Se subasta un auto de la colección personal de Enzo Ferrari, el fundador de la marca italiana de autos de lujo
Los vehículos que suelen salir a la venta por cifras astronómicas generalmente justifican sus precios con dos razones: son modelos de colección de los que se fabricaron muy pocas unidades en el mundo (y es todavía más difícil encontrarlos en buenas condiciones) o porque fueron conducidos en su momento por personajes relevantes para la historia automotriz mundial. Este modelo logra capturar ambos requisitos.
Se trata del primer prototipo de la cupé Ferrari 330 GT Pininfarina que data de 1962 y perteneció hasta hace poco tiempo a la automotriz de deportivos de lujo. Se distingue por su clásica carrocería de época, motor de 4 litros V12 y una configuración de cuatro faros delanteros, pero su agregado principal es su historia: perteneció al fundador de la compañía del cavallino rampante, la silueta de un caballo encabritado.
Enzo Ferrari fue un mecánico, piloto de automovilismo y empresario italiano, fundador del equipo de carreras Scuderia Ferrari Grand Prix y de la mundialmente famosa marca de autos. Marcó un antes y un después en la historia automotriz, imponiendo un estilo y excelencia en la producción de sus modelos que perdura hasta hoy. Además, se caracterizó por ser muy detallista con su colección de autos personales, ya que pocos modelos de la marca eran elegidos por el italiano para mostrarse en público o integrar su selecto garaje personal. Entre esos modelos se encontraba este prototipo color marfil, construido en agosto de 1962 y conservado en la fábrica durante dos años.
El modelo representó en su época el traslado de la ferocidad y potencia de los vehículos de la competición automovilística a las calles, siempre buscando conservar la sobriedad y elegancia que buscó transmitir la marca desde sus comienzos en la venta al público. El desafío fue pensar como hacer más “prácticos” los modelos de competición, con la salvedad de que seguimos hablando de un modelo con la tradicional extravagancia con la que cuentan los deportivos de lujo.
Su historia comienza como un derivado del 330 América de producción limitada, con la diferencia que este 330 GT presentaba un nuevo bastidor con una distancia entre ejes cinco centímetros más larga que su predecesor (que se basaba en gran medida en el 250 GTE). Solo se construyeron 1087 unidades de la coupé hasta 1967 y solo las primeras 627 presentaron la disposición de cuatro faros. Y dentro de todos esos modelos, solo dos fueron conducidos por el fundador.
En su interior, viene con un revestimiento de cuero negro con un tablero con detalles negros y cromados, un volante de madera con el logo del Cavallino Rampante de Ferrari en amarillo y negro en el centro. Pero su excelente condición actual no se debe solamente a un exhaustivo cuidado del modelo (cuenta solo con 108.000 Km), sino que se gastaron más de US$282.000 para restaurarlo.
Llegó a los Estados Unidos en junio de 1964, importado por Luigi Chinetti Motors (el primer concesionario Ferrari de EE. UU.) y figura desde entonces en el registro como uno de los 4 prototipos de fábrica, de los cuales actualmente solo se sabe.
Además de comprar un vehículo clásico, la subasta de Warren Lubow en Seattle, según informa The Sun, ofrece el manual del propietario original, el folleto original, fotografías de la época, una hoja de cálculo de costos de restauración, recibo de servicio y piezas, registros anteriores y una copia de una carta de Ferrari de 1977 que confirma el automóvil como uno de los prototipos 330 GT. Saldrá publicado a un precio de US$852.275.
LA NACION
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