Nishesh Basavareddy, la revelación del ATP de Auckland: dejó los estudios en Stanford y usó a Del Potro como inspiración para ser tenista profesional

Nishesh Basavareddy es una de las grandes revelaciones del arranque de la temporada tenística y del ATP de Auckland. En una jornada negra para los favoritos -los cuatro primeros se despidieron en octavos de final-, el estadounidense, de 19 años y admirador de Juan Martín Del Potro, sorprendió al derrotar al chileno Alejandro Tabilo, segundo cabeza de serie y campeón el año pasado, y se metió en cuartos de final en apenas su segundo torneo en el circuito más importante del tenis. Y en la ronda siguiente, venció de remontada a su compatriota Alex Michelsen, octavo cabeza de serie, para meterse entre los cuatro mejores. Así confirmó que no se equivocó cuando, a fines de 2024, decidió abandonar una prometedora carrera universitaria para dedicarse de lleno al profesionalismo, después de vivir dos meses a pura victoria en el tramo final de la temporada.

Entre mediados de septiembre y mediados de noviembre del año pasado, Basavareddy ganó 28 partidos y perdió solo seis en los ocho torneos del Challenger Tour que jugó casi en su totalidad en Estados Unidos. Conquistó dos títulos, en Tiburon y en Puerto Vallarta (el único de ese grupo de certámenes que disputó fuera de su país) y jugó otras tres finales, en Charleston, Charlottesville y Champaign (en julio había llegado a esa también también en Bloomfield).

Así, dio un salto grande en el ranking -del 253° al 152°- y se clasificó a las ATP Next Gen Finals de Jeddah. Y al imponerse además en el USTA Australian Open Wild Card Challenge, consiguió una wild card para el cuadro principal del Grand Slam oceánico que arrancará el domingo y que marcará su debut en un Major. Y la chance de disputar esos dos importantes torneos terminó de decantar una decisión que llevaba considerando varios meses.

“Desde que comencé a jugar tenis a los tres años, mi sueño ha sido ser un jugador de tenis profesional”, contó en una entrevista con el sitio de la ATP. “En el transcurso del verano y el otoño había pensando mucho en mi futuro, pero sabía que si me clasificaba a Jeddah y conseguía la wild card para Australia, esa decisión iba a ser mucho más fácil. Igual fue difícil dejar atrás el tenis universitario y mi equipo”.

Hijo de inmigrantes indios, Basavareddy nació en Newport Beach en mayo de 2005 y cuando tenía ocho años, su familia se mudó a Indiana. Allí, en un campamento de tenis, conoció a Rajeev Ram, uno de los mejores doblistas estadounidenses de la historia. Al ex número uno en dobles -todavía activo a los 40 años- le llamó la atención el juego del pequeño Nishesh y se convirtió en su mentor. Aún aún hoy lo sigue acompañando y aconsejando.

El talento de Basavareddy con la raqueta era evidente; tanto que muchos lo llamaron prodigio. Fue campeón del prestigioso Orange Bowl Sub 14 en 2019 y finalista del Sub 12 en 2017 y tuvo una muy buena carrera como junior, categoría en la que llegó a ser número tres del mundo. Pero también vivió momentos durísimos por las lesiones: a los 16 años ya contaba tres operaciones de rodillas, que habían requerido largas recuperaciones y muchos meses sin pisar una cancha. Por eso, siente una conexión especial con Juan Martín Del Potro.

“Tuve un par de lesiones cuando era chico, un par de operaciones de rodilla, así que es inspirador ver lo que hizo Juan Martín en su carrera. Verlo volver fuerte tantas veces fue una gran inspiración para mí”, contó.

Aunque el tandilense, retirado oficialmente hace algo más de un mes, no es el único espejo en el que se mira Nishesh, que admira también a Carlos Alcaraz. El español, número tres del ranking y cuatro veces campeón de Grand Slam, es apenas dos años más grande que él, pero el norteamericano quedó asombrado por su rápida evolución.

“Lo ha conseguido a una edad muy temprana es increíble. Es impresionante lo rápido que subió en el ranking. Eso es algo que otros chicos no pueden hacer, y ha sido inspirador ver lo mucho que creció y todo el éxito que ha tenido”, contó.

Tras cerrar su etapa como junior, todo parecía indicar que Basavareddy daría el salto al ITF World Tour (ex Futures) para comenzar su trayectoria como profesional. Pero él decidió anotarse en la universidad, algo de lo que no se arrepiente, porque le permitió pulir su tenis y evitar sufrir en una de las etapas más dura de la carrera, la transición de junior al profesionalismo.

“Cuando terminé el colegio sólo tenía 17 años, era muy chico. Tuve la oportunidad de competir a alto nivel durante dos años en la universidad, lo que fue beneficioso porque pude entrar directamente en los Challengers el año pasado y empezar a crecer desde ahí. Y también conocí a un montón de gente estupenda en Stanford, eso fue muy divertido”, reflexionó.

Quienes lo conocen bien, destacan que Nishesh, diestro y con revés a dos manos, es un jugador distinto, con un amplio abanico de recursos: velocidad e intuición para descolocar a sus rivales, capacidad para leer los partidos, una gran variedad de golpes y efectos -aún con margen de mejora- y una mentalidad ganadora que no lo deja rendirse nunca. Él mismo aseguró alguna vez que juega “en función de lo que más daño provoca en su oponente”.

Paul Goldstein, ex top 60 del mundo y su entrenador en Stanford, explicó que el éxito de Basavareddy en la cancha se debe a “su talento único, su ética de trabajo altamente disciplinada y su absoluta pasión por el tenis”.

Nishesh brilló en la liga universitaria y en las aulas; y estuvo a 15 meses de conseguir su título académico. Pero esos dos meses brillantes en el Challenger Tour a fines del año pasado lo hicieron cambiar de rumbo. En diciembre anunció que renunciaba a la universidad -y a su chance de recibirse, porque Stanford no permite cursar materias online- para enfocarse en su carrera profesional.

“Hablé con mucha gente antes de tomar la decisión”, recordó. “James, mi agente, el cuerpo técnico y Rajeev me ayudaron mucho. A Rajeev lo conozco desde que tenía ocho años, pero nuestra relación ha crecido mucho estos dos últimos años. Él abandonó la universidad después de un semestre para ser profesional y me dio mucha información sobre lo que puedo esperar y lo que debo hacer en el circuito semana tras semana. Y sé que cuando termine mi carrera tenística, volveré a Stanford y obtendré mi título”.

Y agregó: “Siento que tener resultados consistentes en Challengers después del US Open del año pasado definitivamente me dio la convicción de que eso es algo que puedo replicar mes tras mes, y en cada torneo. Es probablemente donde más he visto mejorar mi juego, simplemente la mejora constante a lo largo del año en muchos aspectos de mi tenis”.

Basavareddy se dio el gusto de jugar en noviembre las ATP Next Gen Finals -no superó el round robin- y terminó el 2024 en el 138° escalón de la clasificación mundial, tras haberlo arrancado 457°. Y arrancó el 2025 también con buenas sensaciones.

En su primer torneo ATP, en Brisbane, superó la qualy y perdió en el debut con Gael Monfils. Esta semana, en Auckland, tras pasar la fase previa, arrancó con un sólido 6-2 y 6-2 ante el argentino Francisco Comesaña, 85°. Y en segunda ronda dio el batacazo ante Tabilo, a quien venció por 6-4, 5-7 y 6-4, para asegurarse un salto al 115° escalón del ranking y citarse con Michelsen (41°) en cuartos de final, al que superó por 2-6, 6-2 y 6-4 este miércoles.

“Sin duda, es la mayor victoria de mi carrera hasta ahora. Jugar en una cancha como esta, en un estadio lleno, es un sueño hecho realidad”, dijo Basavareddy tras vencer a Tabilo y corroborar, otra vez, que acertó cuando decidió guardar los libros y concentrarse de lleno en el tenis.