WeWork pide la protección de la ley de quiebras en Estados Unidos
WeWork, la empresa de coworking que tiene tres edificios en Argentina, pidió el concurso de acreedores en Estados Unidos (Chapter 11 de la ley de quiebras) este lunes, después de que su apuesta a que las empresas utilicen más espacio de oficinas compartidas se aguó y de acumular una deuda de US$ 19.000 millones.
La medida representa la aceptación por parte de SoftBank, el grupo tecnológico japonés que posee alrededor del 60% de WeWork e invirtió miles de millones de dólares en su recuperación, de que la compañía no puede sobrevivir a menos que renegocie sus costosos contratos de alquiler en el marco del proceso de bancarrota.
La empresa tenía 777 establecimientos en 39 países a junio pasado. Aunque la ocupación mejoró con niveles cercanos a 2019, la rentabilidad sigue siendo difícil de alcanzar porque el pago por el espacio consume el 74% de sus ingresos.
La compañía con sede en Nueva York aseguró que solo entran en el concurso sus operaciones en Estados Unidos y Canadá. Sus ubicaciones en otros lugares no forman parte del proceso de quiebra. Agregó que tampoco los franquiciados del resto del mundo se verán afectados y que continuará brindando servicios a los miembros, proveedores y socios normalmente.
El colapso de WeWork es la culminación de una saga cuyo repentino ascenso y precipitada caída cautivó a Wall Street y Silicon Valley. Bajo su fundador Adam Neumann, WeWork creció hasta convertirse en la startup más valiosa de Estados Unidos, con un valor de US$ 47.000 millones.
Atrajo inversiones de primera línea, incluidos SoftBank y la firma de capital riesgo Benchmark, así como el respaldo de los principales bancos de Wall Street, incluido JPMorgan Chase.
La ruina de la empresa comenzó en 2019. En cuestión de meses, pasó de planificar una oferta pública inicial de acciones en la Bolsa a despedir a miles y obtener un rescate multimillonario a principios de este año. Pero los US$ 1.000 millones que obtuvo de Softbank no le alcanzó.
Si bien WeWork tuvo cierto éxito al conseguir contratos con grandes compañías, muchos de sus clientes eran startups y empresas pequeñas, que redujeron sus gastos a medida que la inflación se disparaba y las perspectivas económicas empeoraban.
Con la presentación en el Chapter 11, WeWork sigue el mismo camino que sus competidoras Knotel y IWG iniciaron en 2021 y 2020 respectivamente. Esa es con frecuencia la única opción para las empresas en dificultades con alquileres costosos, ya que la ley estadounidense permite a las firmas insolventes deshacerse de contratos engorrosos que de otro modo serían difíciles de cancelar.
Ahora, la empresa dijo que llegó a un acuerdo de reestructuración con acreedores que representan aproximadamente el 92% de bonos garantizados y agregó que racionalizarán su cartera de espacios de oficinas.
Con información de Bloomberg
NE
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