Qué es el “voto Buquebus” y por qué puede ser determinante en las elecciones presidenciales en Uruguay
MONTEVIDEO.- La imagen se repite cada cinco años. De pronto, en una especie de Día-D, miles de uruguayos que viven en la Argentina desembarcan sobre el fin de semana en Montevideo para votar en las elecciones presidenciales. Se trata del llamado “voto Buquebus”, una de las características más distintivas de los comicios en Uruguay.
¿Será así también esta vez, cuando todo Uruguay está en la cuenta regresiva para la votación del domingo? Como la ley uruguaya no les permite votar en el consulado, como sucede con otros países, a los que les interesa marcar la diferencia con su voto no les queda otra que hacerse la escapada enfrente o seguir las elecciones por TV.
Y si hay que viajar, viajamos, dicen los inmigrantes, a quienes ya se los ve camino a Montevideo. Como Agustín, un ingeniero en sistemas de 35 años, que vive desde hace dos años en Palermo. A bordo del Buquebus de las siete y media, contó a LA NACION que viajaba para las elecciones con un interés específico en votar contra el plebiscito de seguridad social, una de las dos consultas ciudadanas que también se deciden en estos comicios.
“Voy a votar por la izquierda, pero vengo sobre todo porque me interesa el plebiscito de seguridad social, que si llega a salir va a recargar las cuentas fiscales y a perjudicar a todos. De paso veo a la familia, a los amigos, sale un asado. Me parece que los candidatos no se diferencian tanto, no es la épica de las elecciones de Tabaré Vázquez o del Pepe Mujica, donde te jugabas la piel”, comenta.
Tanto el Frente Amplio, líder en las encuestas, como el Partido Nacional y el Partido Colorado, socios principales de la coalición oficialista, esperan que los inmigrantes de sus respectivas filiaciones se suban al barco, al auto, al ómnibus, al avión. Donde puedan, pero que vengan, porque cada voto cuenta.
Para las elecciones de 2019 se tomaron el buque (y otros medios) cerca de 20.000 uruguayos. Y si bien durante décadas el Frente Amplio hizo una buena cosecha de votos de esta manera, confiando en la vasta colonia de uruguayos de izquierda en Buenos Aires, algunos sostienen que las nuevas generaciones tienen más diversidad partidaria, y que el sesgo sería menos marcado. Como sea, al ser el partido mayoritario, necesariamente suma más votos.
Todos los partidos estuvieron trabajando durante el año para convencer a los uruguayos porteños de arrimar su voto y sumar a la causa de sus agrupaciones. Porque saben que, en elecciones cerradas, unos pocos miles de boletas pueden marcar la diferencia y darles el triunfo a los suyos. En la memoria colectiva se recuerda el peso decisivo del voto del extranjero en las elecciones de 2004, cuando Tabaré Vázquez llevó por primera vez al Frente Amplio al poder.
Quien también recuerda esas elecciones, y todas las demás desde el triunfo del colorado José María Sanguinetti a fines de 1984, cuando volvió la democracia a Uruguay, es José Martínez, un comerciante uruguayo que vive en General Rodríguez. Como militante del Frente Amplio, el día de gloria llegó con la histórica victoria de Tabaré.
Martínez viaja con su mujer argentina en lo que considera un “deber cívico” al que no faltó ni una sola vez. “Me fui a vivir a Argentina a los 19 años, en 1978. Desde el final de la dictadura no me quise perder ninguna elección. También ayudo a mis compatriotas a que voten”, dice a LA NACION mientras el barco está a medio camino.
¿Aprovecha para ver a su familia? “Muy poco. Esta vez justo vamos a la casa de un amigo de la infancia, y nos quedamos con él, pero casi siempre viajamos el sábado o el domingo y volvemos. Para variar decidimos cerrar el comercio tres días y venirnos más tiempo”, cuenta Martínez.
El político uruguayo Nicolás Lasa, del Frente Amplio, sostuvo en un programa de Radio Oriental dedicado al voto Buquebus, que el número de votantes de su partido residentes en la Argentina no era tan grande como dice la leyenda, aunque sí valoró el esfuerzo de la militancia.
“Se habla mucho del voto Buquebus y la propensión, el sesgo frenteamplista… yo eso lo pondría en tela de juicio, yo creo que no ha sido así. Creo que se sobredimensiona el peso”, señaló. “Concretamente la estructura del Frente Amplio en Buenos Aires es movilizada, activa, hoy por hoy el Frente Amplio tiene 40 comités de base en Buenos Aires. Ya los tenía, pero están revitalizados”.
Esos comités han ofrecido ayudas para los pasajes desde Buenos Aires, en una estrategia que el partido replica con sus votantes del interior de Uruguay, a los que les consigue descuentos de viajes en ómnibus.
Buquebus les ofreció a los diferentes partidos políticos acuerdos para lograr pasajes con un 50% de descuento, y así viajó por ejemplo José Martínez y muchos conocidos suyos, gracias a la mediación de militantes partidarios que hacen el enlace entre los votantes y la empresa.
De todos modos, hay una clara conciencia de que pagarse un pasaje, o incluso medio pasaje, sumando algún que otro gasto en Montevideo, hace que algunos potenciales votantes deban pensar el viaje dos veces.
“Lo cierto es que es muy difícil movilizar a la gente, que la está pasando muy mal (…) Con 50% de descuento e igual así es el 20% de tu sueldo o de tu jubilación. Es un disparate”, dijo Lasa.
El Frente Amplio tiene comités de base en sitios tan lejanos como Gotemburgo, Suecia. Allí también, como en todas partes, hay una colonia uruguaya que sigue de cerca los avatares de la realidad de su país.
Lo más curioso es que estos uruguayos que viven en Suecia están recaudando fondos para otros uruguayos que viven en Brasil, concretamente en Florianópolis. El objetivo de esta triangulación es facilitar la compra de pasajes de ómnibus desde esa ciudad de Santa Catarina hasta Montevideo u otros sitios del país. El comité sueco ya había pagado pasajes desde Asunción y Buenos Aires en otras elecciones.
Por qué los uruguayos no pueden votar desde el país donde residen, ya sea la Argentina, Brasil, España, Suecia o Australia, es materia de controversia.
El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, abogó por voto consular frente a cientos de inmigrantes durante una visita este mes a Buenos Aires. “Llama la atención que en Uruguay hay dos posiciones: unos que estamos de acuerdo con el voto exterior, otros que no”, dijo. Y señaló que darían “todo nuestro compromiso desde el gobierno para generar las iniciativas que permitan los acuerdos nacionales para el voto del exterior, el voto consular”.
Uno que no podrá votar es Mario, un uruguayo de 52 años que trabaja de técnico en el montaje de espectáculos. Vive en Buenos Aires desde hace 35 años y está en viaje a Montevideo, pero por trabajo, para el armado del show del sábado de Romeo Santos en la capital uruguaya. “Me hubiera encantado votar, pero como no fui a dos elecciones seguidas quedé fuera del padrón. Tengo que volver a hacer el trámite, tenemos una responsabilidad cívica. Igual voy a estar el domingo y lo voy a disfrutar”, aseguró.
Los comentarios están cerrados.