Según Mondino, la Casa Rosada conocía el voto contra el embargo en Cuba
La Casa Rosada estaba al tanto de la votación que se venía en la Asamblea General de las Naciones Unidas el último miércoles, en la que, por abrumadora mayoría, 187 países aprobaron una resolución que pide el levantamiento del embargo económico que los Estados Unidos mantiene hace más de seis décadas contra Cuba, según le aseguró a Clarín Diana Mondino, la canciller saliente.
“La Casa Rosada lo sabía, dio luz verde al voto y se cumplieron todos los procedimientos”, le dijo a este diario la ahora ex ministra de Relaciones Exteriores, basada además en que se votó como lo hicieron todos los gobiernos anteriores y amparados por la ley 24.871 que se manifiesta contra el impedimento o restricción al “libre ejercicio del comercio y la libre circulación de capitales, bienes o personas”. Esa versión de la ex canciller, que pronunció entre elogios al Presidente y dejando manifiesta su intención de “no dañar a nadie”, también está avalada por los registros oficiales de las comunicaciones internas del Estado. Mondino, según expresó, también está convencida de que el Presidente no había sido informado. Por cierto, la ex canciller hace tiempo que no tenía acceso cotidiano directo a su jefe político.
A pesar de esa situación, el voto positivo que emitió la administración libertaria se convirtió en una crisis política insólita y en el elemento que decidió a Javier Milei a pedirle la renuncia a Mondino, cuya gestión fue siempre accidentada. Tal como se especulaba desde hace tiempo, la Cancillería quedó en manos del empresario Gerardo Werthein, hasta ahora embajador político de Milei ante los Estados Unidos.
Mondino se va muy maltratada por el Gobierno, aunque en su carta de despedida de este jueves se fue elegantemente, sin reclamar nada y diciendo que acompañará al Presidente “desde el lugar que sea”. Lo que ocurrió en las últimas horas es una saga disparatada de varias fallas graves de la gestión libertaria que, además, ocasionó el asombro de toda la comunidad internacional por la complejidad de la situación.
En su “guerra con los diplomáticos” el Presidente avanzó con dos hechos: una carta del 18 de octubre advirtiendo que quien no esté de acuerdo en la Cancillería con sus “ideas de la libertad”, que renuncie; y el anuncio del miércoles de que habrá una auditoría para detectar a funcionarios que no se acomoden a sus ideas, algo insólito porque ese mecanismo se usa para lidiar con irregularidades administrativas, corrupción u otros desvíos. No existe la figura de la auditoría ideológica o del pensamiento.
Al sr. Presidente,
Ha sido un gran honor trabajar estos meses con Ud. y todo el gobierno en este proyecto para levantar Argentina.
Presento mi renuncia al cargo con el que me honrara sabiendo que he hecho todo lo posible, con gran esfuerzo y dedicación -y lo volvería a hacer-…
— Diana Mondino (@DianaMondino) October 31, 2024
El vocero Manuel Adorni dijo este jueves que el Presidente Milei tenía por decisión votar siempre igual que Israel y que Estados Unidos. Eso no es así: para disgusto del gobierno de Joe Biden, el libertario le rompió el consenso en la Asamblea General de la OEA con su oposición a aprobar la Agenda 2030 -lo cual enojó incluso al representante estadounidense Frank Mora- y le volvió a romper el consenso a Washington al disociarse del Pacto del Futuro, que también votó Israel.
Además, Estados Unidos jamás reclamó el apoyo argentino frente a la cuestión del embargo a Cuba, una votación en la que Washington pierde de manera abrumadora.
Clarín tiene en su poder copia de una comunicación oficial -fechada el lunes 28- de Eduardo Bustamante, quien devino vicecanciller de Mondino apenas días atrás, luego de que el embajador Leopoldo Sahores renunciara al verse acosado por los dos interventores políticos de la Rosada en el ministerio: la abogada en derecho de familia Ursula Basset y el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo. De acuerdo a varias fuentes reunidas por Clarín, Sotelo fue quien le trasmitió a Bustamante -invocando al asesor de Milei, Santiago Caputo- que había luz verde para votar como se votó a favor de levantar el bloqueo. Basset fue informada en julio por Sahores de que se venía el voto a Cuba. Ella interviene todos los discursos y pide carpeta por carpeta a las embajadas por órdenes de Caputo y de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
La comunicación interna hace referencia a “CUBA, MALVINAS, ONU, UNGA (United Nations General Assembly), BLOQUEOS, CC”, y dice que hay “conformidad al curso de acción sugerido” por la dirección de organismos internacionales en el punto de “apoyar el proyecto de resolución de marras” o sea “la necesidad de poner fin” a lo que venía definido por Naciones Unidas como “bloqueo a Cuba”.
El llamado “curso de acción” a organismos internacionales sólo fue posible porque el desplazado embajador ante la ONU, Ricardo Lagorio -que fue quien emitió el voto a favor del levantamiento del embargo a Cuba- todavía está en su puesto hasta ser reemplazado por el sucesor ya oficializado, Francisco Tropepi. Según esos registros, el embajador no actuó de ninguna manera solo, sino que pidió instrucciones a la Cancillería, y esta trasladó el pedido a la Rosada.
El miércoles, en un viaje a San Juan, Bustamante le dijo a varios funcionarios de la provincia que tenía luz verde de Sotelo; del jefe de Comunicación de la Rosada, Juan Carreira, alias Juan Doe en la red social X. También les dijo que en última instancia fue Santiago Caputo quien dio luz verde.
Caputo dijo que él no estaba al tanto, pero Clarín recogió de varias fuentes que en el camino del voto por Cuba tanto Sotelo como Carreira lo invocaron a él. Incluso hubo festejos por el voto contra el embargo de la voz libertaria, La Derecha Diario, y del tuitero militante Traductor te ama, llamado Esteban Glavinich. Después, esos tuits se borraron.
Milei no estaba enterado del voto, y cuando vio las repercusiones llamó enojado a Mondino, que no vio los registros de sus llamados hasta 40 minutos después del primer mensaje del mandatario. Ese lapso enojó más al Presidente, que decidió echar a su compañera de campaña.
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