se fue Pablo y suenan Hugo y Huguito

El apellido Moyano seguirá formando parte del triunvirato de conducción de la CGT tras la estruendosa salida de Pablo de la jefatura de la principal central sindical. La decisión se oficializará en los próximos días pero en la cúpula del sindicato de Camioneros ya está definido que el mandamás del clan, Hugo Moyano, o en su defecto su hijo Hugo Jr., el abogado del gremio, ocuparán el sillón que quedó vacante tras el portazo del primogénito de la familia Moyano.

“Va a ser un Moyano, es un hecho”, deslizaron a Clarín desde la primera línea del sindicato, una información que también recibieron varios dirigentes clave de la cúpula cegetista, que tienen previsto reunirse el próximo lunes con Hugo Moyano en Camioneros para tomar nota de primera mano de la decisión final del dirigente. Para el martes, en tanto, ya está prevista una reunión de mesa chica ampliada de la central en la sede del gremio de la Uocra, en la que se formalizará al reemplazante de Pablo en el triunvirato de conducción cegetista y se definirá la hoja de ruta de la central de cara a la convocatoria al diálogo tripartito que espera concrete el gobierno de Javier Milei.

En el medio se barajaron los nombres de Omar Pérez, secretario de Políticas del Transporte del gremio, y Jorge Taboada, el número dos de la Federación nacional de Camioneros. Pero en la mesa chica de los Moyano, la que ya no integra Pablo, se descartaron ambas alternativas y se resolvió que debía ser un miembro de la familia el que complete el año de mandato que le resta a Camioneros en la conducción cegetista.

Con ese telón de fondo un plenario de secretarios generales del gremio pidió por aclamación el último lunes que sea Hugo Moyano quien asuma el sillón en el triunvirato que también componen Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estacioneros). Pero el líder camionero todavía sopesa la decisión por varias razones. La presión de su entorno familiar más directo y, especialmente, la tensión puertas adentro del gremio tras el quiebre del vínculo con Pablo.

“La tensión interna es fuerte, Hugo tiene que resolver unas cuántas cosas antes de comunicar una decisión”, confió a este diario un dirigente de diálogo habitual con el histórico jefe de los Camioneros. Una muestra de los cortocircuitos que dividen aguas en el clan Moyano quedó expuesta en los últimos días a partir de la escalada en el conflicto que mantiene la rama de recolectores porteños del gremio, el sector de Camioneros más alineado con la figura de Pablo, con la gestión de Jorge Macri.

La situación se agudizó desde la semana pasada a raíz de diversas asambleas y reclamos aireados de trabajadores del sector que se viralizaron en redes sociales y que apuntaron a la conducción del gremio por el acuerdo firmado con el gobierno porteño por el cual no se abonarán indemnizaciones al personal de la actividad. Las críticas de los recolectores llamativamente también enfocaron sobre Pablo y obligaron a Hugo Moyano a intervenir con sus representantes directos para contener el foco de rebelión interna. “Hay evidentemente mucho ruido interno en el gremio”, analizaron en la CGT sobre la demora en la definición del reemplazo en el triunvirato.

A esa conflictiva situación se sumaron las dificultades de Moyano padre para apurar la definición de la paritaria sectorial para los próximos tres meses. Las negociaciones con las tres cámaras empresarias del transporte de cargas arrancaron hace 15 días con el reclamo sindical de un incremento salarial de 15% para el trimestre diciembre-febrero (tres cuotas mensuales de 5%) más el pago de un bono de fin de año de $ 650.000. Sin embargo, la discusión se empantanó en medio de la presión del Gobierno para que no se pacten aumentos por encima del 3% mensual, por lo que las conversaciones pasaron a un cuarto intermedio y continuarán la próxima semana.

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