Murió el “padre” de la Teología de la Liberación, que fue muy influyente en América Latina y cuestionada por el Vaticano
ROMA.- A los 96 años murió el martes en Lima el teólogo y filósofo peruano Gustavo Gutiérrez, considerado “el padre” de la Teología de la Liberación, corriente que puso en el centro a los pobres, que tuvo gran influencia en las últimas décadas del siglo pasado en la iglesia de América Latina y cuestionada por el Vaticano.
Ordenado sacerdote a los 31 años, Gutiérrez publicó en 1971 “Teología de la liberación, perspectivas”, un libro que causó gran impacto y dio vida a una corriente en América Latina en algunos casos interpretada a la luz del marxismo.
El teólogo peruano, autor de muchas otras obras, escribió allí que la pobreza “es un estado escandaloso, atentatorio de la dignidad humana y por consiguiente contrario a la voluntad de Dios”. Y teorizó sobre una liberación política y social, es decir, la eliminación de las causas inmediatas de la pobreza y la injusticia; una liberación humana, es decir, la emancipación de los marginados y oprimidos; una liberación teológica del egoísmo y del pecado.
En la década de 1980 la entonces denominada Congregación para la Doctrina de la Fe, defensora de la ortodoxia católica, a través de dos “instrucciones” (investigaciones), puso en el banquillo los excesos e incomprensiones de la Teología de la Liberación. Aunque Gutiérrez nunca fue condenado por el ex Santo Oficio, en 2001 ingresó a la orden de los dominicos para evitar la persecución del ala conservadora de la iglesia de su país, en ese momento en el poder. Fue justamente la orden dominica del Perú la que anunció en sus redes sociales que Gutiérrez había “partido a la casa del Padre”.
El arzobispo de Lima y cardenal electo, Carlos Castillo, que tuvo a Gutiérrez como profesor de sociología, al manifestar su pesar por su muerte, destacó que fue él quien acuñó la frase “opción preferencial por los pobres” que se integró al Magisterio de la Iglesia “como un camino fundamental para vivir nuestra fe”. Castillo recordó que ya “Juan Pablo II reconoció que la opción preferencial por los pobres no es exclusiva ni es excluyente, pero es firme e irrevocable”. Y, el Papa Francisco “nos muestra que ese camino es un camino prometedor, sabiendo que el Evangelio es el primero que contiene esa opción”, agregó.
Pese a ser considerado uno de los padres de la Teología de la Liberación, corriente considerada de izquierda, el teólogo peruano era amigo del cardenal alemán conservador Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que solía pasar sus vacaciones junto a comunidades campesinas del Perú. A cuatro manos, en 2004 escribieron un libro titulado “Del lado de los pobres, Teología de la Liberación, teología de la Iglesia”. Antes de designar a Müller como custodio de la ortodoxia, en julio de 2012, el papa Benedicto XVI había tenido objeciones de parte de la curia romana justamente por esa relación cercana que tenía con el cuestionado sacerdote peruano.
Lo cierto es que desde la elección del papa Francisco, en el Vaticano no hubo más problemas con Gutiérrez. Fiel reflejo de los nuevos vientos, en septiembre de 2013 el prestigioso teólogo -que a lo largo de su carrera recibió más de 30 doctorados honoris causa por universidades e instituciones de todo el mundo-, concelebró una misa junto al Papa y el cardenal Müller en la capilla de la residencia de Santa Marta. Algo que, en ese momento, se interpretó como una suerte de pacificación o de rehabilitación de la Teología de la Liberación en el Vaticano.
En 2015, cuando fue el gran protagonista de una conferencia de prensa en el Vaticano, Gutiérrez fue muy diplomático. “La Teología de la Liberación nunca fue condenada por el Vaticano. Sí hubo un diálogo crítico, a veces difícil, con la Congregación para la Doctrina de la Fe”, dijo. Subrayó asimismo que “la noción central de la Teología de la Liberación es la opción preferencial por los pobres, eso es su 90%. Y este punto estuvo firme en las reuniones de las conferencias episcopales latinoamericanas de Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1983) y Aparecida (2007)”. “Aunque la opción preferencial por los pobres es un concepto mucho más claro ahora gracias al testimonio del papa Francisco, que habla de Iglesia pobre para los pobres”, agregó.
Cuando le preguntaron si volvería a escribir tal cual todo lo escrito durante su vida, confesó que le habían hecho muchas veces esa pregunta y sorprendió con una respuesta brillante. “Al principio, cuando contesté que no, me acusaban de querer retractarme. Después, cuando respondía que sí, me acusaban de no haber aprendido nada. Pero ahora encontré la respuesta justa: al periodista que me hizo esta pregunta le contesté con otra pregunta: «¿Usted está casado? Sí. ¿Desde hace cuántos años? Veinte. ¿Y usted sería capaz de escribirle a su mujer la misma carta de amor que le escribía cuando eran novios? No. Lo mismo vale para mí». Hacer teología para mí es como escribirle una carta de amor a Dios, a la Iglesia, al pueblo de Dios. No estoy seguro de si escribiría las mismas cosas, pero el amor es el mismo.”
Cuando Gutiérrez cumplió 90 años, en 2018, el papa Francisco le escribió una carta que fue leída en público en el convento Santo Domingo en la que le decía “te agradezco por cuanto has contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de tu servicio teológico y de tu amor preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad”.
Nacido en Lima el 8 de junio de 1928, Gutiérrez fue estudiante de medicina y literatura en Perú, luego de psicología y filosofía en Lovaina, Bélgica, y de teología en la Universidad Católica de Lyon.
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