La Argentina necesita dólares y la minería es uno de los sectores que puede proporcionarlos. En 2022, las exportaciones rozaron los US$5.000 millones y en el sector estiman que la cifra podría triplicarse ya que el país cuenta con recursos muy demandados en el mundo, como el litio y el cobre, dos insumos clave para la electromovilidad y la transición energética. Hoy, el oro y la plata son los dos principales motores de una industria generadora de empleo y de divisas.
La abundancia de recursos metalíferos se contrapone con los desequilibrios macroeconómicos, que impiden la llegada de inversiones y un mayor desarrollo de la actividad. Según datos oficiales, la Argentina cuenta con 161 proyectos mineros activos, pero sólo 21 se encuentran en producción. Según las cifras de CAEM (Cámara Argentina de Empresas Mineras), la Argentina aparece en el tablero mundial de la minería. Por ejemplo, el país es considerado el 4° productor mundial de litio; el 10° de plata, y el 12° de oro.
De todo eso se habló en el panel “Las nuevas fronteras de la minería”, una charla organizada por Clarín, que fue conducida por los editores de Economía Daniel Fernández Canedo y Silvia Naishtat. Participaron Roberto Cacciola, presidente de la CAEM; Alfredo Vitaller, vicepresidente de Asuntos Corporativos del Proyecto Josemaría Lundin Mining; Verónica Nohara, gerenta general de Minera Don Nicolás; Gustavo Anbinder, director de Negocios y Desarrollo en Genneia; y el director de Asuntos Corporativos de Livent, Ignacio Costa.
El debate -el 10° y último del año- forma parte del ciclo “El mundo que viene”, que cuenta con el apoyo principal de Telecom, OSDE y DESA, además del sponsoreo de Afarte y Pan American Energy, y el apoyo de GENNEIA, Livent y CAEM. En estos encuentros, directivos de empresas, funcionarios, referentes sociales, emprendedores y expertos analizaron los desafíos y oportunidades que enfrentan las empresas en el país.
¿Qué hace falta para el despegue de la minería? “Son cosas muy básicas y están vinculadas a la macroeconomía: un dólar competitivo; que se respete la Ley de inversiones mineras (que tiene 30 años), y un marco con libre disponibilidad de divisas para importar insumos y bienes de capital”, enumeró Cacciola.
En el sector destacan que el sector tiene una balanza comercial muy positiva. Y que se importa cerca del 8% del volumen exportado, que en 2022 alcanzaron el nivel más alto desde 2012. Y hasta agosto, las ventas al exterior venían creciendo 4%. El oro representa el 56% del total y la plata, el 21%. “Las exportaciones están en un buen nivel en comparación con años anteriores. Pero la exploración está cayendo”, advirtió Nohara.
La ejecutiva explicó que eso ocurre por el retraso cambiario del dólar oficial y también porque muchos nuevos proyectos están demorados “porque no hay señales claras de estabilidad” para volcar inversiones. “Casi todas las inversiones en exploración son de capitales extranjeros”, remarcó.
De todos modos, en la industria consideran que el litio y el cobre son las grandes promesas del presente y el futuro inmediato. “El litio es uno de los componentes más importantes de la transición energética. Hoy tenemos 3 proyectos produciendo, y eso significa más exportaciones, más divisas, más empleo y más regalías para las provincias”, dice Costa.
En este sentido, el ejecutivo subraya que el país tiene una gran oportunidad, pero “para materializarla se necesitan reglas claras”. Eso a pesar de que el precio del litio cayó desde sus máximos (US$80.000 la tonelada). No obstante, Costa aclara que no existen motivos “que nos lleve a pensar que el precio continúe a la baja”. La razón es que los autos eléctricos continúan creciendo a nivel global.
Según datos oficiales, en la primera parte del año se invirtieron US$72,3 millones en proyectos de litio, lo que representa un crecimiento interanual del 31%. En el promedio de los últimos 10 años, la Argentina es el principal destino de inversiones en exploración de este mineral. Además de litio, el país cuenta con el potencial para producir cobre, otro insumo crucial para la electromovilidad.
“La demanda internacional no es sólo por los autos eléctricos. El cobre también está involucrado en el cambio de paradigma eléctrico: las energías renovables”, proclama Vitaller. El especialista señala que en el país “hay 5 proyectos de clase mundial, que están en condiciones de arrancar en el corto plazo, y que podrían colocar a la Argentina en el top ten mundial de países productores”.
El cambio de matriz energética posiciona a las energías renovables en un lugar preponderante. Anbinder recuerda que “hace 6 años, sólo el 2% de la energía consumida en el país era renovable. Este año vamos a superar largamente el 15%”, destaca. Sin embargo, aclara que los recursos de Vaca Muerta son complementarios, “aunque el futuro son las renovables”.
Cacciola dice que el sector minero tiene condiciones comparativas ventajosas con respecto a otros países. “Si bien el marco económico nos juega en contra -dijo- la minería es bastante nueva y se desarrolló con normas ambientales bien rigurosas y estrictas. Pero esas ventajas las tenemos que aprovechar para convertir ese potencial en realidad”.
Pero eso es dificultoso por las restricciones actuales. “Cuando las nuevas autoridades (el próximo gobierno) tomen las decisiones necesarias, la minería será uno de los pilares del desarrollo de la Argentina. No es fácil explicar a los inversores lo que está pasando hoy”, dice Vitaller.
Costa añade que existe otro limitante: la falta de mano de obra capacitada. “Tenemos que seguir invirtiendo en capacitación y entrenamiento. Todas las empresas de litio tenemos -en mayor o menor medida- programas de capacitación, pero creo que tenemos que pasar a un nuevo nivel porque los proyectos actuales y los nuevos van a seguir en la medida que las condiciones mejoren”, dijo.
La razón, completa Cacciola, es que para decidir inversiones se toman en consideración cuáles son las reglas de juego a mediano y largo plazo. “En el país llevamos un régimen con estricto control de cambios y con dólar no competitivo en los últimos 12 años. Con lo cual, de alguna manera, los dólares de las exportaciones son menores a los que recibimos. Este es un tema real y concreto, sobre todo con el oro y la plata, donde el problema del tipo de cambio desalienta las inversiones”, señaló.
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