson Cavani lleva 4 tantos desde agosto y Miguel Merentiel, 3), sumada a su muy buena actuación ante Gimnasia, son cuestiones que lo candidatean a al menos ser una opción para ser titular de ahora en más.
Giménez llegó a Boca a mitad de año. Cuando muchos indicaban que iba a ir a San Lorenzo, el Consejo de Fútbol boquense sorprendió de un día para otro y se lo llevó. Tras una charla entre Juan Román Riquelme y Eduardo Spinosa, ex presidente de Banfield, la operación se cerró en un monto total de 4 millones de dólares brutos, que incluueron 2.350.000 dólares para ser transferidos al Necaxa por una vieja deuda que el club del Sur del Gran Buenos Aires tenía con los mexicanos y que ya había sido notificada a la FIFA. Al llegar a La Boca, Giménez puso el gancho hasta diciembre de 2028.
Ahora, el ex Banfield es no solo la carta de gol de Boca, sino también la clave para conseguir el pasaje a la próxima Copa Libertadores. “Nos quedan dos partidos. Hay que ganarlos y ya estamos para entrar”, afirmó con seguridad y confianza. Y antes de dejar el campo de juego de la Bombonera antes de la medianoche, subió la vista a la zona de palcos, enfocó la mirada en Juan Román Riquelme y le dedicó un saludo. “Lo vi contento a Román porque ganamos. Siempre quiere que ganemos pero a veces se hace difícil”, reconoció Giménez. Y dejó la cancha con una sonrisa.
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