una empresa “fantasma”, en la ruta de los beepers que explotaron en el Líbano


Una compañía con sede en Hungría fue parte en la cadena de comercialización de los pagers -equipos de comunicación también conocidos como beepers- que explotaron en Líbano y Siria en una aparente operación israelí contra Hezbollah.

Los beepers utilizados por cientos de miembros de la milicia Hezbollah explotaron el martes de forma casi simultánea en Líbano y Siria. Al menos 12 personas murieron, incluidos dos niños, y casi 3.000 resultaron heridas. El grupo terrorista y el gobierno libanés culparon a Israel por lo que parecía ser un sofisticado ataque a distancia.

Un funcionario estadounidense dijo que Israel había informado a Estados Unidos el martes cuando concluyó la operación, en la que se detonaron pequeñas cantidades de explosivos ocultas en los dispositivos. La persona habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a comentar la información de forma pública.

Una fuente de seguridad libanesa dijo a Reuters que la agencia de espionaje israelí Mossad colocó una pequeña cantidad de explosivos en el interior de miles de localizadores encargados por Hezbollah meses antes de las explosiones. Se estima que escondieron hasta 3 gramos de explosivos en cada equipo, lo que pasó inadvertido para el grupo terrorista durante meses.

La fuente de alto rango dijo que el grupo militante había encargado 5.000 localizadores que, según otras fuentes, fueron introducidos en Líbano en primavera (es decir, a partir del segundo trimestre del año). Afirmaron que los dispositivos habían sido modificados por el servicio de espionaje de Israel “a nivel de producción”.

La compañía Gold Apollo apuntó a una contratista por la fabricación de los beepers que explotaron en Libano. Foto: EFE

El ataque del martes, y el hecho de que Hezbollah responsabilizara a Israel, renovó los temores a una guerra abierta entre los dos rivales. Pese a los ciclos periódicos de escalada, los dos bandos han evitado cuidadosamente un conflicto pleno hasta ahora, aunque líderes israelíes han advertido en las últimas semanas que podrían incrementar las operaciones contra Hezbollah en Líbano.

Cuál es la empresa apuntada por los beepers

Los beepers AR-924 utilizados por los milicianos fueron fabricados por BAC Consulting KFT, con sede en la capital de Hungría, según un comunicado publicado el miércoles por Gold Apollo, una firma taiwanesa que autorizó el uso de su marca en los dispositivos. BAC parecía ser una empresa fantasma. Sin embargo, desde la empresa y el gobierno húngaro desmienten la afirmación.

“Según el acuerdo de cooperación, autorizamos a BAC a utilizar nuestra marca comercial para ventas de productos en regiones designadas, pero el diseño y la manufactura de los productos son únicamente responsabilidad de BAC”, según un comunicado de Gold Apollo.

El cartel en el que aparece el nombre de BAC Consulting KFT. Foto: ReutersEl cartel en el que aparece el nombre de BAC Consulting KFT. Foto: Reuters

Las primeras imágenes de los beepers tras la explosión mostraban que llevaban la marca de la firma taiwanesa. Tres fuentes le dijeron a Reuters que los pagers que explotaron correspondían al último modelo que había traído Hezbollah durante los últimos meses.

El presidente de la compañía, Hsu Ching-kuang, dijo a los periodistas el miércoles que su empresa tiene un acuerdo con BAC desde hace tres años, aunque no presentó una prueba del contrato.

BAC Consulting Kft., una sociedad limitada, se registró en mayo de 2022, según registros corporativos. Tiene un capital de 7.840 euros, según los registros, y obtuvo unos ingresos de 725.768 dólares en 2022 y 593.972 dólares en 2023.

En la sede en un edificio en un barrio residencial de Budapest, periodistas de Associated Press vieron los nombres de varias compañías, incluida BAC Consulting, en trozos de papel en una ventana.

Los medios locales, frente a las oficinas de la compañía, que llevan semanas vacías. Foto: ReutersLos medios locales, frente a las oficinas de la compañía, que llevan semanas vacías. Foto: Reuters

Una mujer que salió del edificio y declinó dar su nombre dijo que el lugar ofrece direcciones de sede a varias compañías.

BAC está registrada a nombre de Cristiana Rosaria Bársony-Arcidiacono, que en su página de LinkedIn se describe como asesora estratégica y desarrolladora de negocios. Entre otros puestos, Bársony-Arcidiacono indica en la web que ha servido en la junta directiva del Earth Child Institute, un grupo dedicado a la sostenibilidad. El grupo no menciona a Bársony-Arcidiacono como miembro de su junta en su sitio web.

Bársony-Arcidiacono habló con Sky News de Reino Unido y negó formar parte de la operación. “Yo no hago los pagers. Sólo soy un intermediario. Creo que se han equivocado”, se excusó. Vecinos del edificio donde estaba legalmente registrada la firma contaron al medio británico que el edificio se mantuvo vacío por semanas hasta hoy.

Por su parte, el Gobierno de Hungría se metió en el tema y salió a despegar a la firma al asegurar que BAC sólo como intermediaria comercial y no posee centros de producción en Hungría.

“Las autoridades han confirmado que la empresa en cuestión es un intermediario comercial, sin centro de fabricación o de operaciones en Hungría”, afirmó Zoltán Kovács, secretario de Estado de Comunicación en la red social X, agregando que los aparatos “nunca han estado” en el país.

Kovács asimismo subrayó que los servicios de seguridad nacional del país centroeuropeo cooperan con todas la agencias y organizaciones internacionales en las investigaciones relacionadas con lo sucedido. “Para Hungría, este caso no supone ningún riesgo de seguridad nacional”, afirmó asimismo Kovács.

El ataque con los pagers explosivos en Líbano

El ataque en Líbano comenzó el martes por la tarde, cuando los pagers en las manos o bolsillos de sus propietarios empezaron a calentarse y después explotaron, dejando escenas salpicadas de sangre y testigos en pánico.

Parecía que muchos de los afectados eran miembros de Hezbollah, ya fueran combatientes o civiles, pero en un primer momento no estaba claro si también personas que no formaran parte de la milicia llevaban los dispositivos que estallaron.

Pager explosivos - Hezbollah

Entre los muertos había trabajadores de salud y dos niños, según el Ministerio de Salud. En el poblado de Nadi Sheet, en el valle Bekaa, docenas de personas se congregaron para llorar la muerte de una niña, Fatima Abdullah, de 9 años. El Ministerio de Salud había dicho antes que tenía 8 años.

Su madre, vestida de negro y con un pañuelo amarillo de Hezbollah, lloraba junto a otras mujeres y niños en torno al pequeño ataúd de la niña antes de su entierro.

Hezbollah dijo en un comunicado el miércoles por la mañana que continuaría sus ataques habituales contra Israel “como en los últimos días”, dentro de lo que describe como su apoyo a su aliado, Hamás, y a los palestinos en Gaza.

“Este camino es continuo y separado del difícil ajuste de cuentas que el enemigo criminal debe esperar por su masacre del martes que cometió contra nuestro pueblo, nuestras familias y nuestros combatientes en Líbano”, afirmó. “Este es otro ajuste de cuenta que llegará, Dios mediante”.

En hospitales en Beirut el miércoles, el caos de la noche anterior había remitido en su mayor parte, aunque los parientes de los heridos seguían esperando.

El ministro libanés de Salud, Firas Abiad, dijo a la prensa durante una visita a hospitales el miércoles por la mañana que muchos de los heridos sufrían “heridas graves en los ojos” y otros habían sufrido amputaciones de miembros. No se permitió la entrada de periodistas a salas de hospitales ni grabar a los pacientes.

Los expertos creen que el material explosivo se colocó en los pagers antes de que fueran entregados y utilizados, en una sofisticada infiltración en la cadena de suministro.

Cómo es el pager AR-924

El AR-924, anunciado como “robusto”, contiene una batería recargable de litio, según los detalles que se anunciaban en el sitio web de Gold Apollo, antes de que aparentemente fuera eliminado del sitio tras el ataque del martes.

También indicaba que la batería duraba hasta 85 días. Eso podría ser crucial en Líbano, donde los cortes de electricidad son habituales en medio de la debacle económica que afecta desde hace años a la pequeña nación mediterránea. Además, los bípers funcionan en una red móvil diferente de la de los celulares, lo que los hace más resilientes ante emergencias, uno de los motivos por los que hospitales de todo el mundo aún los utilizan.

En el caso de Hezbollah, los milicianos también veían los dispositivos como una forma de eludir lo que se cree es una intensa vigilancia electrónica israelí de las redes celulares en todo el país.

“El teléfono que tenemos en la mano —yo no tengo un teléfono en la mano— es un dispositivo de escucha”, advirtió el jefe de Hezbollah Hassan Nasrallah, en un discurso en febrero.

Más tarde añadió: “Les digo que el teléfono en sus manos, en las manos de su esposa, y en las manos de sus hijos, es el agente. Es un agente mortal, no uno cualquiera. Es un agente mortal que proporciona información específica y fiable. Por lo tanto, hacerle frente requiere una gran seriedad”.

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