Rumbo al balotaje: la campaña negativa de Sergio Massa y el rol de los gurúes enviados por Lula
Rumbo al balotaje: la campaña negativa de Sergio Massa y el rol de los gurúes enviados por Lula
En política (como en la vida) no hay con que darle a la pasión como motor de la fidelidad. Cuando el mensaje discursivo o corporal de un candidato toca algún nervio emocional del votante, se suele ganar a un nuevo y eterno militante al que ya casi no hay que convencerlo más. Los seguidores se vuelven catequistas del relato.
Por el contrario, si el nervio en cuestión es el incorrecto, lo que se puede adquirir es un acérrimo (y también perpetuo) enemigo. El riesgo de jugar con los sentimientos.
A Sergio Massa le gusta fumar cigarrillos holandeses que son como pequeños habanos pero más delgados y suaves, de una reconocida marca llamada Café Creme Blue. "También fuma estados de ánimo, adentro de cualquier garrafa", les gusta chicanear a algunos de los que lo siguen a sol y sombra.
Sus colaboradores se refieren a que el ministro candidato puede pasar de una campaña más violenta, como la de antes de las PASO, como a una "en modo zen", como le encanta auto-percibirse a 13 días del último round de una obsesión que le consumió casi toda su vida adulta: observar a los 47 millones de argentinos desde el sillón, con el bastón y la banda, que mayor poder otorgan en la Nación.
Ese cambio de estrategia de la carrera del Massa candidato fue a raíz de un consejo de Lula Da Silva. El presidente brasileño no sólo se habría quedado en una simple sugerencia sino que jugó como quizás nunca antes un primer mandatario extranjero haya influido tan directamente en la política argentina.
"Un equipo de campaña presidencial como el que mandó Lula no te sale menos de 6 millones de dólares", le asegura a Clarín un político muy conocido que durante muchos años fue clave para Néstor y Cristina Kirchner y ahora también lo es, de alguna manera, para Sergio Massa.
Sergio Massa está en "modo Zen", por sugerencia de los campañólogos que le mandó Lula. Le restringieron los tuits a su mujer, Malena.
¿Quién les paga a los campañólogos brasileños? Es difícil aseverarlo. Están los que indican que sería el propio Lula el que se haría cargo de la cuenta como quienes señalan a tres empresarios con "pinches" (como dicen los mexicanos) negocios en el Estado.
"Nadie sabe como ni quién le paga a estos brasileños, que por otra parte son bastante divertidos", indicó ante Clarín uno de los principales "cráneos" del armado bonaerense de Unión por la Patria.
Coordinados por Edinho Silva, que viene poco a Buenos Aires, al equipo de mayoría paulista lo lideran Sidonio Palmeira y Raul Rabelo.
Se trataría de especialistas en comunicación más ligados al Partido de los Trabajadores que al propio Lula. Se los adjetiva como "prolíficos". "No los mandaron sólo por haberle ganado la elección a Bolsonaro, sino, y sobre todo, por haber perdido en 2018 con ese mismo personaje que, guste o no, revolucionó la política brasileña", resalta un argentino especialista en "campañología".
Los brasileños que comandan la campaña de Massa lograron que Malena Galmarini deje su costado de tuitera agresiva. "Un milagro, lograron que Male baje 10 cambios", dicen cerca del matrimonio de Tigre.
Lo que le reconocen a estos consultores brasileños es cómo lograron procesar y fortalecerse para sobreponerse a la derrota de Fernando Haddad frente a Bolsonaro, en 2018. "Para simplificarlo de una manera, el secreto no era salir a hablar mal de Bolsonaro y su extrema derecha, sino convencer a la gente de los derechos que podrían perder o que seguirían perdiendo si era reelecto", sintetizan.
La estrategia general de la campaña, sobre todo en lo que respecta a las redes sociales, pasa por los enviados por Lula. No se hace casi nada sin su autorización.
Al anterior consultor catalán Antoni Gutiérrez Rubí se le apagó un poco bastante la estrella después del 22% conseguido por Massa en las primarias. En agosto, cuando Lula recibió en Brasilia al ministro de Economía, le espetó: "Sergio, dejá de buscar dólares y empezá a buscar votos". Ahí fue cuando se congenió la llegada del equipo de asesores brasileños a la Argentina.
Lula también había jugado fuerte a favor de Daniel Scioli en 2015 contra Mauricio Macri. Hasta lo visitó en Buenos Aires en pleno balotaje, pero no era Presidente. Esta vez, respetuoso de la investidura, no hará lo mismo con Massa pero sí logró que este lunes su PT se pronuncie a favor del candidato de Unión por la Patria.
Antoni Gutiérrez-Rubí, consultor catalán que trabajó con CFK y que ahora contrató Massa, fue desplazado en parte de la campaña para el balotaje.
A diferencia del catalán Rubí, quizás más conservador, los brasileños de Edinho son más bombarderos: cada documento que reparten tiene decenas de piezas y pastillas. Y en redes sociales atacan a Milei pero con sus propios militantes.
"Esta gente manda infiltrados nuestros a los actos de Milei para buscar a los loquitos que son capaces de decir cualquier barbaridad. Los graban creyendo que son todos libertarios y luego lo usan en las redes para exponer la locura del discurso de odio de Milei. Y, por el 37% de Sergio, no tengo dudas de que son muy eficaces", reconoce un asesor de FR a este diario.
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el hombre que hizo una encendida defensa del candidato de La Libertad Avanza, se quito la camisa y desafió a los pasajeros de un tren.
La orden es que Massa sea como un líder espiritual: sereno, bondadoso, previsible, comprensivo y "magnánimo". No dirigirse personalmente a Milei, no nombrarlo y tampoco chucearlo (una de las debilidades del tigrense). Nada de agresiones y de combates dialécticos.
Lograron algo que ni el propio Massa pudo jamás: domesticar a Malena Galmarini. Si bien no consiguieron prohibirle que tuiteé, sí llegaron a un acuerdo que hasta ahora se cumple: que no agreda ni chicaneé a otros políticos, de la oposición como también propios.
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